La Costa Tropical cuenta con un retoño del árbol de Guernica en recuerdo del dolor de la Desbandá

La carretera que discurre entre Málaga y Almería fue testigo en 1937 del ataque a civiles por parte del bando sublevado en la Guerra Civil, miles de personas tuvieron que huir de las tropas franquistas, prácticamente con lo puesto, en la que se conoce como la Desbandá, muchos de ellos perecieron por el camino. No fue un hecho aislado. Meses después, la población de Durango (Vizcaya) fue atacada desde el cielo, y unos días más tarde Guernica fue completamente destruida y cientos de personas murieron; sin embargo, el Árbol de Guernica, que se convirtió en todo un símbolo, permaneció casi intacto. Ahora, un retoño de ese árbol se encuentra en Calahonda, junto a la carretera por la que huyeron en la Desbandá, cedido por las Juntas Generales de Vizcaya para el hermanamiento simbólico.

De esta forma, la Costa Tropical cuenta con dos árboles contra el olvido. Por un lado, un retoño del árbol de Guernica, símbolo de la resistencia frente a la barbarie fascista. Un roble, que es un reconocimiento de Euskal Herria al dolor del pueblo andaluz que sufrió también la masacre contra la población civil que huía por la N-340 de Málaga a Almería. Le acompaña un almendro para dar testimonio con sus flores del recuerdo por cada una de las víctimas.

Un acto que se encuentra enmarcado dentro las actividades programadas por la Asociación 14 de Abril para la Recuperación de la Memoria Histórica en la Costa de Granada para seguir recuperando y sacando a la luz hechos y situaciones históricas que fueron enterradas a conciencia por quienes "promovieron un golpe militar fascista contra la legalidad democrática, alentaron una guerra criminal y sostuvieron una dictadura cruel y sangrienta durante más de 40 años".

Fernando Alcalde, de la Asociación 14 de Abril Costa, explica que se trata de un acto de memoria y que "recuerda en el 88 aniversario de la Desbandá a los miles de personas que pasaron por aquí, por esta carretera, por este suelo que estamos pisando, donde se han plantado estos dos árboles. Recordamos a todas ellas como víctimas inocentes, de una violencia innecesaria y cruel sobre gente que huía simplemente del horror fascista que le venía desde atrás. Que les ametrallaba desde el cielo, desde el mar, desde la tierra y que veían en Almería la única posibilidad de salvar sus vidas".

Alcalde señala que todo ese horror es "una herida que sigue abierta en Andalucía" y sobre la que siguen pidiendo cada año "verdad, justicia y reparación". Además, recalca que es un acto de memoria y de "alerta", ya que "lo que ocurrió en el pasado puede ocurrir en cualquier momento y la estamos viendo desgraciadamente. Es una alerta sobre esa bestia del fascismo que se pudo contener y que las potencias democráticas en todo el mundo lograron contener y que en este momento vuelve a asomar la patita en Estados Unidos, en nuestro país, en Europa, en América del Sur y con el que tenemos debe estar alerta y debemos de tejer coaliciones para que esto no sea así".

A modo de simbolismo, recalca que los dos árboles recién plantados son las raíces que son necesarias plantar a modo de "antídoto". "Queremos que las raíces de esos árboles que plantamos sean también entre los pueblos, entre la gente, que nos unamos en la defensa de las libertades de los derechos fundamentales, de los derechos para todos y para todas, los derechos internacionales y que esos árboles crezcan. Que la copa de ese roble mate las malas hiervas del odio, la violencia y la intolerancia; y que las flores del almendro cada año nos recuerde esa gente que vino andando por esta carretera y que con cada paso puedo construir la sociedad democrática en la que hoy vivimos".

En la misma línea, Ana Pérez, del colectivo Somos La Huía, señala que han traído de Euskal Herría lo más simbólico que tienen para reivindicar la construcción de la memoria. "La Memoria Histórica es una construcción colectiva, por eso es importante que las personas de todos los pueblos nos juntemos y luchemos por todos los hechos mencionados -la Carretera de la Muerte, el bombardeo de Guernica, las masacres de Badajoz- En multitud de puntos de España todavía quedan miles de cuerpos enterrados y que no se les han podido entregar a sus familias. Es importante que reivindiquemos la Memoria Histórica y que la construyamos entre todos".

Por su parte, el alcalde de Carchuna-Calahonda, Juan Alberto Ferrer, señala que "por desgracia" en estos pueblos "nunca hemos podido hablar de la historia que se dejó de contar. No queremos generar ningún tipo de controversia en el pueblo, pero es necesario que se cuente toda la historia y que en actos como este se entierre de una vez la batalla de guerra y que todos vayamos de la mano". Ferrer agradece la implicación de la asociación 14 de Abril y del colectivo Somos La Huía que mueve a gente de toda España.

Tras este acto de hermanamiento, continúan los actos programados en el Teatro Calderón de Motril todos los martes de febrero (4,11,18 y 25) centrados en recuperar a los olvidados de la Transición y en seguir poniendo luz sobre quienes lucharon por las libertades. La Asociación 14 de Abril rinde homenaje en esta edición a Manuel José García Caparrós, cuyo crimen aún no ha sido esclarecido, haciendo entrega a sus familiares de un busto en bronce del doctor Norman Bethune de la mano del cantaor flamenco Juan Pinilla en reconocimiento por la lucha que llevan realizando desde hace años contra la impunidad y el olvido.

Además, se proyectarán la película El 47 y el documental Las armas no borrarán tu sonrisa y se llevarán a cabo diversas conferencias y debates acerca de la figura de José Palanco Romero y del Patronato de la Mujer franquista, además de un coloquio con el director de cine Adolfo Dufour sobre los Olvidados de la Transición.