El Covirán Granada, del equipo de las oportunidades a la falta de compromiso que echa de menos Pablo Pin

Granada/Fichar por un equipo en zona de descenso con muchas papeletas para bajar no siempre sale bien. Casos como el de Joe Thomasson se dan pocas veces. El Covirán Granada buscó la pasada temporada salvarse con la incorporación de Malik Dime (Peñarol), Jacob Wiley (Adelaide 36ers), Elias Valtonen (Baxi Manresa) y Scott Bamforth (Victoria Libertas Pesaro) y le salió bien. Pero también vino Will Barton y fue un fracaso.
El año anterior Thomasson sí dio resultado pero ni Prince Ali, ni Youssou Ndoye, ni Mike Moore ni Michael Caicedo dieron ese salto de calidad que se buscaba con las incorporaciones en mitad de campaña. Cosa que en otros clubes, con una estructura deportiva más consolidada, sí logran. Este curso, cuando llegaron las lesiones y algún que otro problema interno, se firmaron cinco jugadores de un perfil medio-bajo, pero los milagros se acaban.
La escasa capacidad económica para acudir al mercado trajo a Granada a Ousmane Ndiaye cedido por el Baskonia, Giorgi Bezhanishvili (Gravelines de Dunkerque), Omar Silverio, sin equipo tras pasar por el Surne Bilbao Basket, Samuel Griffin (Lavrio) y Riccardo Visconti (Virtus Bologna). Se dijo que se habían firmado jugadores que querían tener una oportunidad en la Liga Endesa o reivindicarse a base de minutos.
Sin embargo, este modelo es evidente que no está funcionando. Y Pablo Pin terminó por dejarlo claro cuando, en el último cuarto, sentó a parte de los jugadores que llegaron con la temporada ya empezada. En rueda de prensa llegó a decir que “jugadores que tienen, como siempre, un gran compromiso como Jonathan Rouselle, Elias Valtonen, Amine Noua, Rubén Guerrero, Agustín Ubal y otros recién llegados como Giorgi Bezhanishvili o Riccardo Visconti aportaron, pero nos faltó la aportación de otros como Omar Silverio o Samuel Griffin, y nos quedamos con muy pocas vías de generación”.
Un compromiso que se palpa en la cancha. Silverio hizo un buen primer partido ante el Hiopos Lleida pero, desde entonces ha ido bajando los minutos en cancha a excepción del duelo ante el Barcelona. Ante el Leyma Coruña tan sólo estuvo en pista 7:45 minutos en los que no anotó los tres lanzamientos que intentó, dio dos asistencias pero cometió tres faltas terminando con menos 4 de valoración.
En el caso de Griffin, es el claro ejemplo de jugador de calidad y talento, pero egoísta que mira más por sus números que por el equipo, pero que en situaciones como la del Covirán Granada son necesarios. Sus dos últimos partidos dejan mucho que desear. De hecho, desesperó a Pin, que lo sentó en el banquillo tras un lanzamiento sin venir a cuento. Sus números ante los de Diego Epifanio fueron de siete puntos, dos asistencias y 4 de valoración en los 20:26 minutos que jugó, el menor tiempo desde su llegada.
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