El Valencia, a la 'calle' en Guadix

23:59 horas del 3 de enero de 2001. Miguel Ángel Angulo, todo un internacional con España, se dirige con el balón a los once metros de la meta defendida por Jesuli, instalada en el fondo sur del Municipal de Guadix. Hasta ese momento, la efectividad máxima y los once penaltis anteriores fueron marcados tanto por el Guadix como por el Valencia. El destino quiso que Angulo lanzara el balón a las nubes, probablemente 'nublado' por las más de 5.000 almas que abarrotaron el Estadio Municipal de Guadix en aquella noche mágica. A partir de ahí, el Guadix CF escribía el mayor hito en su historia futbolística. Hoy se cumplen diez años de aquella gesta, que ningún habitante de la comarca acctiana puede quitarse de la retina, en la que el Guadix eliminó al Valencia de la Copa del Rey.

El Guadix CF era un humilde equipo, con un presupuesto de los más bajos del Grupo IV de Segunda División B -120 millones de pesetas (720.000 euros)-. Sería la última de las cuatro temporadas que el equipo estaría en la categoría de bronce del fútbol español. Con posterioridad deambularía por la Tercera División y la Liga Andaluza hasta caer a la Regional Preferente. Para una ciudad de 20.000 habitantes era impensable poder ganar al Valencia, un conjunto que ese año había perdido en la tanda de penaltis la final de la Liga de Campeones ante el Bayern de Munich y que, en ese momento, era el líder de la Primera División. Su técnico, Héctor Cúper, no sabía en los días previos donde estaba Guadix, pero la ciudad troglodita se convirtió en un punto negro en la historia del conjunto valencianista. Aquel día, Cúper ninguneó a un rival que era el colista de la Segunda B y dejó en la ciudad del Turia a jugadores como Cañizares, Albelda, Mendieta, Anglomá o Farinós.

Raúl Espínola Jiménez fue el único jugador accitano que formó en el equipo que eliminó al Valencia de la Copa. En la actualidad milita en La Roda, conjunto de Tercera División, y, aprovechando que pasa unos días de vacaciones en la Ciudad Episcopal repasó la gesta para Granada Hoy. "Lo recuerdo con mucho cariño, eso es una cosa que no se olvida nunca, es uno de los días más bonitos que he podido tener en mi carrera y no creo que en Guadix se haya vivido un día más emocionante que el día del Valencia".

Espínola recuerda con cierta guasa la noche del 31 de diciembre, en la que Antonio Teixidó, entrenador del equipo, los concentró en la discoteca Bárbara para que no se alargara la Nochevieja, teniendo en cuenta que se enfrentaban el día 3 de enero al que luego sería subcampéon de Europa. Los días previos al partido se vivía un auténtico revuelo de periodistas, lo que era nuevo para una plantilla que contaba con un presupuesto solamente de 120 millones de pesetas: "Esos días se vivían con mucha ilusión porque no estábamos acostumbrados a ese tipo de seguimiento por parte de tanta gente. Era ilusión sin ningún tipo de nervios porque sabíamos que no teníamos nada que perder y si conseguíamos dar la campanada iba a ser una cosa impresionante, como así fue".

Espínola vivió desde el banquillo los primeros 45 minutos. "No dábamos crédito a ir ganándole al Valencia 3-0 y, además, no se le veía reacción a ellos. Nos tirábamos por el campo en las celebraciones, impresionante", comenta el jugador. Teixidó le mandó calentar tras el descanso y le dio entrada en el minuto 63, con el 4-2 a favor: "Me dijo que había que aguantar, que había que poner ahí todo porque salíamos de refresco. Se me pasó todo muy rápido, no llegas a pensar en nada, entras y como ellos tienen un ritmo tan grande, te quieres meter en el partido lo antes posible y ya no escuchas a la gente ni nada".

En la prórroga y con 4-4 en el marcador, el valencianista Juan Sánchez envió dos balones al palo. Por fortuna, se llegó a los penaltis, con 6-5 a favor del Guadix, Angulo envió el balón al limbo, pero el siguiente tirador accitano hubiera sido Espínola. Ahí sí que reconocía estar nervioso nuestro protagonista: "Fue el momento que más en tensión estuve de toda la eliminatoria. El míster me había dicho dos lanzamientos antes que me tocaba, es todo tan rápido que te mandan al centro y yo estaba esperando a que tirara Angulo, y cuando ví que tiró arriba suspiré".