Motos de agua, vigilancia de las zonas de baño y redes a la deriva: una jornada de trabajo con el Servicio Marítimo de la Guardia Civil
SERVICIO MARÍTIMO | UNA JORNADA DE VIGILANCIA DE LA GUARDIA CIVIL EN EL LITORAL GRANADINO
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil se encarga de controlar las distintas actividades náuticas, del rescate o salvamento de personas, control de recursos pesqueros, o la lucha contra el contrabando de sustancias estupefacientes, entre otras labores
Vigilancia aérea para controlar las motos de agua en la Costa de Granada
Almuñécar refuerza el control de playas y motos de agua con la vigilancia aérea de un dron
Granada/Más de un centenar de infracciones ha registrado el Servicio Marítimo de la Guardia Civil en la Costa Tropical con las motos de agua durante la época estival, gracias al refuerzo del servicio que se realiza durante los meses con más afluencia de personas. La costa granadina es muy segura y en la última década solo se han producido dos altercados relacionados con las motos náuticas o las embarcaciones de recreo: en 2021 un incidente en el que resultaron implicados un velero y una moto náutica en Calaiza (La Herradura), donde solo hubo que lamentar daños materiales; y otro en 2022 en el que se vieron implicados una moto de agua y una tabla de paddle surf, sin heridos ni daños materiales.
"Nuestra función principal es la prevención, que no ocurra nada. También dar seguridad a los usuarios y que sepan que estamos aquí, podemos actuar en cualquier momento", explica a Granada Hoy el capitán y segundo jefe del Servicio Marítimo de la Guardia Civil en la provincia de Granada, Óscar Perea, nada más salir por la bocana del Puerto en la patrullera Rio Genil de camino a una nueva jornada de vigilancia.
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil realiza un control exhaustivo de vigilancia en la zona enfocado a la prevención, control e inspección de este tipo de embarcaciones para localizar las conductas irregulares de los conductores de motos náuticas o embarcaciones de recreo, con salidas diarias, controlando la documentación de los patrones y las motos náuticas, inspeccionando los elementos de seguridad, así como el manejo de las mismas para evitar o sancionar conductas incívicas o contrarias al ordenamiento. Además, cuentan con un dron aéreo que desde el cielo vigila y que puede hacer que se realice una actuación de socorro o atención con una mayor celeridad, dando una visión de campo optimizada en la realización de sus cometidos diarios.
Solo durante la campaña estival, que aún no se da por finalizada, se han realizado más de 140 inspecciones y se han formalizado cerca de un centenar de denuncias administrativas, de ellas un 14% eran por estar en zona prohibida o exceso de velocidad, y el resto por no cumplir con la edad mínima, no llevar los elementos de seguridad obligatorios, falta de documentación o seguro de responsabilidad civil.
Aunque se realizan controles por todo el litoral granadino, los puntos calientes se concentran durante los fines de semana, festivos y cambios de quincena en Almuñécar y La Herradura, Salobreña y Motril. Si se añaden las incidencias registradas en otro tipo de embarcaciones, el Servicio Marítimo ha experimentado este año un aumento del 44% de las actuaciones durante la Operación Verano. Una labor de control que se extiende por las 42,7 millas náuticas, unos 80 kilómetros aproximadamente, con los que cuenta la provincia de Granada.
No solo atienden a este tipo de llamadas. La inmigración en la provincia ha descendido, pero tienen que estar preparados por si se les requiere, además el control marítimo para evitar el contrabando también es importante. "Al empezar el turno se revisan novedades e incidencias, puede que empieces la jornada con un cometido ya asignado, también hay días en los que no sale nada y se revisa que las embarcaciones no tienen ningún fallo. En función de la meteorología se orienta el servicio, salvo que haya otra incidencia, se realiza vigilancia en la playa, siempre se prioriza salvaguardar la vida humana en el mar. También vigilamos que no se atente contra el patrimonio submarino, en la provincia de Granada hay varias localizaciones poco conocidas", advierte el capitán Perea.
Por lo que avisan que la jornada preventiva en la que se ha embarcado este medio puede cambiar en cualquier momento. "Un simple aviso desde la Comandancia o una sospecha puede hacer que se cambie la ruta de observación y control que llevamos y se convierta en una operación de rescate o en el seguimiento de una embarcación", advierte el responsable del Servicio Marítimo, que pilota la patrullera de alta velocidad al salir del Puerto de Motril.
En esta jornada de vigilancia se ha dividido el equipo en dos embarcaciones, por un lado la Río Genil y por otro, la Sierra II. Aunque parten a la vez, pronto sus caminos se separan por la gran cantidad de embarcaciones recreativas y avisos. En una primera instancia, ambas embarcaciones ponen rumbo a la zona del paraje protegido de Cerro Gordo-Maro para realizar labores preventivas, principalmente de control de embarcaciones de recreo, con el capitán Óscar Perea, el teniente Javier Coca, el cabo primero Raúl F.G., y como mecánicos-marineros, los Guardias Civiles Miguel G. B., Víctor M. y Daniel L.
Cada año la Capitanía Marítima de Granada edita y publica unas normas de seguridad marítima para todos los usuarios del mar, y la Guardia Civil desarrolla una campaña de inspección de embarcaciones de recreo y motos acuáticas que se prolonga hasta el 15 de septiembre.
En este marco, la primera parada de la patrullera Río Aragón se produce en las cercanías de Velilla, donde los agentes solicitan la documentación de tres motos de agua y se advierte de que no pueden salir del canal náutico a más de tres nudos, ya que de lo contrario sería infracción. En este punto ambas patrulleras se separan para cubrir un área mayor. Mientras que en la Sierra II los agentes requieren la documentación a varios usuarios, en la Río Genil comprueban los datos facilitados para saber si hay algún requerimiento sobre la motora o el ocupante de esta o si cuenta con todos los permisos reglamentarios. A penas diez minutos después otras dos motos de agua aparecen por el horizonte. "Aunque no se observe ninguna infracción, porque normalmente cuando nos ven intentan respetar las normas, se lanza el mensaje de que estamos aquí y que deben tener cuidado", explica el capitán.
Pese a que en los últimos años la sociedad reclama una mayor protección frente a las motos de agua, y que se realizan diversas campañas, lo cierto es que en el litoral granadino destaca más por ser un destino de segunda residencia, por el contrario, si el destino estuviese más explotado, como sucede en provincias limítrofes, la oferta de empresas náuticas sería aún mayor.
A las 11:57 otras tres motos de agua, en la Punta de la Mona, sin embargo, en esta ocasión se comprueba que es una excursión de una empresa náutica de la zona que cumple con todos los permisos. A penas unos minutos después entra un aviso por radio. Unos bañistas han alertado de una gran mancha blanquecina flotando frente a la playa de La Rábita, tras dar aviso a una patrulla de la Guardia Civil y comprobar desde tierra la misma, se alerta a los agentes para que recojan muestras para que el SEPRONA pueda analizarlas y ver de que se trata.
Mientras se recogen muestras, uno de los agentes observa una pequeña embarcación con varios ocupantes que, tras su llegada, ponen rumbo en dirección contraria. Se le pide al dueño de la embarcación que deje a la tripulación en tierra y muestre toda la documentación, posteriormente se le informa de que no puede estar dentro de la zona habilitada para el baño.
A las 13:53 otras cuatro motos acuáticas aparecen en La Rábita. "Esta zona suele ser más tranquila, pero no quita que también sea zona de paso", asegura el agente.
De camino de vuelta al Puerto, uno de los agentes ve a lo lejos una red abandonada. "Es importante retirarlas porque puede enredarse con los barcos, o incluso ser una red de pesca ilegal", apunta. Tras tirar de ella descubren que es una nasa (arte de pesca), sin nada. Un poco antes de las tres de la tarde, a la altura de la Playa del Lance a lo lejos se vislumbra tres bidones azules flotando en el agua. Se activa un nuevo dispositivo ya que unos bidones a la deriva puede significar varias cosas. Tras tirar de los bidones hay muchos metros de cuerda, la cosa se tensa, hay que realizar varias maniobras para poder seguir subiendo el artilugio, tras casi 40 minutos de extracción se encuentra una gran red de pesca ilegal. A su paso ha arrancado varios corales de la zona, hay atrapados cangrejos y algún que otro pescado. Es imposible sacarla del agua, por lo que los agentes cortan la cuerda para que la próxima vez no sea tan difícil, se apuntan las coordenadas y se lanza aviso al buque de inspección de la Guardia Civil para que vayan a la zona a retirarla.
Cerca de las 16 horas, la Río Genil llega a la dársena granadina, aún quedan unas cuantas horas por delante pero vuelven a tierra para que podamos finalizar el reportaje. El capitán Perea explica que la Guardia Civil puso en marcha el pasado 15 de junio en toda la costa la campaña de control de embarcaciones y motos náuticas para el verano 2023, que se desarrolla, específicamente, por parte del Servicio Marítimo Provincial con apoyos de las Unidades territoriales de Seguridad Ciudadana de la Compañía de Motril y que hasta el momento está siendo tranquila.
En una sola jornada de mañana se han realizado entre las dos patrulleras 12 inspecciones a embarcaciones de fondeo y motos de acuáticas y se han puesto ocho denuncias. "El objetivo es mejorar la seguridad de los usuarios de este tipo de embarcaciones, así como la de los bañistas y personas que visitan nuestras costas en el periodo estival".
Y recuerda que se deben cumplir las normas de navegación, y advertir de la obligatoriedad de respetar los límites de la zona de baño. Teniendo en cuenta que es obligatorio portar la documentación, y mostrarla en caso de que sea requerida.
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