Un aficionado en el Palacio de Deportes.
Un aficionado en el Palacio de Deportes. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Granada/Se terminó el tramo del calendario clave para el Covirán Granada y el balance no ha podido ser más desastroso. Los rojinegros confiaban, o al menos su afición sí, en enderezar el rumbo en las últimas cinco jornadas, pero la derrotas ante Lleida y Bilbao dejaron muy tocados a los de Pablo Pin, que tenían que hacer una machada para engancharse a la pelea por evita la permanencia algo que parece una misión casi imposible.

Los granadinos tenían que ganar ante rivales de la talla de Valencia, Tenerife o Barcelona y, como era previsible, no lograron vencer, sumando ya ocho partidos sin saborear un triunfo. Una racha que, obviamente, han aprovechado sus rivales directos para distanciarse más y dejar prácticamente encarrilada su continuidad un año más en la élite del baloncesto español.

Restan siete jornadas de competición y la distancia hace que sea una quimera la permanencia. Lleida, Bilbao, Andorra y Girona se encuentran ya a cuatro victorias y, en el caso de ilerdenses y vizcaínos se tiene, además, perdido el average. Con los andorranos hay que jugar, pero será en la última jornada de competición y con los catalanes es al único al que se le tiene ganado el diferencial. Pese a que de puertas para afuera se vende que se apurarán todas las opciones como es normal, es evidente que el descenso a Primera FEB está cada vez más cerca.

Un descenso que llegará, salvo cambio radical de la situación, por la mala planificación deportiva desde la configuración de la plantilla y esa es la pura realidad. Se podrán poner miles de excusas como que el presupuesto es el que es y las actuaciones de los colegiados, pero la realidad es que el Covirán Granada ha ganado seis partidos de 27 duelos. Se apostó por un equipo con pocos centímetros, sin un pívot que pueda pelearse con los rivales y que generase espacios a sus compañeros exteriores y se ha pagado a lo largo del curso. Luego llegaron las lesiones, pero tampoco se supo encontrar en el mercado a jugadores con más talento y calidad como sí han hecho rivales de su nivel como Lleida o Breogán. Quizá el no contar con una estructura deportiva en la gestión, con experiencia y consolidada, tenga mucho que ver, cargando a Pin y a los integrantes del resto del cuerpo técnico una tarea que a estos niveles ha quedado demostrado que no es la ideal.

El choque ante el Barcelona trajo otras imágenes como ver a parte de la directiva, directora general incluida, en la zona adyacente al palco protestando voz en grito una falta de Ndiaye sobre Willy Hernangómez que fue un contacto fortuito. Mientras el presidente negaba dicha decisión con la cabeza mostrando su desacuerdo junto a Jorge Iglesias, concejal de deportes del Ayuntamiento de Granada, y Audie Norris, embajador de la sección de baloncesto del FC Barcelona, sus colaboradores daban una imagen impropia de un equipo de la Liga Endesa y más en la zona en la que lo hicieron.

La recta final del calendario trae tres encuentros en casa ante Manresa, Breogán y Andorra, y cuatro salidas (Coruña, Gran Canaria, Zaragoza y Real Madrid). Este próximo sábado los rojinegros se medirán al cuadro coruñés en un duelo por todo lo bajo (20:45 horas). Será la última esperanza pues, de ganar, aún habrá alguna mínima opción. Sin embargo, en caso de derrota por más de cuatro puntos, el Covirán Granada ocupará el farolillo rojo de la ACB al igualarle el conjunto de Diego Epifanio en victorias y ganarle el average particular, pues en el Palacio de Deportes vencieron los granadinos por 80-77. Sería la puntilla, aunque eso está aún por ver.

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