El Recreativo Granada sufre una dura derrota en Orihuela

Derrota clara y sin paliativos de un Recreativo Granada que no pudo sumar nada positivo en su viaje a tierras alicantinas, donde cayó de forma contundente ante un Orihuela CF en plena racha de resultados que fue superior de principio a final. Los pupilos de Jon Erice entraron bien al partido pero encajaron dos goles en media hora frente a un oponente con mucha pegada y ya serían incapaces de revertir la situación, porque al descanso esa ventaja se mantuvo y en la segunda la solidez defensiva de los locales impidió cualquier atisbo de remontada.

De salida el once ideado por Jon Erice saltó al césped de Los Arcos muy concentrado en lo táctico y tomando muchas precauciones defensivas en todo momento, sin importarle demasiado que durante los primeros minutos de la contienda se viera un fútbol de contención y poco riesgo. Y es que el míster ya había avisado entre semana de la tremenda solidez de un Orihuela que además llegaba a la cita en plena racha de resultados positivos tras un comienzo de temporada algo discreto. De esta manera, en el primer tramo del encuentro el filial granadino apenas si llegaría a las inmediaciones del área rival, pero lo cierto es que supo contener en todo momento a un conjunto alicantino que de inicio buscó imprimir un ritmo alto y fuerte a la búsqueda de un gol tempranero con el que encarar el partido de la mejor de las maneras, pero no lo logró e incluso tampoco pudo inquietar demasiado.

La alta y coordinada presión de los locales les haría tener más pelota y mejor calidad de posesión, pero el Recreativo se mantenía muy serio en lo defensivo y sin conceder apenas nada capeaba con solvencia este complicado partido. Hasta que poco antes de llegar al ecuador del primer periodo y prácticamente en la primera llegada relevante, el Orihuela mostraba una tremenda pegada y Chuli abría la lata con un tanto especialmente duro en lo psicológico, pues el joven filial era penalizado en su primer despiste.

El gol encajado hizo daño a un Recreativo Granada que sin venirse abajo le costó mucho tener pelota y dar algún susto por respuesta. Apenas diez minutos más tarde y cuando todavía no se había recuperado del fuerte golpe llegaba el segundo mazazo de los alicantinos con un gran disparo de Pitu desde fuera del área que se coló enganchado al palo largo de Bohdan Isachenko. Con muy poco los discípulos del entrenador local Jose Ramón Rodríguez encarrilaban el resultado y eso era una muy mala noticia para el cuadro nazarí.

En el tramo final del primer periodo el partido se ajustó de nuevo y no se verían muchas llegadas a las áreas, pero la gran diferencia es que ahora había dos goles de desventaja para el filial y eso le abocaba a una segunda mitad extremdamente compleja.

Con un cambio de por medio el Recreativo reinició el juego valiente y atrevido, buscando un gol que le metiera en la pelea por el resultado pero sin lograr poner en serios aprietos a un Orihuela muy ordenado tácticamente que además sabía jugar con inteligencia con el reloj y los nervios de su rival. De esta manera de nuevo las llegadas serían tímidas y poco relevantes, aunque al filo de la hora de partido Carlos Alemán se destapó con un buen misil que se encontró con la acertada intervención del guardameta alicantino Obón.

Después y con ambos técnicos moviendo sus banquillos y sus pizarras, el choque se iría decantando de manera inexorable hacía un Orihuela sólido y muy serio que con el correr del cronómetro y el cansancio físico de su oponente, ganaría presencia en ataque. Sin arriesgar lo más mínimo pero dejando libertad a sus hombres más incisivos el Orihuela avisó en un par de ocasiones y Pitu pudo hacer el segundo en su cuenta, pero finalmente a falta de un cuarto de hora para la conclusión fue Chuli quien puso la sentencia al fusilar una buen robo de Franco en un claro error de la zaga foránea.

El final del encuentro fue un largo castigo para el filial granadino, pues no tuvo opciones para al menos maquillar el resultado e incluso tuvo que replegarse y seguir trabajando para no encajar una goleada mayor.