'Granaínos' sin franjas rojas

Algunos aficionados originarios de la provincia optan por animar al Real Madrid El primer lleno del curso en Los Cármenes, que ovacionó a Isco, aún se hace esperar

Las camisetas madridistas no faltaron en las gradas.
Las camisetas madridistas no faltaron en las gradas.

Un célebre episodio histórico sirvió a algunos aficionados del Granada CF para lograr un sobrenombre que aún se mantiene en el tiempo. Su querido club deambulaba por la Tercera División y sólo unos pocos centenares de valientes se atrevían a pasar las frías tardes de domingo en Los Cármenes. Adoptaron el apodo de 'filipinos', emulando la hazaña de casi 60 españoles durante el Sitio de Baler, en las postrimerías del siglo XIX. Aproximadamente once meses de resistencia enclaustrados en una pequeña iglesia, negándose a abandonar lo que consideraban parte de 'su' España colonial, esperando unos refuerzos que nunca llegaron. Un capítulo hecho casi mito, sus protagonistas han sobrevivido como 'los últimos de Filipinas'.

Para ser filipino había que ser de Granada. Pero no todos los de Granada pueden compartir dicha denominación. Aparentemente, siguen siendo minoría. Así lo señalaba hace poco más de un mes una encuesta del CIS -Centro de Investigaciones Sociológicas-. Los resultados auguraban una provincia en la que el 44% de sus habitantes se declaraban madridistas, muy por encima del 26% de culés y, por supuesto, del 22% de granadinistas.

La visita del Real Madrid a la capital siempre es una prueba para medir a pie de calle tal nivel de granadinismo, el que respira la ciudad. Y ayer en feudo rojiblanco no faltaron emblemas de la entidad merengue. Camisetas, banderas, bufandas... Muchas de ellas, portadas por granadinos. No fue extraño encontrar familias completas camino al estadio en las que las zamarras de CR7 convivían con las rojiblancas horizontales. "Hoy tenemos el corazón dividido", decía Manuel Pérez. "Nos gustaría un empate pero, pase lo que pase, lo miraremos por el lado positivo", agregaba.

José Atienza es otro que comparte pasión por los dos contendientes que se citaron sobre el verde. Él, no obstante, tenía claro a quién iba a alentar dentro de la cancha: "Soy del Madrid y del Granada; cuando jueguen ente ellos, siempre animaré al 'Graná' y, luego, que los blancos ganen todos los partidos restantes". La explicación a que las elásticas visitantes se vieran con tanta frecuencia ayer entre las calles la tenía muy clara: "Nos hemos pasado mucho tiempo en Segunda B y hubo gente que se olvidó del Granada y se hizo del Barcelona o del Madrid... Afortunadamente, creo que eso va a menos y cada vez se ven más niños con la rojiblanca puesta".

Algo similar debieron sentir los que se enfundaron la camisola mitad rojiblanca, mitad merengue. "Catetada" para unos, "algo simpático" para otros, no dejaban a casi nadie indiferente. Alguno que otro entonó la letra del himno del club antes sito en Recogidas 35 con ella puesta. Otros, en cambio, no escondían su predilección por el equipo de la capital del país. Animaban a los blancos "por coherencia", como Miguel Rodríguez. "Yo nunca antes animaba al Graná, ¿por qué lo voy a hacer ahora en Primera?", explicaba. "A mí no me gustan los que se han aficionado por moda".

Las redes sociales, igualmente, se convirtieron en una palestra donde demostrar por quién se siente amor futbolístico y con las jugadas de qué conjunto se eriza la piel. "Qué pena que seamos tan pocos, pero qué bonito es ser tan puros, tan nuestros, tan sufridores", parecía contestar a Jorge Mora a Miguel en Twitter. Ya lo decía la serigrafía de un aficionado de uno de los fondos del estadio. 'Nasío pa sufrir', rezaba. Otra cosa no, pero de eso saben un poco en las gradas rojiblancas. "Somos sufridores, ser de los que gana es fácil, como dice la canción", bromeaba Ángel Sánchez.

La diferencia cromática entre equipos dio lugar a un gran ambiente en Los Cármenes. El estadio granadino, empero, continúa sin registrar su primer lleno de la campaña. Ni el Madrid, ni el 'debut' de Casillas en Granada con el escudo venerado por Cibeles, ni una medular visitante repleta de 'jugones' logró que el feudo estuviese 'hasta la bandera'. A pesar de ello, fue una gran entrada. La sorpresa la dio el público en los cambios del conjunto de Concha Espina. Fueron más aplaudidos que los locales. En la retirada de Modric ya se avisaron ciertas palmas, mas fue la salida de Isco la que puso 'patas arriba' el campo. El malagueño se llevó la ovación de la tarde con parte del respetable, incluso, en pie. Quizá ese 44% del que hablaba el CIS ayudó, pero fue un gesto que honra a la afición congregada ayer alrededor del césped granadinista.

Sigue el maleficio con la portería del Fondo Sur de Los Cármenes. Desde el pasado 22 de marzo no anota el Granada CF en ese arco. Brahimi -al que muchos están echando de menos- fue el protagonista de una acción que permitió a los de Alcaraz doblegar al Elche. Desde entonces, cierta nebulosa parece haber cubierto la meta. La misma que ayer cegó a Rochina o a Sissoko cuando tuvieron su opción de acabar con el gafe. Ni esa alegría se llevaron los granadinistas a sus casas. Muchos, no obstante, esperan que el año que viene haya otra oportunidad para derrotar a los de Ancelotti. Significaría que su equipo cumple su quinto curso seguido en la élite.

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