El fondo marino de la Punta de la Mona, un tesoro natural en peligro por los residuos
Medio Ambiente
Aseguran que en un área de estudio de más de 2.000 m2 donde habitan más de mil corales, el 75,24% presentan daños por las basuras marinas
Se trata de una zona de alto nivel biológico donde se concentra una gran colonia de coral candelabro, una especie vulnerable muy desconocida de color anaranjado, que se encuentra amenazada por el impacto de las artes de pesca recreativa
Han extraído más de 600 kilos de residuos, de los que el 91,14% eran de origen pesquero
Granada/Es uno de los lugares más visitados por buceadores de todo el país y su valor ecológico es incalculable, motivo por el que la regulación legal de este entorno que ha iniciado la Junta de Andalucía deriva en una batalla entre diversos sectores interesados en restringir o no la pesca, el buceo y otras actividades. El paraje de la Punta de la Mona, en Almuñécar, catalogado como zona especial de conservación (ZEC), crea discrepancias sobre su uso y disfrute tras los últimos informes del ejecutivo andaluz donde se señalan algunas amenazas que ponen "en riesgo" la conservación del espacio.
Se trata de un fondo marino difícilmente imaginable para los que no practican buceo, donde habitan, sobre todo un número importante de invertebrados marinos de gran riqueza y variedad, que no se pueden encontrar en otros puntos de la geografía andaluza. "Es uno de los mejores lugares, a nivel biológico y para la práctica del buceo. La Herradura se conoce internacionalmente por la abundancia de nudibranquios, una especie de babosa marina de colores muy bonitas y por la que se desplazan videógrafos y fotógrafos submarinos de muchas partes del mundo", explica a Granada Hoy el secretario de la Asociación de Empresas de Buceo de La Herradura (AEBLH), Rafael Camacho, quien indica que además hay una importante población de coral candelabro a poca profundidad con ejemplares que podrían sobrepasar el siglo de vida.
Una diversidad que se ve seriamente amenazada por el impacto de sedales, cabos, nasas, redes de pesca y residuos de distintos orígenes. La directora de Coral Soul, Marina Palacios, incide en que actualmente, "las artes de pesca abandonados siguen capturando especies que quedan atrapadas, los sedales y cabos caen sobre especies sésiles tapándolas por completo, asfixiándolas y haciendo que desaparezcan. En contacto con los corales, los residuos provocan un rozamiento, que hace que el tejido vivo sea vulnerable a infecciones, a la colonización oportunista de epibiontes o a necrosis tisular debido por la fricción constante provocada por el oleaje y las corrientes".
Problema que se agrava debido a que "estos residuos también tapan, estrangulan, se enredan y fracturan colonias de coral candelabro, entre otras muchas especies. Estos fragmentos caen al fondo donde se aíslan, se entierran y mueren debido al estrés y a la inanición. Las poblaciones están sufriendo una pérdida drástica de biomasa y de ejemplares únicos, ante tantos años de degradación de su hábitat".
Según el último estudio realizado sobre un área de 2.340 m2 donde habitan más de mil corales, el 75,24% presenta daños como fracturas y/o enredo por residuos, lo que "implica que aproximadamente 725 corales sufren daños y se encuentran en peligro. Se han estudiado los parámetros poblacionales y el tipo de daño en función de diferentes profundidades, siendo la zona de mayor cobertura de corales, la misma que la de mayor acumulación de residuos, lo que hace que los daños a la población sean mucho más graves", indica Palacios. Además, han identificado muchas zonas, en las que el fondo marino se compone únicamente de fragmentos muertos de coral, contándose por miles, lo que "afirma una grave pérdida de biomasa poblacional. Se estima que un coral candelabro crece 1 cm/año y estamos encontrando fragmentos de coral totalmente muertos con 70 cm de longitud -lo que implica una pérdida de 70 años de crecimiento del coral-" , y lamenta que están presenciando la desaparición de una especie centenaria.
Basura marina
En el fondo marino se acumulan grandes cantidades residuos que amenazan a las distintas especies que cohabitan con ellos. Desde hace años, asociaciones y ecologistas organizan periódicamente incursiones para limpiar, en la medida de lo posible, estos espacios marinos.
En el caso de la asociación Coral Soul, que trabaja en la restauración de arrecifes de coral, han extraído del arrecife un total de 625 kg de residuos. Tras procesar y analizar los distintos residuos se ha obtenido que un 91,14 % son de origen pesquero y el 8,8 % restante se compone principalmente de neumáticos y envases.
La directora de Coral Soul expone que "estos resultados, demuestran la necesidad de protección de la zona para evitar que los impactos se acumulen en el arrecife, provocando efectos sinérgicos, degradando y poniendo en peligro las poblaciones que habitan en este preciado ecosistema". Motivo por el que reafirman la necesidad de protección de la zona y apoyan la propuesta del proyecto de ordenación que regula de las actividades de la ZEC acantilados y fondos marinos y de la Punta de la Mona.
El proyecto de regulación
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible habilitó un plazo para que entidades y colectivos pudieran presentar alegaciones al proyecto para la regulación de la pesca profesional y deportiva en la Punta de la Mona. En dicho escrito, al que tuvo acceso este periódico, se especificaba que uno de los motivos para llevar a cabo dicha regulación se encontraba tanto la presión como la amenaza que los distintos actores implicados ejercían sobre la biodiversidad marina, con "una pérdida significativa de los elementos prioritarios de conservación", además de causar "daños en gran parte de las comunidades de invertebrados".
Aunque no se trata de un proyecto nuevo y que podría haber pillado por sorpresa a más de uno, ya que desde AEBLH aseguran que en 2016 se mantuvieron diversas reuniones con la Consejería de Medio Ambiente para exponer la posibilidad de dicha regulación, y pese a que el documento que salió en primavera de 2021 y se expuso a información pública a final de año, dista mucho del original, crea discrepancias. Por una parte, desde el sector de la pesca recreativa muestran su descontento ante este proyecto donde se recoge la prohibición total de la pesca, mientras que en el texto de 2015 se hablaba de una regulación. Y añaden que están de acuerdo con que se regularice para acabar con la pesca furtiva, pero no que se prohíba.
Por otra parte, desde el Ayuntamiento de Almuñécar se presentaron alegaciones para solicitar a la Consejería que se tuvieran en cuenta "cuántas observaciones y aportaciones se han expuesto, con el objetivo de aplicar los principios de proporcionalidad e igualdad para todas las actividades y usuarios de la ZEC de la Punta de la Mona", además de instar a que se tengan en cuenta las distintas alegaciones realizadas por las federaciones, asociaciones y clubes de pesca recreativa para conseguir "una regulación inclusiva" que garantice el uso sostenible de la ZEC, "sin vulnerar los derechos de ningún colectivo".
Lo cierto es que se trata de un documento en el que muchas personas tienen la vista puesta. El secretario de la AEBLH, Rafael Camacho, señala que "desde el colectivo de centros de buceo estamos a favor del proyecto porque pensamos que es bueno para el medio ambiente, para el buceo y para el turismo. No estamos en contra del colectivo de los pescadores, estamos a favor de la protección de la Punta de la Mona, es algo muy distinto".
Camacho asegura que dicha regulación también afectará a las escuelas de buceo, ya que el que se realiza desde la orilla se regulará, "eso afectará a muchos buceadores que van a ver limitada su actividad, al igual que a la navegación, pero si ponemos en una balanza las ventajas e inconvenientes, creemos que es un sacrificio necesario que reportará ventajas en el futuro".
Los beneficios de la regulación
De aprobarse el documento tal y como se conoce en la actualidad, se realizaría una limitación "casi total" de la pesca, a excepción de un pequeño polígono que se habilitaría para la pesca artesanal. Supondría un "impacto positivo" sobre la biodiversidad marina, "hay una asociación y un proyecto que actualmente está trabajando por limpiar y recuperar las zonas impactadas. Si seguimos trabajando y recuperando dichas zonas, con el tiempo podría volver a su estado natural", reseña el administrador de la empresa de actividades subacuáticas deportivas y profesionales de Buceonatura en La Herradura, Rafael Camacho, quien pone en valor proyectos como el Parque Azul de Vida Submarina que tiene proyectado el Ayuntamiento de Almuñécar. "Si se pone un nuevo punto de buceo, se alivia el resto. En La Herradura hay unas 15 empresas que salen a diario a realizar su actividad, se distribuyen, esto permite que no haya una acumulación en un mismo sitio. La nueva zona que se quiere crear en Almuñécar va a ser un atractivo para la formación de nuevos buceadores, que son los que tienen menos experiencia y pueden generar un mayor impacto negativo, si no controlas bien la flotabilidad puedes impactar sobre las rocas o sobre la flora o fauna, tener una zona como la que está prevista del parque subacuático es beneficioso, además reducirá el número de buceadores que van a zonas más sensibles, como por ejemplo la Punta de la Mona".
Por otra parte, el trabajo de regeneración de corales que realizan estas asociaciones se vería beneficiado y revertiría positivamente en la regeneración del caladero. "Los arrecifes dan cobijo a crías de alevines que se encuentran ahí por ser un espacio seguro de alimentación, esas crías cuando crecen emigran a otras zonas y es una forma de mantener los recursos pesqueros, pero hay que cuidarlo. Directamente se beneficiarían los ecosistemas, indirectamente beneficia al turismo activo, al buceo, por tratarse de un punto estratégico hasta donde se desplazan miles de personas para observar esa riqueza, sería un recurso de reconocimiento para La Herradura como un destino sostenible y respetuoso con el medio ambiente".
Motivo por el que inciden en la necesidad de proteger la zona y apoyar la propuesta del proyecto de ordenación que regula de las actividades de la ZEC acantilados y fondos marinos y de la Punta de la Mona.
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