Dylan Ennis ajusticia al Covirán Granada en Murcia

Granada/En un partido de parciales por parte de ambos equipos, el Covirán Granada despidió el año 2024 con derrota tras caer por 84-81 ante el UCAM Murcia, en un duelo en el que, un triple de Dylan Ennis a seis segundos del final, terminó por decantar la cita.

El primer cuarto, al menos a nivel defensivo, recordó al de Lleida, con un conjunto granadino muy serio en cancha trasera y cerrando muy bien el rebote. En los primeros diez minutos siempre fueron por delante los de Pablo Pin, que tan sólo concedieron tres canastas en todo el cuarto a los murcianos, muy desacertados en el tiro gracias, en parte, al gran trabajo atrás de los rojinegros.

Wiley, con un gran mate, le dio la primera renta a su equipo aunque a su equipo también le costó anotar. Ocho puntos entre ambos conjuntos sumaron en cuatro minutos de partido. Un parcial de 0-6 gracias a dos triples, uno de Pere Tomàs y otro de Rousselle desde su casa, le otorgó la máxima renta a los visitantes (4-10). Y es que los siete primeros guarismos en el electrónico de los de Sito Alonso llegaron desde la línea de tiros libres. El 0 de 8 en tiros de campo, y entre ellos cinco triples intentados sin encestar, era demasiada losa para los locales.

Fue Ludde Hakanson el que, con un triple, empató el choque a 10 tras un parcial de 6-0. A partir de ahí, el intercambio de canastas fue la constante. El UCAM, poco a poco, despertó de su letargo aunque en ocho minutos tan sólo habían anotado un lanzamiento de campo. Pere, con su segundo triple, estiró al equipo en el marcador y Clavell, con una canasta de dos pisando la línea de tres cerró el cuarto para dejar un merecido 15-19 al término de los primeros diez minutos en los que el cuadro murciano nunca estuvo por delante en el marcador.

El segundo periodo comenzó con un estratosférico mate del debutante DJ Stephens, que jugando por encima del aro demostró su potente salto. Pero fue Scott Bamforth, que no había saltado en pista en el primer cuarto, el que lanzó al Covirán siete arriba gracias a cinco puntos seguidos, con triple incluido. DJ Stephens siguió a lo suyo pero Clavell, Vicedo y Wiley devolvieron la tranquilidad a los de Pin. De hecho, llegaron a estar una decena por delante (24-34). Y, como en Lleida, los rojinegros se apagaron.

Un parcial de 11-0 volteó el resultado y pasaron, de ir ganando de diez, a perder de uno. Ello obligó a Pablo Pin a pedir tiempo muerto a 3:09 del descanso. Jonah Radebaugh asumió la responsabilidad y el parcial siguió aumentando hasta el 13-0. Clavell cortó la mala racha desde 4,60 casi dos minutos y medio después de que Bamforth anotara un 3+1. El técnico granadino no estaba contento con la cantidad de faltas que la tripleta de colegiados le estaban pitando a sus jugadores y, sobre todo, por numerosos tiros libres que tiró su rival en la primera mitad (21 por 7).

Las pérdidas y las malas decisiones en ataque (una vez más con Clavell como protagonista) fueron la tónica de los granadinos, y eso lo aprovechó el UCAM Murcia para, con Radebaugh como líder, otorgar a los locales la máxima ventaja, seis puntos. Los cero rebotes en ataque condicionaron mucho cuando el porcentaje en el tiro bajó. Además, faltaban los puntos del máximo anotador del equipo, Amine Noua, que se estrenó a 41 segundos del descanso con un tiro libre. El buen trabajo del primer cuarto quedó en nada debido a un global en el cuarto de 30-17, que dejó en nueve puntos la desventaja a remontar en la segunda mitad. Las seis pérdidas en diez minutos lo aprovechó el conjunto de Alonso, que se fue a los vestuarios con mejores sensaciones (45-36).

La segunda mitad se inició con Noua queriendo mejorar sus números y, de paso, que sus compañeros vieran que podían buscarle en ataque, pese a que no estaba tan acertado como en anteriores citas pero sí se mostró firme en el rebote. Pero fue Rousselle, con otro triple marca de la casa sobre la bocina, el que permitió al Covirán Granada acercarse a cuatro y albergar esperanzas. Los de Pin se mostraron más sueltos en cancha delantera en los primeros minutos tras un parcial de 2-7, pero Radebaugh desde más allá de 6,75 no estaba para bromas.

Las pérdidas volvieron a aparecer y el cuadro de Sito Alonso no las desaprovecharon para volver a mandar con más tranquilidad, retomando la renta de los diez puntos, lo que provocó que Pin parara el duelo a 4:20 del final del cuarto (56-46). La misma diferencia de puntos anotados en la pintura por uno y otro equipo. Todorovic puso la máxima, doce puntos, ante un rival al que le costó mucho superar la intensidad defensiva de los murcianos. A base de acciones individuales, como el triple de Clavell con una gran finta, el Covirán se mantuvo en el partido pero la sensación era que faltaba claridad en ataque.

Pin trató de sorprender a Alonso con defensas alternativas y constantes cambios, pero cuando los rojillos corrieron fruto de las numerosas posesiones regaladas, Dylan Ennis apareció demostrando su poderío a cancha abierta. El global fue de 18-15 y la renta a remontar de doce (63-51).

En el periodo final, fue el cuadro local el que, con variedad en ataque, mantuvo la renta. Pero Bamforth tiró de galones al ser el único que tenía el talento suficiente para asustar al UCAM. Gracias a la casta de Ubal, los de Pin no bajaron las brazos y llegaron a ponerse a tres puntos a 5:44 del final gracias a un triple de Vicedo. Alonso detuvo el choque y de ir 14 abajo, gracias a un parcial de 8-17, volvieron a ilusionarse con ganar.

Dos tiros libres de Noua dejó en uno la desventaja tras un parcial 0-9 e hizo lo mismo con una buena canasta a 2:57 para que concluyera el encuentro. Su talento fue suficiente para voltear el marcador (75-76), obligando a Sito Alonso a pedir tiempo muerto. Bamforth, con un triplazo, puso las cosas en su sitio tras dos rebotes ofensivos consecutivos que Rodions Kurucs no desaprovechó. Restaban 79 segundos y el Covirán ganaba de dos. Ubal y Ennis anotaron tras penetrar. Con 81-81, Dylan Ennis, con un gran triple y dos hombres punteándole sobre la bocina de la posesión, dejó finiquitado el duelo a seis segundos del final, en los que Bamforth no encestó para otorgar la prórroga.