El espigón de Playa Granada concluye más de 65 metros tras un mes de obra

Se han retirado más de 60.000 metros cúbicos de arena de la Playa de Poniente que están siendo depositados en las inmediaciones de Villa Astrida y los Moriscos

El espigón transformará Playa Granada y supondrá el reajuste de la línea de costa

Una persona pasea por la playa con el espigón al fondo / Alba Feixas

Motril/Un lustro de trámites administrativos y casi dos décadas de reivindicaciones y espera para pedir al Gobierno central la construcción de un espigón que defienda la playa motrileña de los distintos temporales, que llega a su fin con el inicio de las obras de la ansiada infraestructura que estará lista, si no surge ningún contratiempo, en el verano de 2025. Tras algo más de un mes -la obra sobre el terreno empezó el 16 de octubre- de idas y venidas de camiones cargados de grandes piedras para dar forma a los primeros metros, ya se han ejecutado más de 65 del total de 247 metros finales de los que constará la estructura.

No son pocos los vecinos de la Costa que aprovechan sus paseos matutinos o vespertinos por la playa, o cuando van a tomar algo en alguno de los establecimientos hosteleros de la zona, para ver de cerca los avances de la obra del espigón de Playa Granada o para inmortalizar el proceso. Es una obra que crea mucha expectación por todo lo que ha costado conseguirla.

Según apuntan fuentes del Gobierno central a Granada Hoy, ahora mismo las obras se centran en el vertido y recolocación de las piedras procedentes de la cantera. Los trabajos avanzan a buen ritmo y en plazo, desde que la empresa adjudicataria de la obra dio el pistoletazo de salida a los trabajos, ni la lluvia se ha convertido en un impedimento para seguir trasladando y colocando piedras mar adentro, ni para transportar áridos de playa de Poniente a Playa Granada para regenerar la ribera resultante, aunque se espera que cuando el vertido de piedra siga avanzando, la obra avance visualmente de forma más lenta. Esto se debe a que cuanto más avancen y haya más profundidad en el mar, se necesite más piedra.

El espigón tendrá unos 247 metros de longitud, el morro de esta estructura alcanzará prácticamente la profundidad de cierre una vez regenerada la playa, impidiendo así el paso de sedimento. Servirá de soporte al material transportado, conformando un punto de control para la gestión del sedimento. La playa quedará dividida en dos sectores, lo que permitirá su estabilización con el tiempo. Esta infraestructura se adentrará en el mar algo más de 178 metros en línea recta hasta alcanzar la batimétrica 5,6 metros, a continuación se curva hacia poniente con un radio de 75 metros.

Dos personas observan el avance del espigón / Alba Feixas

Esta defensa marítima se ha adjudicado a la empresa Vías y Construcciones S.A. por un importe de 4.795.089,22 euros procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, aunque el proyecto de esta infraestructura no solo se ciñe a la construcción del espigón, se contempla la regeneración de la playa con aporte de arena de otras riberas -principalmente de las playas de Poniente y El Cable-. La transformación de Playa Granada supondrá también el reajuste de la línea de costa de estas dos playas que volverán a lucir como en la década de los 80.

"La idea es redistribuir lo que el río ha sacado y el mar ha distribuido. Con la obra del puerto tenemos toda la arena concentrada en la zona de la playa de Poniente, y vamos a devolver la arena a Playa Granada dragando parte de esta ribera y devolviéndola al sitio donde originalmente estaba. Para ello cortamos el transporte de sedimentos con un espigón de 247 metros de desarrollo, unas 100.000 toneladas de piedra. El objetivo es que la playa se defienda sola", explicó durante la colocación de la primera piedra Miguel Ángel Fernández, director y responsable del proyecto.

La obra es compleja y cuenta con diferentes fases. Actualmente, los trabajos se centran en colocar con una retroexcavadora piedras de entre 3,5 y 7 toneladas en la parte del morro. "Nuestra intención es realizar el vertido de la piedra lo más rápido posible y una vez lleguemos al final, regresar rehaciendo los taludes, es decir, recolocarlas", añade Fernández, quien explica que se trata de una tarea complicada en la que la pericia del maquinista es muy importante. Además, reseña que el espigón sobresaldrá del agua muy poco con la intención de causar el menor impacto visual posible.

"El oleaje podrá romper y rebasar sobre la piedra, pero generando el menor impacto visual posible. No tiene sentido hacer una obra portuaria en mitad de una playa", reseña.

De forma paralela a la obra del espigón, una máquina recorta la playa de Poniente para regenerar la nueva ribera / Alba Feixas

La gran transformación en la línea de costa

La obra del espigón no es la única transformación que los vecinos del litoral podrán ver el próximo verano. Conscientes de que el paso del tiempo ha ido erosionando la línea de costa, la dirección general de Costas lleva a cabo también la regeneración de la playa con aporte de arena de otras riberas -principalmente de las playas de Poniente y El Cable-. Es decir, para la construcción del espigón de Playa Granada y la posterior regeneración de la playa serán necesarios más de 300.000 metros cúbicos de rocas, procedentes de una cantera cercana, y el trasvase de 711.362 metros cúbicos de arena. En este sentido, ya han comenzado una primera fase de la regeneración con arena, en la que se han trasladado más de 60.000 metros cúbicos de material que están siendo depositados en las inmediaciones de Villa Astrida y los Moriscos. Unos aportes que serán colocados posteriormente y de forma definitiva en el entorno del espigón, con orientación a poniente. De hecho, la imagen que presenta ya la ribera a la altura del chiringuito Bonobo no tiene nada que ver con la de hace unos meses. Algunos vecinos, incluso, bromean con que ahora habrá que "echarse a andar" para poder llegar a la orilla en esta zona del litoral.

Fuentes del Gobierno apuntan a este periódico que en paralelo a estas labores, se está trabajando en la extracción de más áridos procedentes del cauce del Guadalfeo en los que, tras obtener la autorización pertinente, serán transportados para su colocación de acuerdo al proyecto.

Es decir, la transformación de Playa Granada también supondrá el reajuste de la línea de costa de estas dos playas que volverán a lucir como en la década de los 80, cuando aún no estaba construida la presa de Rules y la variación de anchos entre los tramos litorales de levante y poniente no eran tan significativos.

Una restauración del frente litoral, así como la construcción del espigón, que reducirá la intensidad de la dinámica litoral y favorecerá la permanencia en el tiempo del material vertido. Una vez construido el dique, la línea de costa resultante tendrá un ángulo próximo a 120º respecto al Norte, aunque sin olvidar algunos factores importantes como que el río Guadalfeo sigue aportando de forma esporádica sedimentos al litoral; el valor del flujo medio de energía es un valor variable, dependiente de los oleajes incidentes a la costa.

La nueva playa que se formará gracias a la futura regeneración está ideada para que contenga un ancho próximo de 200 metros en el extremo de levante, junto al espigón, mientras que, en el otro extremo, justo en el límite municipal entre Salobreña y Motril, el ancho es casi nulo. La longitud total de la futura línea de costa regenerada es de unos 1.360 metros.

Un camión transporta arena de Playa de Poniente a Playa Granada / Alba Feixas

Una vez finalizada la obra cambiará la imagen que muchos vecinos de la provincia tienen de esta zona del litoral, sobre todo, en la zona de Playa Granada junto al Hotel Impressive, que ganará unos cuantos metros de playa, y recortará la distancia hasta la ribera en el lado opuesto. Permitirá mejorar cinco kilómetros de litoral desde la desembocadura del Guadalfeo hasta el Puerto de Motril".

En el proyecto  Actuaciones para la estabilización de las playas del frente litoral comprendido entre la desembocadura del río Guadalfeo y el puerto de Motril, términos municipales de Salobreña y Motril, al que ha tenido acceso este periódico se analizan los distintos condicionantes que han repercutido a lo largo del tiempo al cambio experimentado en las playas de Motril, entre las que destacan la urbanización del frente costero en la década de los 70 y 80, especialmente en las playas de Poniente y el Cable, que conllevaron la ocupación de superficie de playa seca e incluso la destrucción de sistemas dunares, lo que contribuyó a la desprotección del tramo litoral frente la acción de temporales. Posteriormente, la ampliación del Puerto de Motril a finales de los 90 varió de forma significativa la forma en planta de las playas de poniente, que desde entonces se apoyan en el dique oeste interior del Puerto.

La construcción de la presa de Rules también influyó en que los aportes que llegaban por el Guadalfeo disminuyeran, mermando considerablemente los sedimentos que llegaban hasta las playas de Salobreña y Motril, en las que la línea de costa se encuentra muy por detrás de la existente en años anteriores. A esto se le une la dinámica litoral propia de la zona, donde el frente deltaico del río genera una laguna superficial durante avenidas fluviales y el transporte longitudinal de sedimentos reinante en la zona es de poniente a levante, lo que explica el estado actual en el que se encuentran las playas que conforman este tramo litoral.

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