El Covirán Granada se apoya en el tiro libre para lograr un triunfo clave

Granada/El Covirán Granada logró un triunfo clave en su pelea por lograr la permanencia tras vencer por 78-74 al Bàsquet Girona, al que le ganó también el basket average. La diferencia abismal en tiros libres con respecto a su rival permitió sumar la sexta victoria del curso y respirar algo más tranquilos.

La cita era trascendental para los rojinegros y, quizá por ello, los de Pablo Pin salieron decididos desde el inicio, cuajando un buen primer cuarto en el que el buen trabajo defensivo y el acierto ante el aro rival les permitió gozar de las primeras ventajas en el marcador. Clavell, con dos triples, puso un 8-2 de inicio, pero las dos faltas que cometió en tres minutos y medio le obligó a sentarse en el banquillo.

La renta estuvo casi siempre en torno a los siete puntos, llegando a doblar a su rival 14-7. Pero un parcial 1-6 acercó a lo de Moncho Fernández en el electrónico. La intimidación bajo el aro sirvió para poder correr y seguir mandando. Pero fueron los tiros libres los que mantuvieron la ventaja. Después de las numerosas quejas a los colegiados por la diferencia en esa faceta del juego en citas pasadas, el Covirán no se podrá quejar ante los catalanes en esta ocasión. El primer cuarto lo terminó con 14 a favor de los que anotaron diez, mientras que Girona tan sólo lanzó uno. Una diferencia que se amplió en el segundo periodo, que concluyó con 20 a favor por tres en contra.

Con 18-13, el técnico gallego del cuadro visitante paró el choque a 2:23 del final del cuarto, pero no logró acercarse a los de Pin, que concluyeron por delante 22-15. El tiro libre los mantuvo vivos. Sin embargo, tras el breve receso la tónica cambió por completo. Y eso que Amine Noua puso la máxima diferencia, nueve puntos. Pero a partir de ahí, el Covirán se atascó en ataque en parte, por el gran trabajo en cancha trasera de los gerundenses. Un parcial 2-7 acercó a los visitantes a cuatro puntos, lo que provocó que el banquillo granadino pidiera tiempo muerto a 6:33 del descanso. Rousselle cortó la mala racha pero la dinámica siguió siendo la misma.

Nike Sibande, a base de penetraciones, hizo mucho daño. A ello se sumó un problema en el tobillo de Jacob Wiley que se tuvo que ir a la banqueta para que entrara Rubén Guerrero. De ganar de nueve, se pasó a un empate a 30. Incluso Sibande puso por delante a su equipo con un triple tras un parcial 6-18. Pin detuvo de nuevo el choque y, a base de tiros libres, los rojinegros reaccionaron. Con cinco seguidos, se pasó del 30-33 al 35-33 con el que se llegó al descanso. Los árbitros te dan y te quitan, pero cuando sucede lo primero no se dice tanto. El pobre 33% en tiros de campo y un 22% en triples marcó la primera mitad, además del dominio del rebote del contrario, que capturó nueve rebotes más que los granadinos y lo aprovecharon. Y eso que únicamente se perdieron seis balones.

Tras el paso por los vestuarios, la segunda parte arrancó con intercambio de canastas. Eso benefició a los vestidos de verde por un motivo solidario, que pudieron seguir dominando. Una antideportiva sobre Sergi García cometida por Pep Busquets, que fue la segunda que cometió en el duelo, terminó con el alero catalán descalificado. Eso lo aprovechó el Covirán Granada, de nuevo desde los tiros libres, para pegar un nuevo estirón en el marcador y ponerse ocho arriba (47-39). Pero, una vez más, dejó que su rival se acercara fruto de las malas decisiones en ataque y las pérdidas.

Un parcial 0-9 volteó el resultado y Pin, obviamente, detuvo el partido como no podía ser de otra forma (47-48). Tocaba ponerse el mono de trabajo atrás para evitar que el Bàsquet Girona se distanciara. Los de Moncho Fernández siguieron penetrando y haciendo daño y, poco a poco, ampliaron su ventaja, que llegó a ser de cuatro puntos aunque, finalmente, se quedó en cuatro al término del tercer periodo (53-57) tras un último triple de Aljami Durham que vino precedido de otro de Agustín Ubal.

Restaban diez minutos que iban a ser decisivos porque la desventaja no era excesiva. Pero en el inicio el Girona se fue a seis y puso nervioso a Pin, que vio una técnica por protestar, y por ende a sus jugadores. Llegaron a ir perdiendo de ocho, la máxima hasta ese momento, a 7:42 del final. La ansiedad le pasó factura a los granadinos, todo lo contrario que los catalanes, que siguieron haciendo su partido, penetrando con Iroegbu, Sibande y Marcos.

Y, de nuevo, a base de lanzamientos desde la línea de 4,60 metros, fue recortando la desventaja. Su rival, en bonus con más de seis minutos por jugar, no se desesperó aunque era para haberlo hecho porque la diferencia era abismal. Siguió a los suyo mientras que Clavell, quiso resolver por su cuenta con acciones individuales que no llegaron a buen puerto. A cuatro del final era seis la cifra a remontar, que quedó en nada para igualar la contienda a 69 a 2:52 del final gracias a Valtonen, quien con un mate puso por delante a su equipo.

A los últimos 60 segundos del choque se llegó con dos puntos de renta a favor. Juan Fernández falló un tiro libre, pero Clavell anotó a 10,8 segundos del final para, al menos, garantizar la prórroga a su equipo. En la posesión final, Durham se pegó un triple rodeado de contrarios, pero el rebote lo capturó Iroegbu que anotó de dos. Restaban 5,5 segundos y Scott Bamforth recibió falta, anotando dos tiros libres, el punto 32 (finalmente fueron 33 los anotados gracias a Noua) de los granadinos en esta parcela que fue determinante para lograr un triunfo importantísimo. En esta ocasión las miradas no estuvieron centradas en los colegiados.