El oro de París ya está aquí: María Pérez llega a Granada para sus vacaciones

La marchadora granadina, campeona y subcampeona olímpica en los pasados Juegos de París, es recibida por un centenar de personas en el Aeropuerto de Granada

Mañana será homenajeada en su pueblo natal, Orce: "He demostrado que un pueblo de 1.200 habitantes puede tener a la primera mujer con una triple corona en atletismo"

Granada recibe a la campeona María Pérez, en imágenes

María Pérez llega a Granada tras proclamarse campeona olímpica y ganar una medalla de plata / J. J. M.

Chauchina/"Yo sabía que iba a tardar. Si viene con tres maletas facturas mas las bolsas...". Así justificaba el entrenador Jacinto Garzón no estar puntual en el Aeropuerto de Granada para recibir a su campeona olímpica, a María Pérez. Se nota que la conoce y que se sabe todo el protocolo que sigue a esto. Porque aunque la orcense aterrizó a las cinco de la tarde procedente de Madrid, no salió hasta casi veinte minutos después a la terminal de llegadas, donde decenas de periodistas y más de un centenar de personas entre familiares, amigos y aficionados la recibieron entre vítores al grito de "campeona, campeona". Ya no es un calificativo, es un título, con el grado además de olímpico. "Quiero tomarme una 'milnoh' bien fresquita", dijo a los periodistas al atenderlos. Se la ha ganado, tanto como el beso de su sobrino, al que ya no le asustan las cámaras ante la grandeza de su tía, como el abrazo de su madre Paqui. Luis, papá, estaba en un segundo plano. Y si se dio un abrazo con Jacinto fue cuando ya no había cámaras. Una hora después de aterrizar ahí seguía haciéndose fotos, firmando autógrafos a pesar del cansancio. Las ojeras y la voz ronca engañaban: no hubo fiesta, solo terminar a las dos y media de la mañana una ceremonia de clausura donde fue abanderada y toque de corneta a las cinco porque había que tomar el avión de vuelta. Solo de escribirlo, cansa, imaginen llevando además 42 kilómetros de competición encima...

Granada ya tiene a su campeona olímpica en su territorio. Viene a descansar, esta vez de verdad, no como el año pasado tras convertirse en doble campeona del mundo en Budapest, cuando el descanso fue obligado por la lesión que puso en un brete que estuviera en París. "Será largo, prolongado y efectivo", desea Jacinto Garzón mientras María seguía atendiendo a sus fans. Eso sí, aún le quedará agenda. Este martes se va para Orce para estar con los suyos, con su bisabuela sobre todo, a la que tras Tokyo prometió traerse el oro de París. A las ocho y media de la tarde recibirá el calor de su pueblo en un homenaje público. Ya la semana que viene, con tranquilidad, se dejará ver por la capital seguramente, aunque por ahora no hay nada cerrado. Primero hay que descansar y cenar en casa con la familia, que es lo que hará nada más llegar. "Tengo ganas de celebrarlo con mi gente", desea María.

Una pequeña aficionada, vestida con los colores de su club de atletismo, el Granada Joven, es la primera en escabullirse de entre la marabunta de cámaras. Le pide un autógrafo, se hace una foto con ella, y le regala una medalla de cartón pintada de oro con el 1 escrito. "Esto también es para que los pequeños se vean reflejados y vean que nada es imposible", dijo Pérez, que se puso como ejemplo de que "no hay que marcharse a los centros de alto rendimiento de las grandes capitales para tener una medalla olímpica, que todo se puede hacer desde los pequeños pueblos". Como Orce, que con "1.200 habitantes tienen a la primera mujer con la triple corona del atletismo". Una bandera de Granada que siempre ha llevado encima y que reivindica: "Los deportistas tenemos esa visibilidad y tenemos que aprovecharla". Por eso pidió a las instituciones "invertir en lo económico, en educación, y sanidad para tener resultados".

Unos resultados que pesan "medio kilo" por medalla pero que son "el sueño de cualquier deportista". "Muy pocos son los privilegiados los que lo tienen. Me siento feliz. Todavía no lo he asimilado. Cuando me siente delante de ellas y vea lo que he conseguido, lo iré haciendo", añadió una María Pérez que volvió a agradecer a su compañero de relevo Álvaro Martín su complicidad. Confesó haberse "quitado un peso de encima" por haber ganado con él el oro, "con más valor porque dijo que es su último ciclo olímpico". También de la ceremonia de clausura, donde fue abanderada con Jordan Díaz, campeón en triple salto, contó cómo "la gente se vino arriba" cuando empezaron a cantar "yo soy español". Y recuerdo que nunca falta: su familia, Ángel Vaca, el polícía de Orce Nicolás, y "de todas las persona que están y que no están, que han pasado a lo largo de mi vida, y de los que he aprendido algo, que es lo más bonito del deporte".

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