Insultos, puñetazos y patadas: Denuncian una agresión multitudinaria en el Hospital de Motril
SUCESOS
Aseguran que han tomado medidas legales contra los implicados en la agresión multitudinaria vivida en el servicio de Emergencias del Hospital Santa Ana
Un muerto, un herido de gravedad y seis herido leves tras el accidente de la A-7 en Salobreña
Impotencia y frustración tras la última agresión registrada en el servicio de Urgencias del Hospital Santa Ana de Motril que se salda con un enfermero, una celadora y dos agentes de seguridad malheridos y con el nerviosismo aún en el cuerpo tras recibir múltiples patadas, arañazos y puñetazos, además de amenazas de muerte. Los hechos ocurrieron la madrugada de este martes, en cuestión de minutos algo se torció en la puerta de emergencias del Hospital, y lo que comenzó como una llamada de ayuda ante el mareo de una persona que esperaba fuera noticias de un familiar ingresado, acabó en una agresión multitudinaria.
Una de las personas afectadas, que prefiere no identificarse tras el episodio vivido la pasada noche, señala a Granada Hoy que aún casi no se creen lo que pasó. "Nunca había vivido una agresión de está magnitud, todo pasó muy rápido y la impotencia es que de buenas a primeras nos rodearon y empezaron a pegar patadas y puñetazos por todos lados. No sólo había personas adultas, fue un todos contra cuatro".
Pasadas la una de la madrugada el miembro de una gran familia de la zona ingresa en el Hospital con pronóstico reservado, al poco tiempo distintos familiares comienzan a llegar a las inmediaciones del centro hospitalario, unas 30 o 40 personas según varios testigos. "Al principio todo fue normal, fueron entrando poco a poco para ver a la persona que estaba ingresada, tal y como establece el protocolo de Urgencias. Pero hubo un momento en el que uno de esos familiares se mareó estando en la puerta y empezaron los gritos. En cuestión de segundos pasaron de requerir un médico con urgencia a gritar: un médico, hijo de puta. Fue casi imposible atender a esta persona, todos los familiares estaban encima y se les requirió en varias ocasiones que dejasen un poco de espacio para poder atender al desfallecido".
Al hilo, relata que cuando consiguieron meter a la persona dentro de Urgencias para atenderla, todos los familiares "vinieron detrás". Uno de los agentes de Seguridad pidió a los familiares que esperasen en la puerta o en la sala de espera, "en ese momento llegó el primer puñetazo y empezó una auténtica batalla campal. Los familiares nos rodearon y empezaron a propinarnos puñetazos, patadas, en la cara, en el estómago, en el oído. Iban para todos lados".
Momentos de tensión y frustración que se disiparon rápidamente tras el aviso de otro trabajador de que ya habían avisado a la Policía Nacional y estaba de camino. "Pegar al personal sanitario está castigado como si la agresión fuese a un Policía. En teoría somos agentes de la autoridad dentro del Hospital y eso lo saben. No todos los familiares participaron en la pelea, aunque si una gran parte de ellos. Los que se quedaron fueran empezaron a tirar de los que nos estaban pegando para intentar pararlos. Y en dos segundos todo el mundo desapareció".
Los hechos se han puesto en conocimiento de la Policía Nacional, además, los afectados han tomado medidas legales para que los hechos ocurrido esa noche, no queden impunes. "Desde el Hospital nos han mostrado su apoyo y nos han dicho que tenemos asistencia legal por parte de los sindicatos, y que nos apoyan, aunque creemos que no estaría mal que por parte del centro también denunciaran los hechos". Están cansados de que casi a diario se registre una agresión, física o verbal, aunque asegura que nada comparado con esta última.
"El nerviosismo sigue estando en el cuerpo. Cuando he salido de mi turno, no podía pegar ojo, te pones a pensar en todo lo que ha pasado, en la paliza que te han dado, y luego en las amenazas, porque también te amenazan de muerte mientras te apalean", lamenta mientras asegura que algún compañero sigue sin saber si tomar medidas legales por miedo a represalias.
"Nosotros fuimos agredidos físicamente, pero todo el personal que se encontraba en la zona, y los pacientes que estaban en la sala de espera, estaban asustados dentro de las consultas de todo lo que se estaba liando. No podemos olvidar que cuando una persona viene al hospital es porque está enferma, no tienen porque vivir este tipo de situación", concluye.
Tolerancia cero
Esta es solo la punta del iceberg de las agresiones que tiene que soportar el personal sanitario. Este mismo martes, personal del Centro de Salud San Antonio de Motril han parado durante 10 minutos a las puertas del centro para protestar ante las últimas agresiones registradas a profesionales producidas tanto en el propio centro como en el servicio de Urgencias del Hospital Santa Ana.
Desde la Gerencia y el equipo directivo del Área de Gestión Sanitaria Sur de Granada muestran su apoyo a todos los profesionales, por las características del trabajo que realizan, impregnado de una gran profesionalidad y una fuerte vocación de servicio, y muestran públicamente su repulsa ante las agresiones
físicas o verbales de las que son objeto durante el desempeño de sus funciones. "Cualquier tipo de violencia, ya sea física o verbal, es una lacra social intolerable e injustificable desde todo punto de vista y en ninguna circunstancia podemos consentirla ni aceptarla. Los profesionales del sistema sanitario público ponen todo su esfuerzo para atender las necesidades de salud de la población en base a criterios clínicos – avalados por la evidencia científica- y valores éticos. Hacer el bien, no causar daño, contar con la opinión y el consentimiento del paciente y hacer una distribución justa de los servicios y recursos sanitarios según las necesidades de cada persona, son principios que acompañan a la organización sanitaria y a los profesionales en su toma de decisiones. Decisiones que son consensuadas y quedan reflejadas en nuestros protocolos y procedimientos de actuación".
Además, señalan que hacer un uso adecuado de las instalaciones y los recursos sanitarios, así como respetar las normas y a los profesionales, "son deberes de los usuarios de los servicios sanitarios que solo pueden redundar en el beneficio común. La desconfianza, la exigencia desmedida y la agresividad por parte de pacientes y/o acompañantes generan malestar y estrés entre los profesionales y solo consiguen mermar su ilusión y su capacidad de respuesta".
Las agresiones a profesionales sanitarios son consideradas un delito contra la autoridad (Modificación artículo 550 de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal) y por ello cualquier amenaza, coacción, agresión física y/o verbal, o cualquier otra actuación ilícita o que suponga alguna forma de acoso o persecución contra los profesionales de los centros sanitarios públicos puede denunciarse por la vía penal, incluidas las agresiones, los insultos, vejaciones o descalificaciones graves o que tengan por objeto desacreditar públicamente la profesionalidad de un trabajador del ámbito sanitario, expresadas en las redes sociales o mediante cualquier medio que lo difunda.
Agresiones a sanitarios en 2022 en Granada
Solo durante 2022 se registraron 138 casos de agresiones físicas o verbales a profesionales sanitarios de la provincia de Granada, cifras que, lejos de parecer residuales, van en aumento con el paso del tiempo –en 2021 fueron 124 y en 2020, 114-, según los datos de la Consejería de Salud y Familias.
Unos datos demoledores que ponen encima de la mesa un problema de civismo social con una "tendencia en escalada". La última agresión, la sufrida en el Servicio de Urgencias del Hospital Santa Ana de Motril, tal y como adelantó este periódico, dejó como resultado a dos guardias de seguridad heridos graves, y leves una celadora y un enfermero.
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