Saúl Craviotto: "A mi yo de joven le diría que las medallas no son la cúspide de la felicidad"

Una leyenda viva del deporte español, conocedor de Sierra Nevada o el embalse de Cubillas y con origen familiar en Albuñol, conversa con Granada Hoy con motivo de su visita al Festival Play Granada

Saúl Craviotto en Granada
Saúl Craviotto en Granada / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Granada/El deporte en España tiene un gran referente en Saúl Craviotto, y Granada ha podido disfrutar de un deportista ejemplar desde hace muchos años. El piragüista catalán, que es el español más laureado a nivel olímpico, visitó Granada con motivo de la primera edición del festival Play Granada, pionero en la fusión del deporte, la cultura y el cine. Allí recibió el Premio de Honor “Toño Santos”, un tributo al histórico profesor y entrenador de la mejor época del Universidad de Granada de voleibol. Agente de Policía Nacional y también ganador de Masterchef Celebrity, el leridano parece un 'superhombre' pero al final del día es una persona normal como cualquier otra.

¿Ha conocido la ciudad, o tiene alguna relación amistosa o familiar con Granada?

Sí, he venido como en tres ocasiones, y en alguna de ellas incluso para entrenar. Hemos ido al CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Sierra Nevada para entrenar y hemos bajado luego a también al embalse de Cubillas, que es una auténtica pasada. Un agua azul y una lámina de agua maravillosas. Además también me une a esta tierra que mis abuelos eran de aquí, de Albuñol. Como muchos miles y miles de andaluces tuvieron que emigrar a Cataluña en los años cuarenta y cincuenta, por ahí es donde estaba la industria y el trabajo. Mis padres ya nacieron allí, pero mis raíces son de esta tierra y como no puede ser de otra manera le tengo gran cariño.

¿Cuál cree que es el aspecto diferenciador de un festival como el Play Granada?

Bueno, yo creo que es algo innovador, una primera edición que además creo que es algo positivo para la ciudad. Uniendo valores como la cultura y el deporte, valores muy positivos. Yo estoy muy agradecido, solo tengo palabras de agradecimiento porque se haya pensado en mí como premiado. La verdad que da igual que fuera el primero, el segundo o el tercer premiado, al final para mí es un premio que es especial. Es el reconocimiento de años de esfuerzo y no solo a mí, sino a toda la gente que me ha ayudado a ser quien soy. Que haya un grupo de personas, o en este caso un festival, que considere que soy merecedor de ello, para mí evidentemente es una motivación.

¿Que valor de su carrera profesional le sirvió más para conseguir ganar Masterchef?

Yo creo que al final es el de tener claro un propósito y saber rodearte de un buen equipo, el trabajo en equipo es clave. Al final yo no sabía cocinar y me rodeé de gente mejor que yo, que me enseñaron durante esos dos meses de grabación. También estuve yendo a Casa Gerardo, que es un restaurante de calle en Asturias, y allí me entrenaron. Trabajo, esfuerzo, ejercicio, gestión de la presión...Hay un montón de valores que da el deporte y que me sirvieron para el día a día en el programa.

¿Dónde se tiene más nervios o más tensión, en una final olímpica o en una intervención policial?

Cuando vas a una intervención policial, te entra una llamada al 091 y vas a un altercado o lo que sea, siempre vas con esa incertidumbre de no saber qué te puedes encontrar, y eso te da una adrenalina que evidentemente lo hace todo mucho más peligroso. En una final, te estás jugando en treinta segundos el esfuerzo y el sacrificio de cuatro años. Son cosas diferentes, pero se tiene mucha presión en ambas.

¿Cómo se puede lidiar con la presión a tanto nivel?

Es una emoción variable. Depende del estado anímico en el que te encuentres, de la situación personal... Yo, por ejemplo, estaba mucho más nervioso y sentía más presión en París que en Tokio a pesar de que tenía cuatro años más de experiencia y una medalla olímpica más en mis espaldas. Competí con más nivel de presión y me costó más gestionar esa presión. Todas las quinielas me daban por medallista y decían que iba a convertirme en el máximo medallista olímpico español, y yo la presión la llevé un poco regular en París, esa parte no la disfruté tanto como en otras Olimpiadas. Por eso digo, que al final la edad y la experiencia te ayudan en muchos aspectos, pero depende de cómo te encuentres.

Habiendo conseguido todos los honores a nivel deportivo, que prioriza a día de hoy en lo personal?

Siempre ha sido mi prioridad, pero este año sin duda pasar más tiempo de calidad en casa. Ser deportista de élite conlleva una serie de peajes bastante importantes y para mí el principal es pasar más tiempo fuera del que me gustaría. Al final eres deportista 24 horas, los sábados y domingos, no tienes Semana Santa o Puente de la Constitución porque eres deportista todo el día y estás por y para el deporte.

¿Cuánto de difícil le resulta echar de menos el hogar?

Cuando te inicias en un proceso de cuatro años, un ciclado o limpiada para unos Juegos Olímpicos, tú sabes el peaje que tienes que pagar y uno de los peajes es este, para mí el más difícil. Hay muchos peajes: físico, de desgaste, de cansancio... pero eso es llevadero comparado con el personal. Forma parte de este juego y muchos trabajos conllevan eso, la gente que trabaja viajando, marineros que están meses fuera de casa...Todos los trabajos tienen un precio a pagar si quieres tener éxito.

Echando la vista atrás, ¿Que le diría a un joven Saúl que está comenzando su carrera?

Por un lado no le diría nada, dejaría que cometiera sus errores, que siguiera su camino, porque al final soy quien soy gracias a todo eso. Si tuviera que hacerlo, le diría que a lo mejor la medalla olímpica no es la respuesta que buscaba, no es la cúspide de la felicidad. La cúspide de la felicidad es el camino, disfrutar más de las experiencias diarias, del proceso y de la gente que te acompaña, la medalla es la consecuencia de todo ello.

¿Tiene algún ritual o superstición a la hora de competir?

Antes sí, me acuerdo cuando era un chavalillo, en los primeros años tenía mis rituales y mis historias, pero la verdad que con el paso del tiempo me he ido dando cuenta que el único ritual que hay es el de entrenar, el de dejarse el pellejo todos los días y hacer los deberes previamente para que luego en la competición las cosas salgan bien. No vas a ganar una medalla o dejar de ganarla por embarcar con el pie derecho o por, yo que sé, dar tres saltitos antes de subirte.

¿Cómo podría fomentarse en la juventud un deporte con menos repercusión como es el piragüismo?

Siempre tendemos a compararnos con deportes que a todo el mundo se le viene a la cabeza, como el fútbol. Al final la vida funciona como funciona y yo creo que, por ejemplo, si en badminton no sale una estrella como Carolina Marín, pues nadie mira para ese lado. Hay que tener éxito y trabajar la marca personal para recibir atención de los medios de comunicación, que sois una parte importantísima. Tu puedes ser un genio, ser una persona exitosa, ganar de todo, pero si luego pasas de hacer entrevistas, no trabajas tus redes sociales y no fomentas esa imagen, al final no queda nada. Sale gente mediática con carisma, pero al final resulta idílico pensar que un deporte como este podría tener la misma repercusión que, por ejemplo, el fútbol. Entre todos hay que ir empujando.

¿Cómo siente la responsabilidad de poder influir a la gente, por ejemplo a la hora de dar una charla como en el Play Granada?

Aunque lógicamente no es algo en lo que piense en mi día a día, es cierta responsabilidad. Al final quizá eres el espejo de chavales jóvenes, como veía yo a los del equipo nacional con 13 o 14 años, yo quería ser ellos. A veces se nos olvida que somos referentes para gente, pero se lleva con naturalidad, siendo auténtico e intentando transmitir. Ayudando con herramientas, sistemas y metodologías para que la gente consiga sus propósitos. La verdad que es algo también ilusionante y muy bonito.

Cuando dentro de unos años, ya retirado, se le mencione en un programa o cualquier evento, ¿Cual es el aspecto que más orgulloso le haría sentir que se diga sobre usted?

Que me viesen como una persona normal y corriente, que salió de una familia normal, y que con esfuerzo y sacrificio, con constancia y sin pisar a nadie haciendo su camino, pues logró el éxito. Me gustaría tener el legado de una persona normal, luchadora y un buen compañero. Una buena persona, que es lo más importante.

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