James Batemon tras el partido ante Zaragoza.
James Batemon tras el partido ante Zaragoza. / ACB Photo

Granada/James Batemon, nacido en la ciudad estadounidense de Wisconsin hace 27 años, es el gran peligro del Hiopos Lleida que se medirá este próximo domingo en el Palacio de Deportes al Covirán Granada (12:30 horas). Este base-escolta que tan sólo lleva 17 días en el conjunto que entrena Gerard Encuentra, en tan poco tiempo se ha ganado el cariño de la afición de Barris Nord que lo ha convertido en su nuevo ídolo en apenas dos jornadas.

Y es que el impacto que ha tenido Batemon en el cuadro ilerdense está siendo espectacular. Sólo ha jugado dos partidos pero qué dos partidos. Este trotamundos del baloncesto, que se formó en la Universidad de Loyola Marymount y que ha jugado en ligas tan dispares como la de Letonia-Estonia, concretamente en el BK Ogre, en la Segunda División francesa tanto en el JA Vichy como en el Union Tours Metropole Basket, además de en Grecia (AS Karditsas), Alemania (Crailsheim Merlins), Israel (Ironi Kiryat Ata) y Australia (Brisbane Bullets), ha llegado a tierras catalanas para lograr el objetivo de la permanencia en la Liga Endesa.

Se trata de un ‘metepuntos’ con muchos recursos, fuerte físicamente y que no rehuye la responsabilidad cuando más quema el balón. Y buena prueba de ello lo ha demostrado en los dos partidos que ha disputado con el Hiopos. El americano debutó en el importantísimo duelo que su nuevo equipo debía de afrontar ante el Leyma Coruña, que terminó con derrota. Pero Batemon cuajó un gran partido completado con porcentajes muy altos. Anotó 18 puntos en 24:11 minutos de juego, con un 75% en tiros de dos, un 50% en triples y un 85% en tiros libres. A ello sumó cuatro asistencias, tres balones recuperados y cinco faltas recibidas para un total de 26 créditos de valoración.

No contento con eso, en su debut en casa, lideró al Lleida frente al Casademont Zaragoza. Mejoró sus registros anotadores en cuatro puntos (22), de nuevo con un 75% en lanzamientos de dos, un 44% en triples (4 de 9) y cuatros tiros libres sin fallo, además de cuatro rebotes y cinco rebotes, sumando así 28 de valoración. Asumió la responsabilidad cuando los maños apretaron y terminó escuchando desde la grada un cántico que le hizo muy feliz y que no fue otro que el de “¡MVP!”, tras lograr la séptima victoria del curso y salir de los puestos de descenso mandando al Covirán Granada a la penúltima posición. Para completar su fiesta, en la celebración del triunfo, enarboló la bandera del club en mitad de la pista.

Sin duda, será una de las piezas a vigilar el próximo domingo pero, para desgracia de Pablo Pin, no tendrá a un especialista defensivo como es Agustín Ubal para tratar de frenarlo porque, pese a medir tan sólo 1,85 metros, le gusta mucho penetrar aprovechando su fortaleza física y velocidad. Obviamente, Batemon no juega solo pero será, sin lugar a dudas, uno de los jugadores a los que habrá que atar en corto.

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