La tribuna
Los muertos de diciembre
Covirán Granada-Palma | LEB Oro
Coviran Granada, 82: Xabi Oroz 4, Guille Rubio 14, Joan Pardina 10, David Iriarte 5 y Carlos de Cobos 10 – quinteto titular – Eloy Almazán 0, Carlos Corts 5, Alejandro Bortolussi 11, Josep Pérez 11, Manu Rodríguez 0 y Devin Wright 12.
Iberojet Palma, 84: Joan Bivia 19, Marcus Gilbert 6, Boris Barac 3, Álex Hernández 16 y Fran Guerra 19 – quintet titular – Serra 3, Erik Quintela 9 Raven Barber 2 y Fede Ucles 7.
Árbitros: Juan P. Morales, Juan Gabriel Carpallo y Roberto Lucas. Eliminaron por cinco faltas personales a Devin Wright y David Iriarte.
Parciales: 10-26, 26-19, 27-16 y 19-23.
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima jornada de competición en LEB Oro disputado en el Palacio Municipal de Deportes de Granada ante 3689 espectadores.
El Covirán volvió a pagar su pésima puesta en escena y la mala gestión de los últimos minutos para perder su tercer partido de forma consecutiva.
Esta derrota fue especialmente dolorosa porque fue ante un rival directo como el Palma, que ganó por 82-84, y porque se produjo en un encuentro al que en el conjunto granadino llegó al final con opciones después de haber llegado a estar hasta con 17 puntos de desventaja.
El choque fue duro, muy duro. Los jugadores de ambos equipos se fajaron de verdad en las dos pistas. El primer tiempo, sobre todo el cuarto inicial, fue para los visitantes, que dominaron en casi todas las facetas. Tras el descanso de vio al Covirán más guerrero que llegó a voltear el marcador, pero algunas decisiones arbitrales y de los propios jugadores impidieron que el resultado fue el contrario al deseado.
Con especial intensidad en las 'pinturas' comenzó el choque, con David Iriarte con la dura misión de intentar parar a Fran Guerra, el principal artillero de los insulares. Esto abrió el campo a los visitantes, que a los cuatro minutos y medio ya sumaban dos triples (5-8). Fue el momento en el que apareció el pívot canario de 2,12 para constatar que el ataque del Palma tiene varios focos de anotación.
Los granadinos comenzaron moviendo el balón en la pista delantera, pero una vez encontrada la posición para lanzar faltó el acierto. A los seis minutos Pin tuvo que parar el partido porque los de Félix Alonso habían dado el primer tirón (8-15).
A la vuelta a la pista, las muñecas de los nazaríes siguieron con el punto de mira desajustado. Todo lo contrario ocurrió en las filas visitantes, en la que prácticamente todos anotaban.
Según fue avanzando el final del primer acto el panorama se fue oscureciendo para los granadinos, que se estrellaron una y otra vez con su propia impotencia en ataque. Un duro parcial adverso de 2-11 dejó el encuentro muy cuesta arriba a la conclusión de los primeros diez minutos: 10-26.
Bortolussi volvió a pisar la cancha de juego poco más de un mes después. Y lo primero que hizo fue abrir el marcador del segundo cuarto. Y luego, un rebote y un triple. La intensidad con la que volvieron a la cancha los jugadores locales no encontró respuesta en el marcador. Todo lo contrario.
Según avanzaron los minutos el juego del Palma se manifestó como un muro contra el que se estrelló una y otra vez un voluntarioso Covirán.
Pin movió el banquillo buscando el jugador que encendiera la mecha. No lo encontró. La diferencia entre las dos plantillas se reflejó dolorosamente en el marcador. A falta de 4’01’’ para el descanso, el preparador granadino paró el choque, con los insulares 17 arriba (22-39).
El partido se endureció, lo que casi nunca favorece nunca a la escuadra nazarí, más aún cuando los colegiados ponen el listón muy alto. Las faltas personales se sucedieron, así como un breve intercambio de canastas al que lógicamente se abonó el Palma.
Así se entró en los últimos minutos. Con De Cobos y Josep Pérez en pista el Covirán encadenó tres ataques consecutivos con acierto para poner los guarismos más atractivos para la vista. Un triple del recién renovado base valenciano sobre la bocina dejó a los granadinos con nueve puntos de desventaja al descanso: 36-45. Se había abierto una pequeña rendija a la esperanza.
Aunque Guerra fue el primero en mover los guarismos en la reanudación, cuatro puntos consecutivos de De Cobos comprimieron más el marcador (40-47). Respondió Biviá con un triple.
Los primeros compases del tercer acto mostraron a dos equipos jugando sus bazas con una entrega digna de destacar. El Covirán mostró su lado más combativo y Guille Rubio dirigió la nave para reducir la desventaja a seis puntos (46-52, 23’40’’). Félix Alonso paró el partido.
Devin Wright se subió al carro (48-52), pero en sus ganas por mantener la dureza defensiva que mostraba el Covirán vio como le señalaron la tercera personal. Álex Bortolussi, con el mismo ímpetu, puso al Covirán a rebufo de los visitantes. Gozó el cuadro granadino de una ocasión para igualar, pero se le fue el tiempo y encajó un triple de Quintela.
No obstante el partido se puso bonito de verdad, con un toma y daca constante, con un conjunto local multiplicándose por mil en la retaguardia. Pardina, con un triple, hizo realidad lo que mediado el segundo cuarto parecía imposible: igualar la contienda. Es más, le siguió JosepPérez con otro lanzamiento desde más allá de la línea de 6,75 para poner al Covirán al mando (61-58, 29’).
Con 63-61 comenzó un último acto que prometía emociones fuertes. Los dos equipos eran conscientes de ello. Para empezar, un triple de Biviá. Para seguir, otro de Carlos Corts. Y como los colegiados seguían con el listón muy alto, la dureza en ambas pistas siguió siendo la tónica del partido. El perjudicado fue el Covirán.
Un alley oop de David Iriarte puso a los de Pablo Pin seis arriba (70-64), pero los insulares respondieron con un 0-7 firmado por Álex Hernández que puso a los locales de nuevo a remolque. Quedaban 5’37’’ minutos y al que menos le temblara el pulso se iba a llevar el gato al agua.
A falta de tres minutos un triple de De Cobos puso el partido de cara, pero todo se torció poco después en una sola jugada. Álex Hernández anotó un triple y mientras el balón volaba hacia el aro, Wright cometió su quinta personal. Guerra selló un ataque visitante de cuatro puntos al anotar uno de los dos tiros libres de los que dispuso.
Aunque el Palma no se puso arriba, el Covirán se descentró y no volvió a ver aro. Una perdida de Josep Pérez condenó a los locales. Los baleares se dejaron llevar por la inercia para llevarse un partido en el que, quizá, el afán de lucha de los granadinos mereció un mayor premio.
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