La peor racha de la historia del Covirán Granada

Granada/A lo largo del año son muchos los procesos por los que pasa un equipo. Baja forma de los jugadores clave, partidos que se escapan por detalles y malas rachas de resultados. Esto último es lo que le está sucediendo al Covirán Granada, que ha pasado de gozar del liderato en la cuarta jornada a la decimotercera posición, fuera de la zona de play offs y con tan sólo un triunfo sobre las posiciones de descenso a LEB Plata.

La serie de cuatro derrotas de manera consecutiva que acumula, ha sumido al conjunto de Pablo Pin en una crisis que en la corta historia del cuadro rojinegro no se había dado nunca. Son ya ocho los años de existencia del Fundación CB Granada, uno en Primera Nacional, dos en EBA, tres en Plata y esta es la segunda campaña en LEB Oro, y en ninguna de ellas, la entidad presidida por Óscar Fernández-Arenas había perdido cuatro duelos seguidos. Una experiencia nueva de la que quieren salir este sábado Pin y los suyos, en el encuentro que les medirá al Força Lleida en el Palacio de Deportes (18:30 horas).

Tranquilidad

La peor racha de resultados desde que se fundó la entidad no ha supuesto que se enciendan las alarmas, pues se confía en revertir la situación en el próximo mes y medio de competición en los que deberá disputar siete encuentros antes de final de año. La historia arrancó en la campaña 2012-2013, cuando un grupo de amigos sacaron un equipo en Primera Nacional, llamado en aquel entonces Tourapp, que logró el ascenso en Baza pero que nunca sumó más de una derrota seguida. De aquel equipo, como no podía ser de otra forma, tan sólo queda el entrenador, un Pablo Pin que además es el director deportivo del club a día de hoy.

En EBA

Dos años estuvo el Covirán en la Liga EBA. En la primera temporada, 2013-2014, la peor serie de derrotas llegó a tres, entre las jornadas 15 a 17 tras caer en Plasencia y Huelva y en casa ante el Novaschool. El arranque no fue tampoco muy bueno pues en el tercer y cuarto partido también cayó de manera consecutiva frente a Morón y de nuevo ante Plasencia, aunque esta vez en el Pabellón Veleta.

Un curso más tarde, 2014-2015, únicamente perdió dos encuentros seguidos en una ocasión, jornadas 16 y 17, ante el Enrique Soler de Melilla en casa y Cazorla a domicilio. Un año en el que la regularidad llevó a los granadinos a lograr el ascenso en Albacete cuando pocos apostaban y confiaban en ello.

LEB Plata

Ya en LEB Plata, la exigencia de la categoría se notó, sumando dos series de tres derrotas seguidas los dos primeros años pero que no impidieron lograr la permanencia, que era el principal objetivo. En concreto, en la temporada 2015-2016, perdieron entre la octava y la décima fecha ante Araberri y Marín lejos del Palacio de Deportes, donde comenzó a jugar sus partidos, y Ávila en la instalación del Zaidín. Situación que se repitió entre la jornada 19 y 21, aunque esta vez se cayó dos veces ante la afición nazarí (Sammic y Araberri) y por dos puntos ante el Clínicas Rincón en Málaga.

Un año más tarde, a lo que más se llegó fue a perder dos veces de manera consecutiva en tres ocasiones: Agustinos y Zamora (jornadas 8 y 9), Ávila y Alcázar (16 y 17) y Morón y Alicante (25 y 26). Mejoraron los números en la campaña del ascenso a LEB Oro (2017-2018), en las que únicamente se sumaron dos derrotas seguidas en la jornada 7 y 8 frente a La Roda y Murcia, pero por resultados muy ajustados. Logrando, además, series de hasta siete y seis triunfos de manera continuada.

El curso anterior

Por último, en el debut en LEB Oro el año pasado, los de Pin alternaron victorias con derrotas, pasando por su peor momento entre la 28 y 30 fecha, al caer en el Palacio ante Valladolid y Palma, que fue quien le impidió acceder a la Final Four al caer en los play offs en el quinto partido, y a domicilio ante el todopoderoso Real Betis, hoy en la Liga Endesa-ACB.

Queda mucha liga y tiempo para reaccionar pero los datos están ahí y el Covirán pasa por su peor racha de su historia. La primera cita para romper su mal momento llega mañana ante un rival con el mismo número de victorias aunque un partido menos.