Biología reproductiva: la Técnica ROPA
Ciencia abierta
El asesoramiento genético es necesario para comprender las implicaciones del uso de estas técnicas reproductivas
Nuestro Ciencia Abierta de hoy quiere dar un poco de luz, permítannos la alusión, sobre técnicas básicas de biología reproductiva, fruto de muchos años de investigación básica y mucho más allá del ruido mediático que producen algunas noticias de sociedad.
La primera niña nacida a partir de una fecundación artificial, lo que hoy conocemos como fecundación in vitro o FIV, cumplió 40 años en 2018. Esta técnica de reproducción asistida fue una revolución para aquellas parejas que no eran capaces de tener descendencia que en muchos casos se relacionaba con las tendencias sociales que aumentan la edad a la que nos reproducimos. Hay muchas otras razones por las que las parejas acuden a este tipo de reproducción: infertilidad (femenina o masculina), infecundidad inexplicada, infertilidad secundaria (infertilidad después de un embarazo), o incluso el uso de gestación subrogada, un término que recientemente puso en el candelero una conocida actriz-bióloga, con el consiguiente debate social generado.
Las técnicas de reproducción asistida han ido evolucionando mucho a lo largo de la historia y actualmente existen muchas opciones, que no solo incluyen la FIV. Para algunas personas y parejas, los enfoques iniciales pueden incluir el coito programado o la inseminación intrauterina. Además, con el avance de las técnicas de análisis genético, actualmente es posible seleccionar embriones que estén libres de una enfermedad genética concreta como por ejemplo la fibrosis quística. Para ello, una vez que se identifica a una pareja con alto riesgo de transmitir una enfermedad genética a la descendencia, se puede realizar un test genético preimplantacional, es decir antes de la implantación del embrión en el útero de la futura gestante, para identificar los embriones libres de dicha enfermedad.
Las sociedades de reproducción asistida recomiendan que las parejas reciban asesoramiento genético antes de iniciar un ciclo de FIV ya que existen muchas preguntas y preocupaciones en los futuros padres que deben ser resueltas antes de comenzar la FIV. En una consulta inicial se discutirá sobre el riesgo individual (y de la pareja) de tener un hijo afectado por una enfermedad genética. Para ello se evaluará la historia familiar y clínica de la pareja y se discutirán las distintas opciones de testado genético para definir correctamente los riesgos. Se debe explicar a la pareja todos los riesgos, beneficios y limitaciones de las técnicas de diagnóstico genético preimplantacional incluyendo los riesgos de falsos positivos o falsos negativos. Las parejas que finalmente optan por una FIV deben tener todo el conocimiento y herramientas necesarias para poder tomar la decisión más acorde con sus creencias, estilo de vida y tradiciones (ya sean religiosas y/o culturales).
El surgimiento de los nuevos tipos de familia, (uniparentales, parejas del mismo sexo, etc) han tenido un gran impacto en el desarrollo de los métodos de fecundación artificial, ya que sin estas técnicas, muchos individuos carecen de la capacidad de tener descendencia biológica. La biología humana es anterior a nuestra cultura, no lo confundamos con lo que las sociedades humanas aceptan o no como formas de familia.
Un método interesante y muy desarrollado es la técnica ROPA (Recepción de Óvulos u ovocitos de la Pareja) que está pensada para parejas de mujeres que quieren tener descendencia biológica y que quieren involucrarse de forma activa en el embarazo por ambas partes. De esta forma una de las mujeres de la pareja será la 'madre genética' (o donante) y la otra se convertirá en la 'madre gestante' (o receptora).
La primera fase del método ROPA, igual que para cualquier tratamiento de FIV, es la estimulación ovárica, cuyo objetivo es obtener varios folículos ováricos de forma simultánea y así aumentar el número de oocitos que podrán ser fecundados. El oocito es el nombre que recibe el óvulo en sus fases iniciales de desarrollo. Esta fase se llevará a cabo en la madre genética, que será la que aporte la mitad del material genético del feto. Para ello, se realizará un tratamiento hormonal con una combinación de análogos de la hormona GnRH y gonadotropinas. Este periodo de estimulación ovárica dura entre 10-12 días en los cuales la madre genética debe asistir a controles periódicos (analíticas y ecografías) para controlar el crecimiento de los folículos. Una vez generados suficientes oocitos y comprobando que los folículos han alcanzado el tamaño adecuado (16-18 mm aproximadamente), se cambiará el tratamiento hormonal para que dichos oocitos maduren y se programará la punción folicular. Este proceso dura entre 20-30 minutos y se realiza bajo anestesia suave. Con los óvulos maduros obtenidos bajo punción folicular, se procederá a la fecundación artificial con esperma de un donante que aportará la otra mitad del material genético del feto. Esto se realizará en el laboratorio y requerirá de unos 3-6 días para comprobar que la fecundación ha ocurrido correctamente. Mientras tanto, la madre gestante se está preparando con un tratamiento hormonal de estrógenos y progesterona vía vaginal, oral o en parches para favorecer el crecimiento del endometrio de modo que esté preparado para recibir al embrión. Finalmente, se transferirá un embrión a la madre gestante y se congelará el resto de embriones para futuros ciclos de FIV si fuese necesario. A partir de aquí, comienza lo que se conoce como 'betaespera' que dura unos 10-12 días tras la transferencia del embrión, momento en el cual se realizará una prueba de embarazo para comprobar el éxito o fracaso de la técnica. En este periodo se suele generar ansiedad y preocupación por parte de las futuras madres respecto al éxito del embarazo, por lo que un seguimiento con el asesor genético ayudará a reducir dicha preocupación y ofrecerá apoyo y sostén a la pareja.
Las últimas investigaciones en epigenética indican que el ambiente en el que el feto se desarrolla durante los 9 meses de embarazo juega un papel muy importante en el desarrollo del mismo. Aunque el bebé recibirá la información genética de la madre genética y del donador de semen, va a absorber nutrientes directamente de la madre gestante, lo que le ayudará a crecer y desarrollar sus órganos. La expresión genética del bebé, es decir, la regulación de qué genes deben expresarse, en qué tejidos y en qué momento, estará influenciada por la “madre gestante” y por ello, ambas mujeres de la pareja están involucradas activamente en el embarazo.
Nota: imágenes obtenidas de: https://www.reproduccionasistida.org/metodo-ropa/
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