Más de diez horas de protestas para impedir que un hotel sin licencia de Carchuna acoja a migrantes refugiados
Tras varias horas de negociaciones entre Ayuntamiento y ONG, han sido realojados en otros puntos de Andalucía
Sorpresa en Carchuna por la apertura de su hotel para alojar a personas migrantes

Algo más de diez horas han permanecido cerca de un centenar de migrantes solicitantes de asilo hospedados en el hotel La Perla de Carchuna tras las intensas protestas de sus vecinos y las muchas llamadas de teléfono de los responsables municipales para intentar llegar a un consenso y reubicarlos en otra instalación que cuente con todos los servicios de habitabilidad disponibles, en una jornada que se ha desarrollado en varios actos. El establecimiento hotelero, ubicado en primera línea de playa, lleva varios años cerrado y con varios expedientes abiertos sin solucionar, además de no contar con la licencia municipal de apertura, por lo que la sorpresa que se han llevado los vecinos ha sido mayor cuando se han enterado de que había abierto de nuevo sus puertas y no por el motivo inicial.
A primera hora de la mañana varios vecinos mandaban por WhatsApp a grupos que hay en el pueblo un vídeo con la llegada del primero de los autobuses a las inmediaciones, entre la sorpresa de los más madrugadores. "Vi de lejos como llegaban dos autobuses y varias furgonetas que descargaban material. Después han salido personas con maletas y han entrado corriendo en el hotel", explica a este periódico Alicia Alabarce, una de las vecinas que tiene un piso en la urbanización de La Perla y que no entendía lo que estaba pasando. Por otra parte, Alex Alcocer, otro vecino de Carchuna, señala que el día de antes vieron movimientos en el hotel, pero pensaban que los dueños estaban arreglando las cosas con la intención de volver a abrirlo al público en verano. "Tengo una promotora de vídeo y me acerqué para ofrecer mis servicios porque pensaba que estaban reabriéndolo, y me desviaron el tema con otros hoteles que tienen por España, pero intentaban no hablar de este. Me pareció raro pero ¿quién se iba a imaginar esto?".
Hasta la puerta se desplazaban rápidamente el presidente de la Entidad Local Autónoma de Carchuna-Calahonda, Juan Alberto Ferrer (PSOE), junto a sus concejales, para pedir explicaciones a los nuevos moradores del establecimiento. "Se estaban tramitando licencias desde la ELA para que su dueño pudiese abrirlo lo antes posible como hotel, pero nos hemos llevado la sorpresa cuando nos han avisado fuentes del Gobierno de que se iba a destinar para alojar a personas en situación de solicitud de asilo por guerra. Entendemos que tienen que alojarse en algún sitio, lo que no entendemos es que si Subdelegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Motril sabía esto por qué no han habilitado un centro que sí tenga licencia municipal y que tenga las condiciones de habitabilidad para estas personas, porque entendemos que, ya que vienen tienen que estar en un sitio decente, y no en cualquier lugar", indica a este periódico Ferrer, quien insiste en que desde la ELA no se ha dado ninguna licencia de apertura y que se han enterado esa misma mañana cuando ya había gente allí instalada.
En un primer momento, y con la tensión en aumento, se ha vivido algún que otro enfrentamiento entre ambas partes. Los miembros de la ONG se han resguardado dentro del complejo, asegurando que la puerta estaba cerrada, para que ningún vecino entrase. En ese momento los presentes han grabado varios vídeos para mostrar su indignación y pedir explicaciones, una indignación que ha ido en aumento conforme se sumaban más vecinos a la concentración.
Fuentes del Gobierno han señalado a Granada Hoy que se trata de migrantes de Mali que están incluidos en el dispositivo de emergencia establecido para atender a personas que tramitan su petición de asilo. Al tratarse de solicitantes de protección internacional tienen derecho a estar en el sistema nacional de acogida, que cuenta con una red de recursos temporales distribuidos por el país. Reciben atención de una entidad colaboradora del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones a la espera de que se tramite su petición de asilo.
Entrado el mediodía cerca de una decena de agentes de la Policía Nacional han llegado hasta el hotel para montar un cordón de seguridad entre los vecinos y los nuevos moradores que se asomaban de vez en cuando a los balcones y ventanas para ver la que se estaba montando fuera. La crispación ha ido aumentando por momentos, incluso se ha tenido que ampliar el perímetro y varios policías se han apostado junto a los vecinos para intentar aplacar los ánimos. Con algo más de calma, Ferrer y los representantes de la ONG, con la que este medio ha intentado ponerse en contacto sin conseguir respuesta, han conseguido hablar para mostrar sus posiciones. En las inmediaciones del hotel también se encontraba Concepción Abarca (PP) ex presidenta de la ELA, quien ha apuntado que "en estos temas no hay colores políticos" y que están todos unidos para buscar el bien para el pueblo. Además, ha apuntado que ha informado de la situación también a la Delegada de Inclusión Social para que tuviera conocimiento de lo que estaba pasando e intentase buscar una solución.
Enfilando la media tarde, entre los vecinos empezó a correr la voz de que llegaban más autobuses, sin embargo los concejales allí presentes calmaron los ánimos informando de que habían llegado a un acuerdo y que iban a reubicarlos en otras instalaciones que si cumplen con todos los requisitos, en otros puntos de Andalucía.
Ferrer ha explicado que el antiguo hotel La Perla llevaba más de seis años cerrado, y aunque su dueño había pedido los permisos para iniciar los arreglos y las licencias correspondientes para su reapertura, aún no estaba en regla. Ha explicado que durante las primeras horas se han vivido situaciones complicadas por la protesta de los vecinos del pueblo. "Este sitio no tiene licencia de apertura, no entendemos como habiendo sitios habilitados para estas situaciones, por qué tienen que dejarlos aquí, en esta situación, cuando hay muchos hoteles, por el resto de Andalucía. Estamos de acuerdo en que hay que acogerlos, no tenemos ningún problema, pero esto se ha hecho con alevosía y nocturnidad".
En este sentido, insiste en que si hubiesen avisado al Ayuntamiento con tiempo hubiesen buscado alguna alternativa pero "cuando metes las cosas con cuchara pasan estas cosas". Además, insiste que "no somos racistas. Casi la mitad de nuestra población es migrante y convivimos sin ningún problema, pero todos tienen su trabajo, nos conocemos, sabemos por qué están aquí, y son vecinos más del pueblo. Lo que no pueden hacer es meter a más de un centenar de desconocidos que no sabemos quién son, sin ni avisar al alcalde, poniéndome en una situación complicada".
Han contratado los autobuses para llevárselos a otros puntos
"La ONG ha puesto dos autobuses y el tercero lo ha puesto la Entidad Local Autónoma para intentar desatascar esta situación. He preguntado a los vecinos que estaban aquí, porque siempre consultamos a la hora de hacer un gasto municipal, y nos han dicho que sin ningún problema porque querían que se desbloquease la situación", señala Ferrer.
"Queremos insistir en que a estas personas hay que darles una solución de habitabilidad y acogida, pero en un sitio donde se pueda estar y tenga todas sus licencias en reglas. Esto es lo que no entendemos, que se permitan este tipo de situaciones", apunta.
Pasadas las 19:00 horas los migrantes han empezado a ser trasladados a otros puntos de Andalucía en tres autobuses. El último de ellos ha partido bien entrada la noche bajo la atenta mirada de los vecinos que han permanecido en el lugar hasta que se ha restablecido la normalidad.
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