Descubren seis colonias de corales centenarios seccionados por el fondeo en la Punta de la Mona
Hacen un llamamiento para poner en valor el ecosistema de coral centenario de la zona y en la importancia de que se apruebe el plan de gestión de las actividades para que no vuelvan a repetirse episodios parecidos
Una misión para extraer los plásticos y las redes fantasmas del fondo marino en Salobreña
Hasta 45 fragmentos de coral candelabro repartidos por el fondo marino del paraje de la Punta de la Mona, en Almuñécar, encontraron hace escasas semanas los miembros de la asociación Coral Soul en una de sus inmersiones para controlar un fondo marino que tiene un valor ecológico incalculable en el que habitan un número importante de invertebrados marinos como nudibranquios, una especie de babosa marina de colores que atrae las miradas de buceadores de muchas partes del mundo, o de los propios corales. Los fragmentos localizados pertenecía a seis colonias que sobrevivían en la zona, una de ellas con cerca de 150 años de vida, y que fueron seccionados, previsiblemente por un ancla.
Desde 2020 trabajan junto a Coral Guardian en un proyecto de recuperación de arrecifes profundos -Deep Core Project- con el objetivo de restaurar y proteger los fondos y arrecifes de la zona de la Punta de la Mona, basándose en una recuperación acelerada de los fondos coralinos mediante actuaciones, tales como, medidas amortiguadoras de los impactos -retirada de residuos, saneamiento del arrecife, programa integrado para la sensibilización y fomento de la protección real de la zona-, o nuevas técnicas para el aumento de la resiliencia de la zona -como la creación de guarderías de corales y la repoblación de arrecifes-. En todo este tiempo que llevan trabajando de forma conjunta han conseguido recuperar 750 colonias de corales candelabro.
En el caso de los corales seccionados, la directora y cofundadora de Coral Soul, Marina Palacios, explica a Granada Hoy que lo importante no es buscar un culpable, "lo que realmente nos importa es que ha sucedido porque ahora mismo está permitido fondear y tirar anclas sobre un fondo de corales centenarios. Solo hay que imaginar lo que puede suponer que un ancla de unos 20 o 30 kilos caiga sobre un coral de 100 o 200 años, los daños son terribles, y por desgracia es lo que hemos presenciado".
Desde Coral Soul realizan entre 3 y 5 inmersiones por semana para recuperar el arrecife, por lo que conocen casi al momento todo lo que sucede en el fondo marino. "Ahora mismo podemos decir que la Punta de la Mona está completamente limpia de residuos que se han ido acumulando a lo largo de los años. Hemos extraído 2,5 toneladas de basura de una zona que tenía aproximadamente el volumen de una piscina olímpica. Ahora estamos empezando a limpiar y recuperar la zona de Piedras Altas, que está ahora mismo igual que estaba la Punta de la Mona cuando empezamos hace unos años", señala Palacios.
De forma paralela continúan trabajando en las guarderías de corales, hasta donde se han llevado algunos de los fragmentos recolectados. "Cuando nos encontramos la sorpresa, rápidamente recolectamos los 45 fragmentos. Los que tenían heridas los trasladamos a las guarderías y los que no tenían enfermedades se repoblaron directamente creando un arrecife nuevo que se llama Hope reef o Arrecife de la esperanza, ponemos todo nuestro corazón en que el Plan de Gestión se apruebe pronto y este tipo de situaciones se puedan evitar", añade.
El paraje de la Punta de la Mona, en Almuñécar, está catalogado como zona especial de conservación (ZEC), y desde hace años crea discrepancias sobre su uso y disfrute tras unos informes del ejecutivo andaluz donde se señalan algunas amenazas que ponen "en riesgo" la conservación del espacio. Los sedales, cabos, nasas, redes de pesca y residuos de distintos orígenes, además de las embarcaciones que fondean en la zona se han convertido en auténticos enemigos de estos habitantes marinos porque capturan especies que quedan atrapadas, los sedales y cabos caen sobre especies sésiles tapándolas por completo, asfixiándolas y haciendo que desaparezcan. En contacto con los corales, los residuos provocan un rozamiento, que hace que el tejido vivo sea vulnerable a infecciones, a la colonización oportunista de epibiontes o a necrosis tisular por la fricción constante provocada por el oleaje y las corrientes.
Ahora mismo tienen las esperanzas puestas en el proyecto para la regulación de las actividades que se podrán realizar en este paraje y en el que está trabajando la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. En dicho proyecto, al que tuvo acceso este periódico, se especificaba que uno de los motivos para llevar a cabo dicha regulación se encontraba tanto la presión como la amenaza que los distintos actores implicados ejercían sobre la biodiversidad marina, con "una pérdida significativa de los elementos prioritarios de conservación", además de causar "daños en gran parte de las comunidades de invertebrados".
El problema es que hay muchos actores implicados y los plazos del proyecto se alargan en el tiempo. "No es cuestión de prohibir, lo que todos queremos es que se informe bien y simplemente que se diga que sobre el arrecife no se puede fondear, pasa exactamente lo mismo que con la Posidonia. Se supone que el nuevo plan de gestión va a llegar relativamente pronto, pero a día de hoy seguimos siendo testigos de impactos desgarradores. En este caso tiraron un ancla que dio a parar sobre una colonia que había en una especie de terracita en el cañón, de unos 150 años, y posteriormente topó con otras cinco más pequeñas de unos 80 años".
Se estima que un coral candelabro crece medio centímetro al año, aunque depende de los recursos que tengan a su alcance. Gracias a un exhaustivo estudio biométrico que han realizado desde Coral Soul se conoce que cuando son pequeños crecen mucho, pero al alcanzar cierta edad, el crecimiento se estanca porque la energía la invierten en reproducción. En la Punta de la Mona hay corales que tienen más de un metro de longitud.
Desde Coral Soul inciden en la necesidad de poner en valor el ecosistema de coral centenario que hay en la zona y que es desconocido para muchas personas; la importancia de que se apruebe el plan de gestión de las actividades para que no vuelvan a repetirse episodios parecidos; y hacen un llamamiento a la conciencia individual para que las personas que tienen barco, kayak o utilicen cualquier tipo de fondeo o ancla, que no lo tiren cerca de la Punta de la Mona para evitar este tipo de situaciones.
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