Ignacio Fontes: “A Tokio fui como un novato pero en París será muy distinto porque tengo más madurez”

Granada/Ignacio Fontes afronta este verano sus segundos Juegos Olímpicos con la ilusión y las ganas de repetir el éxito logrado en Tokio 2020, donde consiguió llegar a la final del 1.500. Para ello se ha preparado a conciencia y ha llevado a cabo modificaciones profundas en su vida como el cambio de entrenador y de ciudad en busca de un sueño que podría darse en París. El mediofondista granadino ha atendido a Granada Hoy a dos semanas de su participación en la cita parisina.

¿Cómo afronta los Juegos Olímpicos pese a que ya sabe lo que es acudir a un evento de tal magnitud?

Va a ser distinto a Tokio. Allí fue mi primer campeonato internacional de verano absoluto pero hasta que no vas allí no te das cuenta de la grandeza del evento. Ahora, tres años después y ya habiendo competido en Japón, en el Mundial y en Europeos, voy con otra presión también porque ya he estado. Personalmente me exijo hacerlo mínimamente igual pero desde fuera también se me exige. No es como en Tokio, que fui con la carta de novato. Este año es distinto y también el planteamiento que he hecho del campeonato porque uno ya tiene ciertas responsabilidades deportivas pero también más madurez. Ya sé a lo que voy, el nivel del campeonato y lo importante que es tanto a nivel personal como deportivo. Pero en cualquier caso, sigue siendo igual de ilusionante y emocionante. Además, ahora lo podrá ver mi familia en la grada y competiremos con un estadio lleno que en Tokio fue un poco descafeinado y eso lo hace muy bonito. Nosotros no estamos acostumbrados a competir en estadios de 70.000 personas. Es una pasada cuando te ves en un estadio así con tanta gente. Y seguro que así será.

A nivel deportivo, ¿qué objetivo se plantea y con qué se daría por satisfecho personalmente en París?

En Tokio logré llegar a la final y es cierto que si no lo consigo otra vez quizás me vaya un poco con mal sabor de boca. El objetivo siempre es hacerlo lo mejor posible, ir pasando de rondas e intentar llegar a la final donde puede pasar cualquier cosa. Ahora tengo más madurez y, aunque el nivel ha subido muchísimo, voy con mucha ambición y con ganas de hacerlo muy bien pero también soy consciente de la dificultad que tiene un campeonato de este nivel. En unos Juegos Olímpicos lo mismo te quedas en primera ronda o llegas a la final y soy consciente de ello. Por eso, estas semanas nos están sirviendo para afinar a nivel físico porque tenemos muy clara la idea a nivel mental y saber qué hay que hacer en cada momento. Los 1.500 se han igualado bastante y todo seguramente se decidirá en los últimos metros. En un prueba así, estar cinco metros adelante o cinco metros detrás puede hacer que cambie mucho la película. A nivel mental creo que va a ser muy importante porque Tokio sí que fue muy desgastante anímicamente, pero acudo con ilusión y con ganas de poder repetir esa final que con los años valoras lo difícil que fue meterse en ella. Los Juegos Olímpicos son cada cuatro años y te la juegas en muy poco tiempo.

¿Cómo ha llevado el no saber si acudía hasta hace una semana y qué opina sobre el criterio de selección?

Desde que la Federación Internacional introdujo el nuevo sistema de selección, me da la sensación que ni las federaciones ni los atletas lo tienen muy claro. Estamos un poco perdidos porque, realmente, no sabemos qué valora más la Federación, si una marca o el ranking. En general, la gente está un poco angustiada porque el sistema todavía no tiene unas bases muy sólidas y estamos un poco entre una cosa y otra. Es cierto que a nivel de ranking sí que estaba medio tranquilo porque no me iban a sacar de esa cuota de 45 atletas que se clasificaban, pero sí que tenía un poco de miedo a que la Federación Española decidiese renunciar a mi plaza. Por las carreras que he hecho este año estaba bien posicionado. Ahora me encuentro más tranquilo porque puedo planificar los entrenamiento pero sí que es un poco estresante todo este sistema nuevo de ranking y marcas. Realmente vamos como un pollo sin cabeza porque el calendario se ha comprimido mucho por el Covid. Llevamos tres años horribles en ese aspecto con muchas competiciones internacionales. Para los atletas, en general, nos angustia un poquito. Pero, al final, entiendo que para todos es lo mismo y confío en que dentro de unos años, o dentro de poco, se consolide este sistema de selección.

¿Va a competir antes de la cita parisina?

Hay algunas competiciones pero la verdad es que el mes de junio ha sido bastante movido con el Campeonato de Europa, viajes, y el Campeonato de España donde pillé el Covid. Así que, tras hablarlo con mi entrenador, hemos pensado que era mejor centrarnos ahora en entrenar estas semanas y estar tranquilos. Si tenemos que hacer alguna cosa que simule la competición la podemos hacer nosotros de forma más casera. Sobre todo porque si compito eso supone también viajes, los días anteriores a la carrera tienes que bajar un poco el pie del acelerador y después del mes de junio, me hacía falta dedicarme a entrenar un poco con la tranquilidad de poder hacer todas las sesiones que me tocasen.

¿Qué días compite en París?

El 1.500 empieza el 2 de agosto por la mañana. Si paso a semifinales competiré el día 4 y la final es el 6, donde espero estar.

Este año se ha ido a vivir al Algarve y ha cambiado de entrenador. ¿Qué ha ganado con el cambio?

Sí que ha sido un año de muchos cambios, algunos bastantes bruscos y un poco peligrosos por decirlo de alguna forma ante la cercanía de los Juegos. Pero creo que me he adaptado bastante bien a los entrenamientos, que son muy diferentes a lo que yo estaba acostumbrado. Ahora hago más kilómetros, además de la manera de enfocarlos.... Es un poco distinto pero en mayo corrí más rápido que nunca. Creo que, a nivel de entrenamiento y físico, estoy bastante bien aunque el deporte no es dos más dos y, a veces, puedes estar muy bien pero que no te salga el día. El cambio ha sido bastante positivo. También he tenido en el nuevo grupo entrenamiento atletas olímpicos que me han exigido mucho en los entrenamientos. El tener cerca a alguien de tu nivel o, incluso, un poco más hace que te exprimas, por lo que la experiencia ha sido bastante positiva. Son muy pocos meses lo que llevo con este nuevo sistema de entrenamiento y creo que, con un poco más de tiempo, me adaptaría mejor y podría dar una mejor versión de mí mismo.

¿Es uno de los cinco granadinos que acuden a los Juegos Olímpicos. ¿Qué siente?

Allá por donde voy presumo de nuestra ciudad porque creo que es la mejor del mundo. Le tengo mucho cariño a Granada y representarla en unos Juegos Olímpicos es un motivo de orgullo. También el cariño que recibo desde Granada es muy grande, por lo que el sentimiento es recíproco. Es un un honor, un orgullo y una oportunidad increíble el poder llevar a Granada a unos Juegos Olímpicos por segunda vez y voy a París con todo el orgullo del mundo.