"Nos alegramos por el espigón de Motril, pero hay proyectos que no terminan de arrancar y al nuestro lo han matado directamente"
El alcalde de Polopos asegura que remitirá un escrito a las distintas administraciones para que vuelvan a revisar esta zona del litoral y se aseguren de que sigue existiendo el motivo por el cual han rechazado todo el proyecto
Los espigones de la Costa de Granada: y ahora, ¿qué?
Hace apenas un año los vecinos de Castillo de Baños, pedanía de Polopos -La Mamola, recibieron como un jarro de agua fría la noticia de que el Ministerio de Transición Ecológica paralizaba el proyecto del espigón con el que pretendían frenar la erosión de esta zona del litoral. El hallazgo de una pradera de Posidonia oceánica, planta acuática que constituye uno de los ecosistemas más importantes del Mediterráneo y catalogada como hábitat prioritario en la Directiva Hábitat de la Unión Europea, devolvía a la casilla de salida al Consistorio a la espera de realizar nuevos estudios y plantear un nuevo proyecto.
El inicio de las obras del espigón de Motril llegan tan solo un año después de la noticia de que había que empezar de nuevo en el proyecto de Castillo de Baños, lo que no hace más que 'poner el dedo en la llaga'.
"Nos alegramos por el espigón de Motril, pero hay proyectos en la Costa que no terminan de arrancar y al nuestro lo han matado directamente", lamenta el alcalde de Polopos - La Mamola, Matías González. "Estamos cansados, nos aseguran que están trabajando en buscar otras alternativas, pero seguimos sin saber quién lo está haciendo, la sensación que tenemos es que reamente ahora mismo no se está haciendo nada y cada vez que hacemos una consulta o preguntamos nos dicen que sí para que nos contentemos. No entendemos qué está pasando porque en el mismo plan que presentó Costas en 2017 se incidía en la necesidad de realizar una actuación en Castillo de Baños, ahora mismo solo tenemos una escollera y lo lógico es dotarlo con una playa", explica González.
El responsable municipal señala que están cansados de encontrar tan solo piedras en el camino, y que llevan todo un año esperando a que realicen algún movimiento, se desplace al municipio alguien o hagan alguna consulta para ver que realmente se está trabajando en el nuevo proyecto, sin embargo, la sensación es de auténtica parálisis. "Nos echaron para atrás el espigón porque supuestamente había una pradera de Posidonia, a nosotros nos cuesta mucho trabajo creer esto porque ningún vecino que practica submarinismo la ha visto, y estamos sufriendo un problema con la invasión del alga asiática, creemos que es muy difícil que justo en la zona donde estaba proyectado el espigón no haya llegado esta alga y si la Posidonia".
Además, recalca que hace algún el propio Consistorio realizó, a través de una empresa especializada, un estudio marino de la zona y no se detectó en ningún momento la presencia de esta planta que pertenece a la familia Posidoniaceae, aunque el Ministerio de Transición Ecológica emitió un informe desfavorable. Posteriormente, se solicitó que se barajaran otras opciones como recortar la longitud del espigón, algo que, según recalca Matías, se dijo que se estudiaría.
Motivo por el que avanza que este otoño remitirá un escrito a las distintas administraciones para que vuelvan a revisar esta zona del litoral y se aseguren de que sigue existiendo el motivo por el cual le han rechazado todo el proyecto. "Es un problema que podría solucionarse con voluntad, pero no estamos seguros de si todas las administraciones tienen el mismo interés".
En este sentido, el subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, recalca que desde la Dirección Provincial de Costas "están planteando opciones alternativas a la Dirección General, por lo que no se ha renunciado al proyecto, se está trabajando para encontrar otras alternativas que puedan alcanzar el visto bueno".
Sobre la existencia o no de una pradera de Posidonia en esta zona del litoral, Montilla recalca que el informe de la declaración de Impacto Ambiental está realizado por los técnicos que "son los que saben, y cuando hacen un informe negativo en ese sentido, lógicamente lo hacen después de haber comprobado la situación".
El MITECO plantea tres alternativas de actuación, la rechazada es una de ellas, ya que podría modificarse para adaptarse a mejores criterios ambientales. La otra es reiniciar el proceso con alguna de las otras variantes del proyecto que fueron inicialmente desechadas por Transición Ecológica. Sin embargo, el proyecto de espigón de Castillo de Baños seleccionado por el propio Ministerio era el "mejor", pues "a pesar de tener una mayor repercusión ambiental, es más viable desde el punto de vista técnico, estético, paisajístico y económico", imponiéndose a otras alternativas. Una trataba la construcción de dos espigones rectos, de 100 metros de longitud, manteniendo la escollera longitudinal actual en una longitud similar.
El segundo era la construcción de dos espigones "que generen una celda estable en el lado este de la escollera, apoyando lateralmente un tramo de playa al oeste". En este seguía "siendo necesario mantener un tramo de escollera longitudinal de protección en el lado oeste". El tercero suponía la construcción de tres espigones de 120, 60 y 30 metros de longitud que permitieran generar una playa estable en toda la longitud de costa a proteger.
La otra alternativa, llamada 'cero' era directamente dejar todo como está, algo que no quiere el Ministerio ya que "no justifica aspectos socioeconómicos como la seguridad frente al cambio climático que pueda ofrecer la construcción del espigón proyectado, el aumento de visitantes a una zona en retroceso poblacional y donde el desempleo en estos núcleos de población es un factor muy limitante a la despoblación".
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