De Donald Trump a James Bond: el mega yate de lujo que está en la Costa de Granada

El yate de lujo pertenece a un empresario y príncipe saudí

La Familia Real de los Emiratos Árabes Unidos visita Granada en su lujoso yate

Varias personas se meten en el agua con el yate de lujo al fondo / Alba Feixas

Los vecinos de Motril y Salobreña miran mar adentro con curiosidad por el gran yate de lujo que está fondeado desde primera hora de la mañana en la Costa Tropical. A los más cinéfilos y nostálgicos, incluso, les es algo familiar. Se trata del Kingdom 5 KR, un superyate construido para un multimillonario saudí, que tras pasar por distintas manos y saltar a la gran pantalla junto al agente secreto más famoso de todos los tiempos, el incombustible James Bond de Sean Connery en 'Nunca digas nunca jamás' (1983), ahora es propiedad de un magnate empresarial y príncipe saudí.

El yate, de bandera de Arabia Saudí y algo más de 85 metros de eslora, fue creado en 1980 por el astillero italiano Benetti y estaba considerado en el momento de su fabricación como uno de los más grandes y lujosos del mundo. Sus moradores disfrutan de diversas y amplias instalaciones, entre las que se encuentran cinco cubiertas, un helipuerto, sala de cine y discoteca.

Por el momento se desconoce el tiempo que sus ocupantes permanecerán por aguas de la Costa Tropical, así como si tienen previsto realizar alguna visita por la provincia, como ya pasó hace dos años con la llegada de otro megayate a la costa. Entonces, sus ocupantes eran la familia real de los Emiratos Árabes Unidos, que tras hacer una parada en el Puerto de Motril con el impresionante yate de lujo 'Yas', se trasladaron a la capital para conocer la Alhambra.

Por el Kindom 5 KR han pasado una larga lista de personas poderosas y se ha alojado en grandes dársenas a lo largo del mundo. Su botadura llegó tras el encargo del considerado como 'rey de Marbella', el multimillonario Adnan Kashogi, uno de los traficantes de armas conocido por sus negocios por medio mundo y sus estancias de verano con la alta sociedad marbellí. En el yate, que anteriormente se llamaba Nabila, organizaba ostentosas fiestas mientras estaba amarrado en el muelle de Puerto Banús, a las que acudían millonarios de medio mundo, así como famosos y gente de la realeza internacional.

Mientras era propiedad de Kashogi, se utilizó como escenario fundamental en la grabación de la película 'Nunca digas nunca jamás', adquiriendo un gran protagonismo por ser el cuartel general móvil del villano de James Bond.

El yate de lujo frente a la Costa de Granada / Alba Feixas

Unos años después, el empresario se vio envuelto en un escándalo por tráfico de armas entre Estados Unidos e Irán, que acabó con la venta del yate al sultán de Brunei. En sus manos duró tan solo un par de años, ya que Donald Trump lo adquirió por cerca de 30 millones de dólares, un valor muy por debajo de su precio real, y lo rebautizó como el Trump Princess. En la época, el empresario estadounidense utilizó sus instalaciones para llevar a cabo multitud de fiestas privadas y como casino.

Sin embargo, un bache económico le hizo desprenderse de su adquisición que recaló en el príncipe saudí Al Waleed Bin Talal. Se trata de uno de los hombres más ricos del mundo, fundador, director ejecutivo y propietario de 95% de Kingdom Holding Company, con inversiones en bienes raíces, turismo, hoteles, medios, entretenimiento, servicios financieros y tecnología. Una de las cosas más curiosas es que es el segundo mayor accionista de la antigua red social Twitter, ahora 'X', después de que el empresario Elon Musk la adquiriese.

Aunque no está exento de polémica. En 2017, el príncipe heredero Mohamed bin Salman, ordenó la detención de más de una decena de príncipes saudíes por supuesta corrupción, entre los que se encontraba Al Waleed. Aunque fue arrestado bajo cargos que incluían lavado de dinero y soborno y extorsión de funcionarios públicos, estuvo encarcelado apenas unos meses en el hotel Ritz-Carlton de Riad, y tras su puesta en libertad declaró a la agencia Reuters que "todo había sido un malentendido". Por otra parte, fue acusado por una agresión a una modelo hispano-alemana, durante una fiesta a bordo de un yate alquilado por la familia real saudí en aguas mediterráneas, aunque finalmente no pudo demostrarse la acusación y el caso fue archivado.

Por el yate han pasado multitud de personas a lo largo de los años y ha sorprendido a aquellos que lo han visto a su paso. Como a los vecinos del litoral granadino, que durante parte de la mañana han podido ver como, además, varias personas salían del yate en motos de agua para recorrer la Costa Tropical.

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