Reparto de puntos desde la línea de cal
granada b | cf villanovense
El filial deja escapar una oportunidad inmejorable para engancharse al tren de cabeza tras empatar a dos en casa ante el Villanovense Todos los tantos se gestaron fuera del campo, bien desde el córner o de saque de lateral

Las jugadas a balón parado siguen siendo la asignatura pendiente del Granada B en la presente temporada. Once de los trece tantos encajados por el filial en lo que va de Liga han llegado precedidos de un saque de lateral, de esquina o de falta. Los dos de ayer también. Un guarismo preocupante que desmorona partido sí y partido también el trabajo semanal en lo que respecta a la estrategia en contra.
La buena noticia, por extraer alguna de un partido gris, es que el equipo, al menos, supo pagar a su rival con la misma moneda. Si bien es cierto, en ella estuvo la cara y la cruz de un encuentro que se le complicó en demasía al 'B'. Divisas a parte, los de José Miguel Campos no pudieron superar a un débil Villanovense que llegaba a Los Cármenes después de diez encuentros consecutivos sin saber lo que es sumar tres puntos y cinco derrotas consecutivas en los últimos tantos compromisos ligueros.
Situación, pues, más que favorable para levantar la cabeza después de la pesadilla ante el Badajoz que los pupilos de Campos desaprovecharon, y de qué manera. Se intuía cierta rareza en el partido. Y se confirmó en el minuto 29, cuando Víctor abrió el marcador con un golazo olímpico que contó con la inestimable, aunque involuntaria, colaboración de Nico, que se apartó del primer palo creyendo que el cuero saldría por línea de fondo.
Lo que parecía ser un espejismo terminó por convertirse en un problema. La capacidad del extremo serón para envenenar cada córner que botaba encogía el corazón de los presentes cuando se acercaba a uno de los cuatro vértices de la hierba. No en vano, el tanto entró por el poste corto en lugar de por el largo como es habitual en los goles olímpicos. Y pudo pasar a la historia con otro lanzamiento aún mejor en el 40' que tuvo que sacar 'Dimi' de la mismísima escuadra con una estirada espectacular.
El filial, incapaz de llevar las manijas del envite y crear peligro, dejó en manos de su inercia anotadora todas sus opciones. Así llegó en el 36' el empate. Denilson recibió un buen pase de Nico tras un saque de lateral para recortar, adentrarse en el área y soltar un latigazo cruzado digno de lo que es el brasileño: un jugador propio de otra categoría.
La segunda mitad empezó bien, con un penalti claro por mano de Súper que nuevamente Denilson resolvió con suma tranquilidad para elevar el número cinco a su cuenta particular de goles en Liga esta temporada, en la que se consolida como Pichichi del filial. La jugada nuevamente nació de un saque de banda largo de Clifford. Corría el minuto 53 y todo parecía controlado. Pero nada más lejos de la realidad, pues trece más tarde, en el enésimo saque de lateral envenenado, los centrales rojiblancos cometieron el también enésimo fallo a balón parado en lo que va de temporada. El esférico le cayó a Pajuelo, que fusiló a Dimitrievski desde una posición cercana a la del gol del empate granadinista. Todos los tantos se habían gestado más allá de los límites del rectángulo de juego.
Un minuto más tarde, el colegiado, que anduvo impecable, acertó al anular un gol de Nico por posición algo más que antirreglamentaria del motrileño tras otro lanzamiento de Denilson rechazado por Álvaro. Campos decidió entonces mover ficha introduciendo a Matheus por Clifford; aunque lejos de mejorar, el panorama empeoró. También apostó por meter a Boateng en lugar de Pawel y retrasar a un discreto Uche -que entró en la convocatoria pese a estar también en la del primer equipo- hasta la posición de central. Todo esfuerzo, empero, fue estéril.
El propio Matheus tuvo en sus botas el tanto de la victoria en el 85', pero no acertó ante el marco de Álvaro. Pese al fallo del paulista, el 'B' tuvo que terminar dando por bueno el empate, pues tan sólo tres minutos más tarde Elías, que había entrado nueve minutos antes, pudo consumar la catástrofe al recibir un balón dibujado entre dos zagueros. Y ahí volvió a aparecer Stole Dimitrievski para salvar de forma genuina un gol cantado en la que es una de sus especialidades; el mano a mano.
Parecía que el envite no podía terminar peor hasta que Carmona vio la segunda amarilla en el descuento que acompañó de muy malas formas antes de marcharse a la ducha. Una mañana aciaga que deja al 'B' a cuatro puntos del play off.
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