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Memoria Histórica
Almuñécar/Paso a paso para no dejar que la memoria caiga en el olvido. Más de un centenar de personas participan en la marcha en recuerdo de las personas fallecidas y de las que tuvieron que huir en febrero de 1937 de las tropas franquistas, prácticamente con lo puesto, de Málaga a Almería, en la que se conoce como la Desbandá. Ochenta y seis años después, un numeroso grupo de personas, entre los que se encuentran varios supervivientes, recorren el litoral malagueño y granadino, en homenaje al papel protagonista que desempeñaron las mujeres como protectoras de hijos e hijas, así como de las personas mayores.
A su paso, silencio. El murmullo de los pájaros que se cruzan por los parajes de Maro y Cerro Gordo, el balanceo de los árboles y la brisa marinera. Varios supervivientes de la Desbandá acompañan por tramos a los participantes y agradecen el esfuerzo por mantener viva la historia.
En 2006, el Ayuntamiento de Almuñécar puso una placa en el municipio en homenaje de los almuñequeros que participaron en la lucha por la libertad, 16 años después inauguran una nueva placa memorialista en la que reza "Rompieron nuestras vidas- que no rompan la memoria. 1937 nunca más".
Manuel Triano, natural de Rincón de la Victoria, superviviente del episodio y de 86 años, señala a este periódico que cuando todo comenzó tenía seis meses, por lo que hizo el camino en brazos de sus padres. "En mi época no contaban mucho lo que había sucedido, tampoco podían hacerlo por lo que pudiera pasar, pero con el tiempo vas juntando las piezas y acabas enterándote de muchas cosas. En la Desbandá íbamos mis padres, mis dos hermanos, mis abuelos maternos y yo, llegamos hasta Alicante y nos metimos en una cueva, allí estuvimos durante algunos meses hasta que nos dieron una casa y permanecimos hasta que terminó la guerra. Luego mis padres tuvieron claro que querían regresar a Andalucía, y acabamos estableciéndonos en Algeciras, donde vivo desde entonces".
Sobre los horrores que allí se vivieron prefiere no hablar. "Se perdían niños y niñas con pocos años y personas mayores, algunos aparecían, pero otros muchos no. Fueron unos criminales y unos canallas. No tienen otro nombre. Me indigna mucho hablar del tema, no entiendo como los que cometieron estas atrocidades se fueron con las manitas lavadas, sin responder a nada ni ante nadie, solo espero que llegue el momento en el que se reconozca de verdad, aunque sea, las muertes que hubo, fueron miles de personas las que se quedaron en el camino".
"Llevo años participando en la marcha, quiero ayudar en lo que pueda. Cristóbal Colón descubrió América en 1492, eso es historia y como tal queda reflejado y nadie lo discute, pues esto es igual. Hablaré mientras pueda de esta parte de la historia para que todo el mundo se entere. Lo que no se cuenta, se olvida, y por desgracia hay mucha gente que no conoce esta parte de la historia. Ayer mismo participamos en una charla en un instituto y la juventud no sabía nada de esto, no nos podemos permitir el lujo de olvidar", lamenta.
María Amparo Sánchez es otra participante y superviviente, aunque no de la Desbandá de la Costa andaluza. "A mi me tocó pasar por los Pirineos junto a 500.000 refugiados españoles que fuimos a parar a un campo de concentración con todos los placeres del exilio forzoso: miseria, hambre, maltrato, racismo, xenofobia, y todo lo que acompaña la triste vida de los que tienen que salir del país porque no hay más remedio. Exilio o muerte".
Ella fue una de las que sufrió la represión en febrero de 1939 y junto a miles de familias, cruzó la frontera francesa. "Tristemente, las familias huían para intentar poner a salvo a los niños, y nos dirigimos a destinos crueles. A muchos les robaron su juventud, otros no pudieron ni contarlo y se quedaron en esos caminos de tragedia".
Ahora, participa en la marcha de la Desbandá por la costa malagueña, granadina y almeriense "para no olvidar". "Yo era muy niña pero lo he sufrido igual que ellos. Cumplí los dos años en una cárcel de Francia que nos habían dado como albergue. 75 mujeres y niños encerrados en la cárcel, nos tenían encerrados como si fuésemos criminales o como si hubiésemos cometido algún delito mayor, solo éramos refugiados y maltratados por unos y otros".
Al hilo, señala la importancia de este tipo de actos para transmitir la historia y que no se olviden los horrores que sufrieron "tanta gente inocente huida o muerta, gente que defendía un ideal".
La marcha, que se inició el pasado 2 de febrero en Málaga, pasando por Nerja y Almuñécar, continúa este domingo hasta Salobreña. Posteriormente, recorrerán Castell de Ferro, La Rábita, Adra, Guardias Viejas, Roquetas, Vícar, hasta llegar el 11 de febrero a Almería, donde terminará el recorrido.
De forma simultánea, durante toda la semana la asociación memorialista 14 de Abril celebra en Motril la Muestra de Cine de la Memoria La Desbandá, y que concluirá el 8 de febrero, aniversario del bombardeo de la Costa entre Motril y Salobreña por la flota franquista en 1937. Una muestra en la que se abordan cuestiones poco conocidas, como el trabajo esclavo de los españoles capturados por el régimen nazi, entre ellos, vecinos de Motril y de la comarca. Además, se tratan aspectos desconocidos sobre la actuación de la tropa franquista en el bombardeo de Motril y otros relativos a la transmisión de los traumas de la Guerra de España entre generaciones. La Asociación 14 de Abril ha aprovechado el desarrollo de esta muestra para hacer público su reconocimiento y homenaje a Federico Angulo, capitán de carabineros, que defendió la ciudad de Motril y que posibilitó la huida de los refugiados.
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