La médica que ayudó a salvar al niño ahogado en La Rábita: "Hubo un poco de caos y nervios, pero por suerte el menor respondió bien a la reanimación"

Sucesos

Carmen Vargas, sanitaria en el DCCU de Santa Fe, fue una de las personas que intervinieron y consiguieron reanimar al menor, que se recupera en el Materno Infantil de Granada

El niño que casi se ahoga en La Rábita permanece en la UCI con pronóstico reservado

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Imagen de la playa de La Rábita, lugar en el que ocurrieron los hechos este lunes / Carmen Vargas
S. Rodríguez

22 de agosto 2023 - 13:26

Granada/La Playa de La Rábita, en la Costa Oriental de Granada, vivió este lunes un episodio que pudo acabar en tragedia, pero que afortunadamente quedará en los recuerdos de los bañistas como un susto. Un menor de edad tuvo que ser rescatado de la orilla con síntomas de ahogamiento, y gracias a la intervención de dos policías fuera de servicio y de una médico presente, recobró el conocimiento y permanece estable en el Hospital Materno Infantil de la capital.

El niño de unos ocho años rescatado está estable dentro de la gravedad en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) Pediátrica del Materno Infantil del Virgen de las Nieves, en la capital granadina.

Afortunadamente, el pequeño contaba sin saberlo con varios ángeles de la guardia que le salvaron y que hacen que esta noticia sea de alegría y no de luto. Una de ellas era Carmen Vargas, médica del DCCU de Santa Fe, quien participó en las maniobras de reanimación y se involucró en que el menor hoy siga con vida.

Según ha recordado a Granada Hoy, ella se encontraba en su día de descanso tras realizar una guardia en el centro sanitario al que pertenece en el Área metropolitana de Granada. "Me bajé a la playa a desconectar junto a mi hermana y mi cuñado y me encontré con una emergencia".

El relato del suceso empieza cuando, sobre las 14:00 horas, una mujer alerta desde la orilla de que un menor podría estar ahogándose. Rápidamente, un bañista, un policía nacional fuera de servicio y el cuñado de Vargas lo sacan a tierra y comienzan las maniobras de reanimación.

"Yo estaba sentada en la silla de la playa, como a unos 100 metros más o menos, y fue mi hermana, que estaba donde pasó todo, la que me llamó por teléfono para que fuera corriendo a ver qué pasaba", relata la doctora.

Rápidamente, Vargas salió corriendo y llegó hasta el lugar lo más rápido que pudo, donde el policía nacional y el propio cuñado de la médica ya habían empezado las maniobras de reanimación cardiopulmonar.

"Cuando yo llego, veo que efectivamente el niño no respiraba, estaba inconsciente y no tenía pulso. Ya se había dado aviso a Emergencias, y en lo que llegaban seguimos con las reanimaciones entre los policías y yo", ha recordado.

Durante el tiempo que las maniobras de reanimación se alargaron, se produjeron momentos de caos y de tensión. "Había muchos nervios, pero por suerte hoy podemos decir que todo fue un susto". La llegada de la Guardia Civil y de los socorristas también ayudo a calmar la situación, recuerda Vargas.

"A los dos o tres minutos de realizar las maniobras, el niño responde, recupera el pulso y empieza a respirar aunque de forma superficial. Lo pusimos en posición de seguridad, y ya llegaron los sanitarios del centro de salud de Albuñol. Le pusimos varios aparatos que trajeron y vimos que tenía muy poca saturación de oxígeno en sangre, por lo que era necesario llevarlo a un hospital", ha comentado la médico.

A la llegada de la ambulancia, el menor fue trasladado en un primer momento hasta el Hospital Universitario Poniente, en El Ejido (Almería), donde fue estabilizado. Después se le dio traslado hasta el Hospital Virgen de las Nieves de Granada, donde permanece ingresado desde la tarde del lunes en la UCI con pronóstico reservado pero estable.

Una salvavidas experta

24 horas después, el ambiente en La Rábita es más tranquilo que el vivido el pasado lunes, según asegura a este periódico Vargas. La gente se baña con normalidad y comenta lo sucedido, con la tranquilidad de saber que el menor se recupera y que todo ha sido un susto.

Da la casualidad de que esta es la tercera vez que Carmen Vargas consigue salvar la vida de varias personas, una de ellas además su propio padre. Toda una salvavidas profesional tanto en su trabajo como fuera de él.

"Es la tercera vez desde que soy sanitaria que me toca ayudar en una emergencia estando fuera de servicio, y por suerte todas han quedado en anécdotas. El año pasado fue mi padre, que tuvo un episodio cardiaco y por suerte hoy lo puede contar aunque gracias a un marcapasos, y hace ya varios veranos con un chico que sufrió una crisis epiléptica", recuerda Vargas.

Es por eso que la médico ha pedido que tanto los socorristas de las playas como los medios sanitarios de la Costa estén preparados, formados y bien dotados de materiales y conocimientos para poder actuar rápidamente ante cualquier emergencia posible, como la ocurrida en la playa de Albuñol.

"Es necesario que los socorristas estén preparados, y que haya medios suficientes para atajar situaciones como esta, porque puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. Hoy mismo yo me he bajado a la playa un mini botiquín con lo necesario por si vuelve a pasar. No es mucho, pero ayudará en caso de que haya una emergencia" concluye Vargas.

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