"El aguacate es de los pocos cultivos en los que podemos tener una productividad": los agricultores de la Costa de Granada defienden este producto

El cultivo del aguacate en Andalucía supone el 75% de la producción nacional, siendo las provincias de Málaga y Granada donde se concentra el grueso de una plantación que cada día gana más adeptos por los altos precios que alcanza el producto. Este fruto, que es rico en vitaminas C y E, se ha situado en los últimos tiempos en el punto de mira de asociaciones ecologistas que lo consideran como una producción "insostenible" que conduce al colapso hídrico, por la insuficiencia de agua para abastecerlos y garantizar, además, el consumo humano; sin embargo, agricultores y expertos defienden este tipo de cultivo que se ha convertido en el sustento de muchas familias granadinas y que supone menos gasto anual de agua que el necesario para el cultivo de manzanas.

Un producto que cuenta tanto con partidarios como detractores. En el caso de la Costa Tropical, desde Ecologistas en Acción defienden que no cuenta propiamente con un clima tropical, ya que aunque las temperaturas suelen mantenerse estables y no son frecuentes las heladas, las precipitaciones son muy inferiores a los que imperan en las regiones puramente tropicales. Precisamente indican que se necesitan 350,5 litros de agua de riego para producir un aguacate con un peso medio de 350 gramos, lo que evidencia que las reducidas lluvias en Andalucía no se ajustan a las necesidades de riego de los cultivos subtropicales.

"El consumo de agua del aguacate es mucho más bajo de lo que la gente se piensa, puede estar gastando por debajo de lo que necesita una manzana, o cualquier otro frutal peninsular, por lo tanto, se está estigmatizando, tiene la dotación de 5,5 metros cúbicos por hectárea y año, cuando por ejemplo, la manzana puede estar consumiendo 6,5 m³ y cualquier otro cultivo consume más", explica el ingeniero agrónomo y concejal de Agricultura de Almuñécar, Carlos Ferrón.

Además, incide en que hay que saber diferenciar muy bien entre las dos provincias y la situación que se vive en cada una de ellas. "Ahora mismo en Granada tenemos una cuenca hídrica que no está considerada que en sequía, en el sistema de Béznar-Rules hay más de 100 hectómetros cúbicos de agua de reserva". En este sentido, incide en la necesidad que hay en la zona de que lleguen las esperadas lluvias para dar un poco de alivio al campo, sobre todo sexitano, que lleva varias campañas pasándolo mal por la escasez de agua pese a que "no se considera que esta zona esté con problemas de sequía". La situación que se vive en el campo malagueño es totalmente distinta, recalca Ferrón, "se abastecen del pantano de La Viñuela". La Axarquía, Málaga y Guadalhorce están en situación de emergencia por escasez grave, mientras que en la Costa del Sol están en nivel de escasez severa. "Son dos provincias con idiosincrasias distintas y no pueden meterse en el mismo saco porque cultiven el mismo producto".

"El problema es que si lo comparamos con los cultivos de olivo y almendro de secano, es evidente que el aguacate consume mucha más agua, pero también es cierto que es uno de los pocos cultivos en los que ahora mismo podemos tener una productividad", recalca Ferrón, quien añade que en la provincia de Granada, si se gestiona bien, se ponen en funcionamiento las conducciones de Rules y se administra bien la gestión del sistema hidráulico "no tendremos ningún problema para llevar adelante los cultivos y las cantidades que tenemos actualmente".

Aunque reconoce que con las condiciones que hay actualmente en la Costa Tropical, "no se debería incrementar mucho más la producción de tropicales si no tenemos la certeza de que el recurso hídrico nos lo garantiza", es decir, "si ya supiésemos que los terciarios los estamos reutilizando mezclándolos con las aguas de las presas, pues si, igual podríamos aumentar algo, pero ahora mismo yo no aumentaba la superficie regable, no creo que sea coherente". 

La Unión Europea, el principal destino del aguacate

El aguacate que se produce en España tiene a la Unión Europea como principal consumidor, solo durante 2023 se comercializaron más de 122.000 toneladas a países como Francia o Países Bajos, alcanzándose unos 400 millones de euros gracias a las exportaciones. En el caso del producto nacional, aunque la mayor producción se concentra en las provincias de Granada y Málaga, hay otras provincias que se están abriendo a su cultivo como Cádiz, Huelva o Sevilla, en el caso de Andalucía, y la Comunidad Valenciana o Tarragona, en el caso de la península.

El catedrático de Economía Agraria en la Universidad de Córdoba, y coordinador del grupo de investigación 'WEARE' (Water, Environmental, Agriculture and Resource Economics), Julio Berbel, expuso en el  Congreso Global del Aguacate celebrado en Madrid hace pocas fechas que, "los aguacates se han convertido injustamente en el chivo expiatorio en las discusiones emocionales sobre el uso del agua en la agricultura y el culpable de la sequía en España. Pero la realidad es muy diferente". En este sentido, Berbel resaltó que estos frutos "usan significativamente menos agua que muchos productos de origen animal. Es hora de reconocerlos como una opción sostenible en la transición hacia dietas ricas en plantas que benefician tanto a las personas como al planeta. Una mejor gobernanza y gestión del agua, incluyendo el uso controlado de aguas subterráneas, el riego, la reutilización de aguas residuales y la optimización del uso del agua mediante la desalinización y nuevas tecnologías innovadoras, son el camino a seguir para gestionar mejor nuestros recursos naturales amenazados".

Por su parte, el responsable del Programa de Campaña de Aguas de Greenpeace, Julio Barea, explica a Granada Hoy a raíz de un informe que sacó la asociación hace pocas fechas, que España cuenta con 3.975.000 hectáreas de regadío en la actualidad; sin embargo, se han seguido aumentando los regadíos hasta 2022 y propone, a corto plazo, seguir aumentándolos, como se observa en los diferentes planes hidrológicos de cuenca. La propia estrategia de lucha contra la desertificación y todos los modelos climáticos para el futuro señalan que cada vez habrá menos recursos disponibles, más sequías y más frecuentes. Las precipitaciones serán más irregulares, por ello habrá más sequías y, paradójicamente, más inundaciones. "Cada región tiene su problemática y su cultivo, y en la zona de la Axarquía y de Granada son los aguacates y los mangos, igual que en Castilla La Mancha el problema lo tienen con los almendros y los pistachos. Y se están utilizando unos riegos importantes de agua que no hay. Hay que pensar que la agricultura en nuestro país ha cambiado mucho en los últimos años y ya no es la agricultura idealizada, se están abriendo incluso grandes agroindustrias que imposibilitan a muchos agricultores a competir contra ellos".

Barea recalca que el problema principal es que "la tierra va a quedar en muy pocas manos, cuando dejen de ser rentables las tierras se marcharán para invertir en otros sitios, y aquí no quedará nada porque el terreno estará sobreexplotado, sin recursos hídricos". E incide en que "necesitamos la agricultura si o sí, pero no así".

Aunque el consumo de agua puede ser un tema polémico, el cultivo de aguacate cuenta con defensores y detractores, aunque lo cierto es que este tipo de producto consume aproximadamente la misma cantidad de agua que otras frutas y verduras, y mucha menor cantidad que muchos alimentos de gran consumo. Según desde la World Avocado Organization(WAO), los estudios realizados demuestran que tienen una huella hídrica promedio de alrededor de 800 litros por kilogramo y generan solo 2,4 kg de emisiones de CO2 por kilogramo. Los aguacates consumen entre 8 y 10 veces menos agua que la carne de vacuno, el chocolate y el café, y producen 25 veces menos gases de efecto invernadero que la carne de vacuno, 10 veces menos que el queso, y aproximadamente lo mismo que otras frutas.

Además, añaden que la industria del aguacate representa solo el 0,031% del comercio mundial de cultivos, lo que reduce aún más su impacto global. Solo representan entre el 4 y 5% de la producción mundial de frutas y verduras. En comparación con otros cultivos a gran escala como los plátanos, los aguacates son un jugador pequeño con una huella ecológica positiva.