El Covirán Granada se hace valer desde la defensa para derrotar al Valladolid (90-85)

Covirán Granada-Valladolid | Crónica

El equipo de Pablo Pin asegura el factor cancha en la primera eliminatoria del play off, es segundo a falta de una jornada e, incluso, podría terminar primero en el Grupo de Clasificación

Lluís Costa fue determinante en el tramo final del encuentro. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Ficha técnica

Coviran Granada, 90: Moi Andriassi 0, Thomas Bropleh 12, Alex Murphy 10, Lluís Costa 17 y Bamba Fall 12 –quinteto titular,– Alejandro Bortolussi 6, Germán Martínez 11, Christian Díaz 6, David Iriarte 5 y Edu Gatell 4.

Real Valladolid, 85: Jaan Puidet 8, Melwin Pantzar 4, Joey Van Zegeren 9, Sergio de la Fuente 6 y Antoine Mason 16 –quinteto titular–, Greg Gantt 0, Matej Kavas 0, Nacho Martín 10, Reed Timmer 28, Justin Kohadja 2 y Juan García-Abril 2.

Parciales: 21-24, 21-14, 19-28 y 29-19.

Árbitros: Asier Quintas, José Antonio Pagán y Juan Ramón Hurtado. Eliminaron por la comisión de cinco faltas personales al visitante Antoine Mason en el minuto 40 de encuentro.

Incidencias: Partido correspondiente a la decimoséptima jornada de competición en la fase de Clasificación en LEB Oro disputado en el Palacio Municipal de Deportes de Granada sin espectadores en la grada.

No fue un buen partido, pero el Covirán Granada supo mostrar su faceta más práctica, ésa que indica que lo importante es ganar. Así lo hizo para deshacerse de un incómodo Valladolid por 90-85 en un encuentro en el que los de Pablo Pin estuvieron casi siempre por detrás en el marcador, pero cuando fueron capaces de voltear los guarismos fue para sumar un triunfo que les asegura la cuarta plaza y, por tanto, el factor cancha en el primer cruce de los play off por el ascenso.

Tras los resultados de este domingo, el cuadro granadino es segundo, empatado con el primero, el Coruña, y el tercero, el Breogán. En otras palabras, los granadinos tienen en su mano acabar segundos (otro cruce con el factor cancha a favor) e, si se alinean los planetas en la última jornada, incluso ser primeros.

El encuentro ante los pucelanos estuvo atascado en muchas fases, sin ritmo. El cuadro visitante, que tiene mucha facilidad para anotar, aprovechó los momentos de falta de concentración defensiva de los locales para mandar en el marcador durante muchos minutos.

Sólo cuando el Covirán apretó atrás, sobre todo con su segunda línea en la pista, pudo controlar el choque y acabar por arrimar el ascua de la victoria a su sardina.

Inicio dubitativo

Sorprendió Pin de inicio con la presencia Moisés Andriassi en el quinteto titular. A pesar de que el mejicano cometió muy pronto dos personales en su intento de frenar a Panzar, no fue el culpable ni por asomo de la fría puesta en escena de los granadinos, sobre todo en la pista delantera (2-7, 2’30’’). La desventaja no fue a más porque los dos equipos se instalaron en un juego cansino que hacía que los guarismos se movieran a saltitos.

Bamba Fall, bajo el aro pucelano. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Mediado el primer acto, Pin ya había tirado de banquillo. Su equipo, seguía a rebufo de sus invitados. La presencia de Germán Martínez y Manu Rodríguez pareció avivar un poco las ideas ofensivas (14-16, 7’). Pero los vallisoletanos respondieron de forma inmediata y contundente con dos triples consecutivos de Timmer, que elevaron la desventaja local hasta los ocho puntos (16-24).

Reaccionó el Covirán en el último minuto con una mayor presión en defensa y acierto desde la línea de tiros libres, lo que evitó que los males fueran a más: 21-24.

Defensa

Con un quinteto meramente nacional –Christian Díaz, Germán Martínez, Manu Rodríguez, Iriarte y Gatell– puso Pin de manifiesto que había que trabajar desde la defensa. Se empezó bien el segundo cuarto en esta faceta, pero sin la necesaria continuidad en la pista delantera.

Hasta dos minutos tardó el Covirán en dar respuesta a otro triple de Timmer (21-27). Eso sí, cuando lo hizo, siempre sobre la base de la concentración atrás, fue para obligar a Hugo López a parar el partido tras recibir un 5-0 que puso de nuevo el marcador en un pañuelo (26-27, 22’30’’).

En la vuelta a la pista, otro triple pucelano (el quinto hasta entonces), que volvió a dejar para más tarde las posibilidades de dar la vuelta al marcador. Fue mover el banquillo local y el Valladolid volver a ver el aro con menos dificultad.

Mediado el cuarto, Bortolussi abrió la defensa visitante desde más allá de la línea de 6,75, a la par que puso otra vez al Covirán en disposición de dar el sorpasso (31-32). No tardó en llegar. Sólo un minuto y medio. Aparecieron Fall y Bropleh para anotar en juego y en un suspiro los verdirrojos se vieron arriba (37-34, a 4’02’’ para el descanso).

A la vuelta del lógico tiempo visitante, el Valladolid devolvió la moneda con un 0-4. En el intercambio de canastas de los últimos compases del primer tiempo salió favorecido el Covirán con un triple sobre la bocina de Manu Rodríguez: 42-38.

Los visitantes aprietan

Tras el paso por los vestuarios, fueron los visitantes los que retornaron al parqué más espabilados. Con un 0-5 de salida volvieron a coger el mando en el marcador. Fall mantuvo momentáneamente a los locales ante un rival que anotaba con facilidad y que de las manos de Timmer y Mason estiró la diferencia hasta los ocho puntos (47-55, 24.30’’). En menos de cinco minutos el Covirán había recibido un duro parcial de 5-17.

Pablo Pin, en magas de camisa. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Tras el tiempo muerto solicitado por Pin no se cortó la sangría. Todo lo contrario. Los pucelanos se fueron hasta los doce puntos poco después (47-59). Un triple de Germán Martínez al menos sirvió para que los nazaríes, instalados en el desorden y sin controlar el rebote, cortaran una sequía anotadora que había durado casi cuatro minutos.

Germán Martínez trabajó a destajo. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

El técnico granadino movió el banquillo con el propósito de dar consistencia a la retaguardia. La ‘jugada’ se hizo notar en el marcador poco después, pues los locales recortaron hasta ponerse a un punto tras un mate y un triple de Iriarte (61-62, 29’). Nuevamente pareció que daba vértigo verse tan cerca de los vallisoletanos, que se plantaron en el último cuarto con cinco puntos de ventaja: 61-66.

Reacción en el momento oportuno

Si no buen juego, el acto definitivo al menos sí prometía emoción. Bortolussi, con un triple, colaboró a ello al empatar la contienda cuando apenas se habían disputado dos minutos y medio del cuarto (66-66). En la siguiente jugada, Lluís Costa, que poco antes había fallado un triple tirando más solo que la una, firmó un 2+1 con el que colocó al Covirán nuevamente arriba tras cerrar un parcial de 8-0 (69-66, a 7’14’’ para el final). Además, poco después del Valladolid ya estaba en bonus.

Con el encuentro instalado en el intercambio de canastas y la máxima igualdad, se entró en los últimos seis minutos (72-71). El choque se puso de cara cuando en medio minuto Lluís Costa y Alex Murphy endosaron dos triples consecutivos con los que el Covirán consiguió una hasta entonces inédita ventaja de siete puntos (78-71, a 4’55’’ para el final).

Hugo López pidió tiempo para aclarar ideas entre los suyos. Pero ya era tarde, porque sus jugadores comenzaron a dar sacar a pasear a esa mala compañera que es la prisa. Con un tiro libre, Gatell elevó la ventaja hasta la decena de puntos (81-71).

A falta de tres minutos y medio el partido estaba encarrilado, pero se perdió la concentración y un poco la cabeza. A falta de dos minutos y medio, el Valladolid aprovechó malas decisiones de los de Pin para ponerse a cinco (83-78). No pasó de ahí.

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