Ousmane Ndiaye machaca el aro del Hiopos Lleida.
Ousmane Ndiaye machaca el aro del Hiopos Lleida. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Granada/El Covirán Granada desperdició una gran ocasión para no descolgarse en la pelea por no bajar a Primera FEB tras caer, en la prórroga, ante el Hiopos Lleida por 82-85, en un partido dominado durante tres cuartos. Pero, como ocurrió en Málaga, tiró por la borda todo lo conseguido cuando lo tenía en su mano. La mala gestión del tiempo extra provocó que los granadinos estén ya a dos victorias de la permanencia en un duelo en el que la actuación colegial dejó muy descontentos a los locales.

El choque, en su primer acto, fue el reflejo de la ansiedad que tenían ambos equipos por ganar el partido. Uno para no descolgarse y el otro para poner tierra de por medio ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Sin embargo, fue el cuadro rojinegro el que mandó en el marcador ya no sólo en los primeros diez minutos sino en toda la primera mitad, salvo el 0-1 inicial de Oriol Paulí. Scott Bamforth, que era duda en el choque, salió de inicio y fue el que mantuvo vivo a su equipo en el marcador en el arranque.

Un triple suyo puso por delante en el electrónico a los de Pablo Pin, que desde entonces siempre fueron por delante. No obstante, la tensión se notó por lo mucho que se estaban jugando ambos contendientes. Tanto, que en los cuatro minutos y medio iniciales, el resultado era de 7-4. Bamforth anotó su segundo triple y comenzó a ampliar la renta unido a Aurrecoechea. El técnico local movió el banquillo constantemente para mantener el ritmo físico en defensa e hizo debutar a los dos últimos fichajes, Omar Silverio y Giorgi Bezhanishvili.

El dominicano se estrenó con un triple ante un rival que había anotado seis puntos en siete minutos. Por su parte, el pívot georgiano cometió en 2:09 dos faltas personales fruto de sus ganas por agradar y su dureza en los bloqueos, que la tiene. Y es que los de Gerard Encuentra vivieron de los tiros libres. Hasta catorce lanzaron en el primer cuarto, anotando diez y terminando con 12 puntos en su haber. Únicamente intentaron dos lanzamientos de dos y cuatro triples sin anotar ninguno, de ahí un pobrísimo 17% en tiros de campo. El periodo concluyó con 21-12, la máxima renta obtenida hasta el momento.

El segundo cuarto comenzó con una técnica al banquillo. La grada no estaba, para nada, satisfecha con la labor arbitral, pero los rojinegros lograron no descentrarse. Luka Bozic tiró del carro de los ilerdenses y obligó a Pin a pedir tiempo muerto con 21-17. Fue el momento de Amine Noua, que se echó al equipo a las espaldas aunque Paulí se encargó de evitar que la desventaja de los catalanes fuera en aumento. Empero, los visitantes no estaban fines. Agotaron dos posesiones seguidas fruto del gran trabajo defensivo de los de Pin que, en esa faceta y en la reboteadora, estuvieron muy bien.

Aunque la renta estuvo rondando los cinco puntos, un triple de Corey Walden, el primero de Lleida a 2:17 del descanso, alertó al Covirán Granada que en ese tiempo le endosó un parcial de 9-0 a su rival, con triple incluido de Silverio que ofreció detalles interesantes, y la mejor jugada posiblemente de la temporada moviendo el balón que concluyó Noua para irse a los vestuarios 12 arriba (43-31) gracias, entre otros al dominio en el rebote (21-10). Pero el primer tiempo no terminó ahí pues Jonathan Rousselle recibió una técnica por desconsideración a Oriola y la consiguiente protesta del banquillo local hizo que fuera castigado con una segunda técnica. Eso provocó una sonora pitada de la afición granadina que estaba indignada.

Debido a ambas infracciones, la segunda mitad arrancó con dos tiros libre de James Batemon, que estuvo muy bien vigilado por los de Pin, de los que sólo aprovechó uno. Un tercer periodo en el que el intercambio de canastas benefició a los locales, que gracias a un triple de Rousselle volvió a lograr la docena de ventaja. Además, gozaron de segunda oportunidades gracias a su labor en el rebote ofensivo, lo que desesperó a Encuentra que se vio obligado a pedir tiempo con 50-38, a un punto de igualar el Covirán el basket average que se llegó alcanzar. Una sangría de la que le costó reponerse.

A partir de ahí, el choque entró en una fase de imprecisiones por parte de ambas escuadras que benefició a los de Pablo Pin. Pero para un espectador imparcial, el partido era duro de ver, con demasiados errores en cancha delantera. El técnico llegó a utilizar a Silverio de base pese a ser un recién llegado, lo que aprovechó el Hiopos para recortar algo su desventaja. Llegaron a ponerse a ocho puntos, pero cuatro puntos seguidos de ‘Aurre’, que levantó al Palacio con su garra, provocó que el banquillo catalán volviera a parar el duelo tras volver a ir cayendo por 12 a 1:01 del final del tercera acto (59-47), mismo resultado con el que concluyó.

En los últimos diez minutos, Iván Aurrecoechea se hizo grande en la pintura aunque no estuvo acertado desde la línea de 4,60. Y volvió la polémica con una antideportiva a Ousmane Ndiaye que volvió a encender a los que acudieron a la instalación del Zaidín que llamó sinvergüenzas a los colegiados. La triple revisó una acción de Pere Tomàs sobre Batemon al que le concedieron dos tiros libres que no desaprovechó. Eso hizo que de doce se pasara a cinco puntos de ventaja fruto de las imprecisiones en ataque y entraron los nervios. Tanto, que a 4:42 del final, Lleida se puso por delante tras un parcial de 3-16.

Las decisiones arbitrales, el cansancio y la ansiedad por tener que ganar, descentró a los rojinegros que volvieron a mandar en el electrónico a 3:02 gracias a dos tiros libres de Noua. Pero fue Silverio, con una gran penetración, el que lanzó de nuevo a su equipo cinco arriba con un 2+1 fundamental. Batemon, a 91 segundos de la conclusión, anotó dos tiros libres pero en la siguiente acción Noua capturó un rebote ofensivo anotando dos puntos claves.

Y en el minuto final, pasó de todo. Noua perdió un balón tras penetración de Batemon y falló un triple en el que el balón le hizo la ‘corbata’. Pero lo peor llegó cuando a cinco segundos del final, Edo Muric anotó un triple con falta de Noua incluida. Pero el esloveno falló el tiro libre y el choque se fue a la prórroga. Una segunda oportunidad apareció cuando casi todo estaba perdido.

El tiempo extra empezó con cinco puntos de Bamforth respondidos con otros tantos de Batemon. El de Alburqueque fue casi el único que lanzó, siempre desde el perímetro, pero no todo lo anotó. Paulí puso por delante a los catalanes, pero se abusó del tiro exterior mientras que su rival varió el juego. Noua empató y al minuto final se llegó con empate. Noua perdió un balón y Villar no lo desaprovechó con un 2+1 con falta del galo que cometió la quinta. Valtonen anotó sin el galo en pista y Rousselle le hizo falta a Walden a 21 segundos con dos tiros libres para el americano que los anotó. La desventaja era de tres puntos, Rousselle perdió un nuevo balón, Batemon hizo lo mismo pero Bamforth, con el triple final, no acertó ni tampoco el base francés, por lo que el choque se lo llevaron los catalanes para alegría de su afición, que deja muy tocado al Covirán Granada.

Ficha técnica

82 - Covirán Granada (21+22+16+14+9): Scott Bamforth (15), Sergi García (2), Valtonen (4), Noua (25), Rubén Guerrero (2) -cinco inicial-, Omar Silveiro (13), Iván Aurrecoechea (11), Ndiaye (3), Rouselle (7), Giorgi Bezhanishvili (0) y Tomàs (0).

85 - Hiopos Lleida (12+19+16+26+12): Batemon (23), Walden (7), Oriol Paulí (15), Madsen (2), Pierre Oriola (3) -cinco inicial-, Bropleh (3), Villar (9), Bozic (17), Hamilton (3), Muric (3) y Hasbrouck (0).

Árbitros: Luis Miguel Castillo, Iyán González y Fabio Fernández.

Incidencias. Partido de la vigésimo tercera jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes de Granada, con lleno absoluto con ocho mil espectadores en las gradas.

stats