El impresionante avistamiento de tres ballenas rorcuales en la Costa de Granada

Avistamiento de cetáceos en la Costa Tropical

Delfines mulares, comunes, listados o calderones... y ahora rorcual común. La asociación Observatorio del Mar ha conseguido localizar en una de sus campañas, junto a Circe -Conservación, Información y Estudios sobre Cetáceos- a uno de los cetáceos más grandes del mundo: la ballena rorcual común.

El presidente del Observatorio del Mar, Rafael Jiménez, explica a Granada Hoy, que el impresionante hallazgo se produjo en los primeros días de julio, cuando en una de sus salidas para estudiar a los cetáceos que habitualmente se encuentran en la Costa Tropical, dieron con tres especies de ballenas rorcuales comunes, cuando se encontraban a unas 12 millas frente al litoral de Motril.

El rorcual común o ballena de aleta (Balaenoptera physalus, su nombre científico), es uno de los cetáceos más grandes del mundo, puede alcanzar hasta los 27 metros. "Estabamos dentro de una de las salidas que teníamos programadas junto a Circe para avistar calderones comunes, y nos llevamos la sorpresa de que nos encontramos con estos rorcuales que están migrando de la zona de Cataluña al Estrecho de Gibraltar. Fue un encuentro muy bonito y singular, es poco habitual encontrarse este tipo de cetáceos frente a la Costa de Granada, alguna vez si que se ha hecho algún avistamiento, pero sin ningún rigor científico, algo que si ha pasado en esta ocasión", señala Jiménez.

Una de las principales características de estos cetáceos, además de su tamaño y de que pueden llegar a pesar 70 toneladas, es su coloración gris parduzca, que se hace más blanquecina en la parte inferior. Cuenta con un hocico puntiagudo y espiráculos dobles.

Estilizado y largo, su cuerpo posee una coloración gris parduzco salvo en la parte inferior, que es más blanquecina. Además, cuenta con un hocico puntiagudo, un morro de lo más amplio y achatado, y espiráculos dobles, además cuenta con una una marca blanca a la derecha de la mandíbula inferior, mientras que el lado opuesto es negro o ceniciento.

Con el tiempo, se han convertido en una especie habitual del Mediterráneo, aunque no suele quedarse por la Costa Tropical, si que es zona de paso para sus migraciones, ya que parten desde el Atlántico en los primeros meses del año, y al inversa en los meses entre otoño y primavera. Aunque su gran tamaño no pasa desapercibido, suelen ser muy discretos y salen a la superficie solo para cazar, aunque Jiménez apunta que son inofensivas.

Hace pocas fechas, el Observatorio del Mar presento junto a la Diputación de Granada una guía interactiva para impulsar la actividad turística de avistamiento de cetáceos en la Costa Tropical. El área de estudio de la guía abarca desde la playa de Cantarriján en La Herradura hasta la playa del Pozuelo en Albuñol, cubriendo una porción estratégica de la vertiente norte del Mar de Alborán. El proyecto busca aprovechar las características únicas de la costa de Granada, promoviendo el turismo sostenible y la conservación marina a través de la observación de cetáceos. Esta iniciativa no solo contribuirá al desarrollo económico de la región, sino que también ayudará a preservar su rica biodiversidad marina.

"Los tres recursos más comunes de ver en la Costa, y que sale reflejado en esta guía, son los delfines mulares, comunes y listados, que son los que se pueden ver también alguna que otra vez desde la misma orilla de la playa en las primeras horas del día o a última hora de la tarde, también es posible ver de vez en cuando algunos calderones", señala el presidente del Observatorio del Mar.

Sobre poder verlos cerca de la costa en verano, Jiménez resalta que es muy posible, de hecho no es extraño ver vídeos que los propios bañistas graban durante el verano, aunque la presión turística juegan en su contra, además, "las motos de agua les afectan muchísimo", por lo que se retiran de la zona de costa.

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