Motril iniciará la Zona de Bajas Emisiones en 2025
La ordenanza, que aplicará restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos, podrá entrar en vigor en 2025 y estará en pruebas durante tres años
Zona de Bajas Emisiones de Motril: estos son los vehículos que pueden circular y los que no
El Ayuntamiento de Motril pondrá en marcha en 2025 la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) después de llevar a pleno este mismo mes de octubre la aprobación inicial del proyecto, así como la ordenanza que lo regula, para sumarse así a una medida de obligado cumplimiento para los municipios de más de 50.000 habitantes y que tendría que haber estado en marcha antes de 2023 según la ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética. En el caso de la capital de la Costa Tropical, una vez que se apruebe se expondrá durante un mes tanto en la web del Consistorio como en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía para que vecinos y empresarios consulten todas las bases y presenten sus alegaciones.
Posteriormente, se volverá a llevar el proyecto a pleno para su aprobación definitiva y comenzará un periodo de prueba de tres años en los que el Ayuntamiento realizará campañas de concienciación y los técnicos municipales recabaran información a través de las distintas cámaras y sensores repartidos por la zona acotada para tomar las medidas necesarias. Una vez se cumpla este periodo, previsiblemente para 2028, solo podrán acceder a la zona acotada los vehículos permitidos y se comenzará con las sanciones.
El teniente de alcalde de Movilidad, José Peña, ha explicado que están trabajando para crear esta primera ZBE adaptada al contexto de la ciudad. "Cuando hablamos de zona de baja emisiones pensamos en las de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, pero no se puede olvidar que no tienen nada que ver con el contexto de la ciudad de Motril, en ellas hay mucho más flujo de coches, mucha más contaminación por su situación geográfica y mucho más número de habitantes". Por lo que ha incidido que el de Motril asentará las bases de un "proyecto vivo", susceptible a cambio y que "irá cogiendo forma en función de cómo vayamos recogiendo los datos que nos dé medioambientales en la instalación de los instrumentos".
Peña ha indicado que con esta implantación se pretende convertir la ciudad "en un espacio más saludable, amable, seguro e inclusivo" pero también "mejorar la calidad del aire, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, así como la reducción de ruido de la ciudad". La futura Zona de Bajas Emisiones no llegará sola, el Ayuntamiento trabaja en una serie de proyectos y mejoras que complementen esta medida y faciliten la vida al ciudadano como la mejora de la movilidad ciclista y peatonal con actuaciones como la Senda de Litoral, el aumento del carril bici, o la mejora del transporte público.
En este sentido, el responsable de Movilidad ha asegurado que se está trabajando en un procedimiento para incorporar un nuevo servicio de bus urbano, un servicio adaptado al contexto de la ciudad que permita conectar los diferentes núcleos de la ciudad como son la educación, sanidad, comercio, con la implantación de la ZBE pretenden que el transporte urbano por la ciudad sea "mucho más funcional y mucho más operativo para el ciudadano".
Al hilo, ha recalcado que el objetivo principal de esta nueva ordenanza es mitigar las emisiones, y estará relacionado con el proyecto de Smart City que "permitir realizar esa interoperabilidad con esta plataforma, de tal manera que la hagamos mucho más funcional y que se le aporten los datos necesarios para poder trabajar sobre ella". Es decir, gracias al trabajo previo realizado y la instalación de diversas cámaras repartidas por la ciudad podrán realizar diversos análisis y estudios para recibir, casi en tiempo real, información medioambiental de la ciudad, el flujo de vehículos que transitan por las calles, o el ruido que provocan para ir modificando en el futuro las medidas a tener en cuenta.
La propuesta de la primera Zona de Bajas Emisiones de Motril abarca un espacio de 15,6 hectáreas, y comprende una superficie denominada núcleo, que corresponde con el casco antiguo y el centro comercial. Será controlada en función de la clasificación ambiental de los vehículos, mediante cámaras de circulación y sistemas inteligentes de reconocimiento de matrícula.
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