La mentira de los números

Los rojiblancos disparan más a puerta que en ningún otro partido pero salen goleados una vez más Terminan muchas jugadas pero sin acierto

Allan Nyom trata de desequilibrar a Isco en una acción del primer tiempo del choque de ayer.
Allan Nyom trata de desequilibrar a Isco en una acción del primer tiempo del choque de ayer.

Todo aquel que vea la tabla que se adjunta en la información que resume los datos del partido de ayer disputado en Los Cármenes, puede pensar que el Granada CF tuvo opciones en el partido pero nada más lejos de la realidad. Hay ocasiones que los números no reflejan lo que sucedió en el campo y este es uno de esos casos.

Viendo los guarismos, sobre todo los que se refieren a los disparos a puerta, puede parecer que el conjunto de Joaquín Caparrós plantó cara al de Carlo Ancelotti pero no fue así. Porque casi todos los intentos ante la portería de Casillas llegaron con el Madrid relajado y a partir del 0-3. El dominio y la superioridad de los visitantes fue tal que, aunque los disparos entre los tres palos sean similares (7 por 9), el peligro que llevaron sobre el arco de Roberto no fue, ni de lejos, el que generaba el Granada sobre la portería de Iker Casillas.

Fue curioso echar un vistazo al marcador electrónico del estadio y comprobar como, en el segundo acto, la posesión del balón fue rojiblanca (55% por 45%) pero llegó con 0-4. Porque con el choque más igualado, si es que en algún momento lo estuvo, los picos de control del esférico por parte de cuadro blanco rondaron el 70%. Otra mentira más.

Como también lo es que ambos porteros intervinieran en las mismas ocasiones, seis cada uno. Aunque eso sí, no tuvieron que esforzarse demasiado. Tanto Roberto, sobre todo con disparos lejanos fáciles de atajar, como Casillas pese al poco peligro de su rival, aparentemente tuvieron mucho trabajo pero no fue para tanto.

Donde sí hubo diferencia fue en el número de faltas que cometieron uno y otro equipo. De hecho, en los primeros 22 minutos, los de Ancelotti no habían cometido ni una falta y la primera llegó por manos en un control de Benzema. Todo lo contrario que el cuadro de Caparrós, que la única manera de frenar el 'meneo' de su rival fue interrumpiendo el juego. Aquí no hubo mentiras.

Por último, en cuanto a las llegadas al área, donde se reparte el bacalao, las del conjunto presidido por Florentino Pérez fueron el doble y mucho más peligrosas. Y todo gracias a la calidad y la capacidad para asociarse de los futbolista de ataque de un equipo que se dio un paseo por Granada ante un equipo con muchos problemas en ataque. Una vez más.

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