El Covirán Granada se rinde ante un gran Thomas Bropleh

Granada/Un Covirán Granada demasiado irregular cayó en la cancha del Hiopos Lleida por 87-74, en duelo marcado por un pésimo segundo cuarto que metió de lleno a los catalanes cuando el duelo estaba controlado. El gran partido de Amine Noua no fue suficiente para sumar la quinta victoria del curso ante la escasa aportación de hombres importantes.

El choque arrancó con una canasta fácil de Rafa Villar pero pronto los de Pablo Pin comenzaron a hacer su juego, moviendo bien el balón y, a ello, se le sumó el acierto en el tiro exterior. Un parcial de 0-8, con dos triples de Bamforth y Amine Noua (el galo tras cinco seguidos), permitió a los granadinos comenzar a ganar de seis hasta que Villar rompió la mala racha para su equipo.

La buena circulación de balón hizo que, además, se hiciera mucho daño en la pintura, con Noua dejando pinceladas de su talento. Tras ir doblando a su rival 6-12, el choque se paró en cuanto a anotación y ritmo. A ello colaboró, sin quererlo, Jonathan Rousselle tras recibir un golpe de Pierre Oriola en la lucha por un rebote que detuvo el partido varios minutos al terminar sangrando el base galo por si nariz.

Entró por el francés Sergi García pero fue Gian Clavell el que anotó su primer triple, el tercero del Covirán de cuatro intentos, logrando la máxima renta: siete arriba (10-17). Lleida quería correr pero el balance defensivo de los rojinegros era muy bueno y ahí, los de Gerard Encuentra no se sintieron tan cómodos. La disciplina atrás fue la base desde la que construir en ataque. Eso lo aprovechó Edgar Vicedo con un triple desde la esquina que dio tranquilidad en el marcador.

Hasta Iván Aurrecoechea aportó en ataque. Todo eran buenas noticias para los de Pin que, en defensa, hicieron un gran trabajo. A los catalanes les costó mucho encestar porque los rojinegros se pusieron el mono de trabajo. Sumaron cuatro tapones y dejaron a su rival tras los diez primeros minutos en tan sólo 14 puntos por 23 de los granadinos. El buen porcentaje en triples junto al dominio del rebote y, sobre todo, el trabajo defensivo fue excelso y eso marcó la diferencia. A todo ello, se sumaron los puntos desde el banquillo.

El segundo cuarto se inició con un matazo de Agustín Ubal en el que, además, recibió falta y aprovechó el tiro libre lanzando a doce arriba a su equipo (14-26). Muric, con un triple, anotó el primer triple de los ilerdenses de siete intentos. Pero Bamforth respondió rápido con otro. Y ahí se apagó el equipo. Kenny Hasbrouck levantó a Barris Nord y el Hiopos fue recortando, poco a poco, la desventaja hasta ponerse a cinco tras un parcial de 10-3. El porcentaje decayó y eso metió en el partido a Lleida de lleno. Y más, tras dos triples seguidos de Corey Walden y Thomas Bropleh que volteó el electrónico (30-29) tras un 16-3.

Sergi García rompió la sequía desde la línea de 4,60. Pero la dinámica cambió por completo y tras un 20-1 en total de parcial, Pin se vio obligado a parar el partido a 3:10 del descanso con su equipo perdiendo por siete. Toda la buena imagen ofrecida en los primeros diez minutos se vino abajo en siete minutos. La renta fue aumentando hasta los once puntos al aprovechar las pérdidas constantes y, encima, Bropleh estaba onfire. Noua rompió, en una acción individual, un vergonzoso parcial de 25-1. El cuarto terminó con un error defensivo que no desperdició Madsen con un mate para rozar la máxima para su equipo (46-35), que llegó a ser de doce. Tan sólo anotó el Covirán cuatro canastas de 15 intentos en juego en este periodo. Pero lo más grave fue que no capturó ni un rebote. De récord. No era para sacar pecho esta vez. En diez minutos, todo se fue al garete.

La segunda mitad arrancó con un triple sobre la bocina en el primer ataque. Noua mantuvo a su equipo vivo tras un parcial de salida de 2-8 y la docena de ventaja quedó en dos tras tres tiros libres de Clavell. De nuevo, había partido. Se volvió a tener intensidad en cancha trasera, se cerró el rebote y movió el balón en pista delantera. Rubén Guerrero fue el segundo jugador rojinegro que salió sangrando en un momento del partido en el que los fallos ante el aro fueron una constante.

Pasado el ecuador del cuarto, el choque se convirtió en un correcalles con numerosas pérdidas y errores. Valtonen rompió la sequía con un triple pero Wiley cometió su tercera falta. Empero, ante los problemas en un párpado del pívot malagueño, era necesaria su presencia en pista. Noua puso a tres al Covirán (55-53), obligando a Encuentra a pedir tiempo muerto a 2:13 del final del cuarto tras un global de 9-18. Se retomó la imagen del primer periodo y Noua empató el duelo con un nuevo triple. Bropleh y el ala-pívot decidieron asumir la responsabilidad en ataque por cada bando, llegándose al final del tercer periodo con los catalanes dos arriba (60-58).

Los últimos diez minutos se iniciaron con intercambio de canastas por parte de los citados Bropleh y Noua. Los morados, sin embargo, siguieron por delante. Y para colmo de males, a casi ocho minutos para el final, el Covirán entró en bonus con lo que ello supone con seis abajo. Pese al gran rendimiento de Noua, faltaban los puntos de Rousselle, Sergi García, Bamforth y, sobre todo, Wiley. Demasiada ventaja para el rival.

A 5:24 para el final, eran diez puntos la desventaja a remontar pero las sensaciones no eran las mejores. Clavell, muy individualista, no ayudó a su equipo tomando una vez más malas decisiones. Y eso no lo desaprovechó el Hiopos, que alcanzó la máxima de todo el envite (trece puntos) a dos minutos del final. Fue la puntilla a un partido en el que el Covirán Granada mostró una gran irregularidad.