De la residencia a la playa de Torrenueva Costa en una jornada de baño adaptado

Los usuarios del Centro de Mayores San Luis de Motril disfrutan de una excursión a la playa de Torrenueva, conocida por su accesibilidad

Varios usuarios disfrutan de la playa de Torrenueva gracias al baño adaptado / Alba Feixas

Con la ilusión en la cara por ver a algunos de sus compañeros meterse en el agua, o con la ilusión de volver a disfrutar de la playa, un grupo de usuarios del centro de mayores San Luis de Motril han disfrutado de una jornada de playa gracias al servicio de baño adaptado que pone a disposición de asociaciones, residencias y colectivos el Ayuntamiento de Torrenueva Costa cada año para facilitar el baño a todas aquellas personas que lo necesitan. El agua estaba "buenísima", tal y como aseguraban varios de los residentes que no han dudado en meterse en el agua, con la ayuda de socorristas y monitoras de la propia residencia.

Sonrisas, alegría, diversión. Es una actividad muy esperada a lo largo del año que permite a los usuarios de la residencia salirse de la rutina y disfrutar de una actividad tan cotidiana como ir a la playa. Algo que se refleja en sus caras. "Está actividad se ha convertido en todo un clásico de todos los veranos gracias a la coordinación que hay con Cruz Roja, es una gran experiencia para todos, llevamos haciéndola varios años y todos ellos están encantados desde el principio con la idea", señala la directora del centro, Carmen Vílchez. 

"Este año hemos venido con 15 residentes que son menos dependientes que otros años, y la mayoría se ha animado a darse un baño, o por lo menos tocar el agua. Esta cita con la playa la tenemos bien señalada en el calendario todos los años, tanto por el despliegue de medios que supone, porque no se puede olvidar que no todos los residentes viene, así que tiene que quedarse personal allí para que estén siempre atendidos, venir hasta la playa también supone una coordinación especial para llegar hasta aquí y movilizar a todo el mundo, pero merece la pena", añade Vílchez que explica que previamente tienen que realizar un trabajo de varios días con las personas mayores para situarles donde van o que van a hacer. "Al principio muchos de ellos son reacios, y te dicen que ellos no quieren venir a la playa, aunque luego te lo agradecen y te dicen que menos mal que han venido. Aunque no es el caso de todos, hay otros que nada más escuchar la palabra agua se apuntan corriendo porque se han tirado toda su vida en la playa y esto supone volver a sus recuerdos". 

Una de las usuarias en la silla anfibia tras darse un baño en la playa / Alba Feixas

Es el caso de Antonio Morales, 80 años, natural de Motril y que lleva varios años viviendo en San Luis. Toda su vida ha estado unida a la playa y solo lamenta que ha tenido que salirse del agua demasiado pronto. “Está el agua buenísima, he salido con las manos arrugadas, pero me hubiese quedado más tiempo dentro”, señala entre risas mientras mira a la playa desde la zona de sombra habilitada junto al resto de sus compañeros. 

Teresa Murcia, natural de Salobreña, ha necesitado algo más de ayuda para entrar en el agua, sin embargo, ha disfrutado igualmente de la experiencia y se ha sentido "como pez en el agua". "El agua es mi vida, y la playa más. Mis recuerdos siempre han estado unidos a la playa, en este caso a la de Salobreña, pero la de Torrenueva está también muy bien y nos permite entrar en el agua sin ningún problema". Al principio, ella era una de las que tenían en duda si meterse o no en el agua, pero finalmente, y tras probar la silla anfibia, ha disfrutado como la que más de la playa. "Al final no quería ni salirme, porque te meten en la silla, vas segura en todo momento, y se está muy a gusto flotando en el agua", reconoce. 

No todos los usuarios que vienen de excursión a la playa se meten en el agua. María Francisca Muñoz, reconoce que no sabe nadar y que tiene una prótesis en la pierna, sin embargo, eso no lo ha impedido disfrutar del ambiente de la ribera torreña. "He venido con mis compañeros para ver como se bañan, y como los niños juegan en la arena". 

El servicio de baño asistido cuenta con sillas anfibias preparadas para entrar en el agua, sillas de paseo y muletas para aquellos usuarios que únicamente desean pasear. Además, este servicio cuenta con vestuarios, duchas y baños adaptados.

Han disfrutado de una jornada de playa / Alba Feixas

Actualmente, para hacer uso de estas instalaciones es necesario realizar una inscripción previa para no saturar el servicio. "Venían las asociaciones sin hacer ningún registro ni nada y podíamos encontrar varias a la vez. Para dar una mayor calidad asistencial a las personas y un servicio más personalizado, se optó por pedir a las asociaciones, residencias, administraciones o entidades que realizasen un registro si quieren hacer uso de este servicio. De esta forma, aseguramos que no habrá un aforo mayor del disponible y que los servicios especializados para personas con movilidad reducida se van a poder dar sin problemas", explica Fernando Morales, jefe de Protección Civil en Torrenueva Costa. 

Morales señala que este año se ha partido la semana de lunes a miércoles para asociaciones, agrupaciones o residencias, y de jueves a domingo para usuarios en general. Además, este año se ha puesto en marcha otro puesto de socorro en la Plaza de la Iglesia, para aquellas personas que tienen movilidad reducida, pero no es autolimitante, y solo necesitan ayuda para entrar en el agua. 

Al hilo, reconoce que, aunque la mayoría de las playas de la Costa Tropical están muy bien equipadas y cuentan con servicios para que todos los usuarios puedan acceder al baño adaptado, la playa de Torrenueva Costa se ha convertido con los años en un referente por "la calidad de las infraestructuras que tenemos, así como por la calidez humana que ofrecemos".

La idea de hacer la playa de Torrenueva Costa accesible surge hace dos décadas gracias a un grupo de Cruz Roja que propuso montar un servicio de baño adaptado para personas con movilidad reducida o personas mayores. Hoy en día, Torrenueva Costa es conocida en múltiples partes de la geografía española como playa accesible, muestra de ello son las muchas solicitudes que reciben cada año de residencias de mayores de Granada, Málaga, Jaén e incluso Madrid, así como particulares, para pasar una jornada en la playa. 

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