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José Martínez Olmos
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Crónica
Conforme se acercaba la hora de inicio de la corrida, las nubes y la lluvia iban dejando paso a los claros, incluso algunos rayitos de sol. Los areneros se emplearon a fondo para tapar los charcos, esparciendo una capa de arena que dejó el ruedo en buenas condiciones, con dos colores.
Era tarde de expectación y, al contrario de lo que suele pasar, no fue tarde de decepción, tampoco yo gastaría demasiados cohetes, pero los tres matadores estuvieron a gran altura, con muchas ganas de torear y de satisfacer al público, que hizo el esfuerzo de acudir de manera notable a los tendidos en una tarde que no era la mejor por la lluvia caída.
Recibía Morante a su primero, un toro negro mulato de capa, de nombre Atildado, demasiado peso, 576 kilos, le gustó de salida al de La Puebla, toreo con su maestría a la verónica y remató con media de altura. Con la muleta el toro cabeceaba en exceso, probó al natural pero ahí no había nada que rascar. La faena fue por el pitón derecho, no pudo acoplarse, tocaba el toro la tela, pero fue sacando pases interesantes y cumplió. Mató de buena estocada y fue premiado con una oreja. En su segundo, que se llamaba Teniente, otro negro mulato, fue otro cantar. Un toro que no atendía los trapos, que entró al caballo de improviso, creando un poco de caos en el tercio, que no se fijó en los banderilleros e hizo imposible clavar los palos con estilo. En la muleta igual de mal, abrevió Morante, dos pinchazos y casi entera. Pitos para el toro y aplausos para el torero, que saludó desde el burladero. Pesa el rabo de Sevilla, en otras circunstancias hubiera sido pitado.
Jueves 8 de Junio. Tres cuartos de entrada. Nubes y claros, buena temperatura.
GANADERIA - Toros de la ganadería de Zaduendo, flojos y de desigual presentación.
TOREROS - Morante de la Puebla, de carmesí y oro, oreja y palmas, saludo desde callejón. David Fandila 'El Fandi', de blanco y oro con ribetes azabache, dos orejas y dos orejas. Talavante, de turquesa y oro, oreja y oreja. Salieron a hombros el Fandi y Talavante.
INCIDENCIAS - Festejo presidido por Mariano de Damas; asesorado por Pepe Puertollano y el veterinario Mario Rodríguez.
Y reapareció el ídolo de la afición granadina, tras un paréntesis por lesión. Granada quiere al Fandi, pero el Fandi también quiere, y puede que más, al público de Granada. En su primero, segundo de la tarde, de nombre Notario y 535 kilos de peso, lo recibió a puerta gayola, seguidas de largas cambiadas y un ramillete de pases de rodillas. La plaza se venía abajo. En su tercio de banderillas, como siempre, brillante. Con la muleta comenzó bajándole la mano, pero la poca fuerza del animal hizo que cayera al albero, el granadino puso la franela un poco más alta y el toro pasaba, aunque protestando y quedándose corto. Pero el Fandi escondió esta carencia poniendo primero, un gran oficio, y segundo muchas ganas y pasión. Entró a matar a la suerte contraria, estoconazo algo desprendido que fue suficiente, dos orejas, tras aviso.
Su segundo, quinto de la tarde, un cinqueño de 560 kilos, conocido por Delegado, salió con velocidad y dio buena sensación con el capote, lo recibió con una larga cambiada, serie de verónicas y media. Al entrar al caballo el toro da una espeluznante voltereta y queda diezmado de fuerzas. Comenzó el Fandi, con la muleta, a la altura del 1, frente a la bocana de la Puerta Grande, que le esperaba de nuevo, pero no tuvo suerte el granadino con su lote. Aunque lo intentó por todos los medios, no hubo lucimiento posible. Lo que estuvo en su mano, perfecto, como la estocada. Su actitud le valió para cortar otras dos orejas.
Cerró la terna Talavante, que también tocó pelo en sus dos oponentes, una en cada uno. El primero de su lote, de nombre Resistencia y cárdeno de capa, un toro más liviano que sus hermanos tuvo más movilidad y transmisión, repetía y metía bien la cara, de esto se valió el extremeño para argumentar una faena completa, que puso haber sido más de haberle bajado más la mano y someterlo. Mató de estocada y fue premiado con una oreja, tras aviso.
En el que cerró plaza, un toro que todo lo hizo mal, acabó en una faena discreta, sin emoción pero con interés. De nuevo estuvo acertado Talavante con la espada, no es frecuente, por eso otra oreja, que le valió para acompañar al Fandi en la salida a hombros de la plaza.
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