"La Sevilla de Hernando Colón era una ciudad mucho más vanguardista que la actual"
MANUEL VALDIVIESO | ESCRITOR
Tras ocho años investigando y recopilando información, el narrador hace justicia a la figura del hijo ilegítimo de Cristóbal Colón dedicándole una historia sin sombras que publica Almuzara
Hasta sentirse "cómodo en el siglo XVI, caminando por la Corte", el abogado y escritor sevillano Manuel Valdivieso pasó ocho años recopilando información en torno al hijo ilegítimo de Cristóbal Colón, Hernando, con la que enfrentarse con las suficientes garantías para redactar una historia sin sombras y reparatoria, en gran medida, con este desconocido personaje, bajo el título de Hernando Colón, el bibliófilo que se enfrentó al emperador.
-¿Qué es lo que le conduce a Hernando Colón?
-Lo que me conduce a Hernando Colón es el que fuera el cerebro de la familia Colón, tras la muerte del Almirante, la persona sobre la que cayó el trabajo de defender los privilegios de Santa Fe y también el honor del linaje, e incluso el promover la verdad sobre el Descubrimiento. Y siendo un hombre brillante, un intelectual, tuvo que vivir sintiéndose un advenedizo, lo que le obligó a luchar contra el poder. Esa convicción es lo que que realmente me sedujo de este personaje, contradictorio en gran medida.
-A pesar de ser un bastardo, sorprende la relación que Cristóbal Colón mantiene con su hijo.
-A su manera, Cristóbal Colón fue un gran padre, y se ocupó de legitimar a Hernando ante los Reyes, llegando a tener el título de Don, que recibe a través de su padre, que lo había obtenido gracias a las Capitulaciones. Cristóbal Colón, que no murió pobre, como algunos mantienen, ganó mucho dinero, hasta el punto que creó un mayorazgo, a favor de Diego (el hermano mayor), pero también creó un segundo para Hernando. Es decir, hizo todo lo posible para que estuviera legitimado. Lo que sigue siendo una incógnita es el motivo por el que Colón, padre, rompe toda relación con la madre, la cordobesa Beatriz de Arana. Puede que por tener alguna ascendencia conversa.
-Sorprende la amplia documentación. ¿El poseer tanta información es una ventaja o puede acabar siendo una limitación?
-Yo creo que ambas. Por una parte te facilita el contar con una amplia información, ya que he podido seleccionar lo que más me interesaba. Pero para ello me impuse una disciplina de jugador de ajedrez, en el sentido de limitar la información que ofrecía de cada personaje, para que la extensión de la obra no fuera inabarcable. He tenido que ser muy disciplinado para que la historia no se me fuera de las manos. Por eso, el tener tanta información conlleva una dificultad, pero también me ha proporcionado el poder escribir con pulso firma. Yo ya estaba en el siglo XVI y me movía con soltura por la Corte, que era lo que necesitaba para narrar esta historia.
-Aunque Hernando Colón es el gran protagonista, es una novela muy coral, con secundarios muy "protagonistas".
-Efectivamente. La primera parte de la novela la he titulado El laberinto del Almirante porque es imposible escribir de Hernando Colón sin hacerlo de su padre, así como de su tío Bartolomé, y seguimos por los Reyes, y así un sinfín de personajes, entre los cuales yo destacaría a Francisco de los Cobos. Es un hombre que llega ser el responsable de los "asuntos castellanos", y por tanto de Indias ante el Emperador. Es un personaje que se mueve por la Historia con cierta invisibilidad cuando tuvo tanta importancia y tanto poder en su tiempo, y yo he querido sacarlo del anonimato. Y también me fascina Brígida Maldonado, una impresora salmantina que se instaló en Sevilla, ya que cumple con mi deseo de que hubiera mujeres en mi historia, más allá de la Reina Isabel.
-Hernando Colón es el pretexto, o el hilo conductor, para relatar muchos de los entresijos del Descubrimiento, así como de las luchas de poder durante el Renacimiento.
-No quiero profundizar mucho en la respuesta de esta pregunta, ya que forma parte del secreto de esta novela. En este sentido, he utilizado las tesis de Juan Manzano, que fue el historiador capaz de poner en pie la tesis del predescubrimiento, y que combino con las teorías e investigaciones de Luis Coín Cuenca, de la Universidad de Cádiz, que hizo hallazgos realmente extraordinarios, como el reproducir la ruta del descubrimiento con una réplica de las carabelas, que le reportó grandes conclusiones. Tengamos en cuenta que el tiempo en el que se produce el Descubrimiento es también un tiempo de espionaje, muy agresivo especialmente por tratar de hacerse con las rutas.
-En ocasiones existe una imagen demasiado idealizada de la Sevilla de aquel tiempo.
-Tenemos la sensación de que Sevilla fue una foto fija invariable durante 150 años, absolutamente esplendorosa, y no fue así. La Sevilla de 1500 es una ciudad en crecimiento, la de Hernando Colón no pasaba de los 40.000 habitantes, y abundaban las mujeres, ya que muchos hombres se habían ido a hacer las Américas. La Casa de Pilatos se está proyectando, todavía no se ha acabado el Ayuntamiento… El palacio de Hernando puede ser un modelo a seguir, ya que fue el primero que se construyó al modelo antiguo, como lo había visto hacer en Roma. Es una Sevilla asolada por las crecidas del río cada cierto tiempo y por las epidemias. Pero tampoco debemos tener una visión de una Sevilla sórdida. Tengamos en cuenta que la Catedral está a punto de acabarse, en apenas un siglo, y con dinero previo al Descubrimiento, que es un dato muy significativo, ya que habla de una ciudad con pujanza. Una Sevilla a envidiar en muchos aspectos, ya que era una ciudad muy vanguardista, mucho más que ahora. En ese momento construir una catedral gótica era plena vanguardia. Era una ciudad con ambición de convertirse en metrópoli.
-Después de dedicarle tanto tiempo a Hernando Colón, ¿qué es lo que más destacaría de él?
-De Hernando Colón subrayo dos aspectos. Primero, el ser uno de los humanistas más destacados de su época, teniendo en cuenta que no había muchos. Cultivaba las matemáticas, la filosofía, y llegó a tener más de tres mil grabados, de los mejores autores. Y segundo, el que fuera el defensor de la causa colombina, tras que su padre cayera en desgracia por la mala gestión en la gobernanza de lo que hoy es Santo Domingo. Curiosamente, no quedan apenas legados materiales de Hernando Colón, ya que fracasó en casi todo lo que intentó. Se le encargó renovar el mapa de España y no fue capaz, quiso crear una academia de Matemáticas y no la logró consolidar. Hasta su casa fue devastada por el río. Su legado es inmaterial, ha sido capaz de permanecer en la historia gracias a su ambición, a pesar de su origen.
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