Un técnico con carácter por encima del juego

El Granada buscaba un entrenador que impregnase de personalidad al equipo

Joaquín Caparrós gesticula durante el partido contra el Granada en Valencia esta pasada temporada.
Joaquín Caparrós gesticula durante el partido contra el Granada en Valencia esta pasada temporada.
J. J. M. Granada

28 de mayo 2014 - 05:02

Con Joaquín Caparrós, el Granada ficha a un entrenador de raza y carácter por encima de lo que es el juego. Después de sondear el mercado y de mostrar especial interés en Paco Jémez y Michael Laudrup, a propios y extraños ha sorprendido que, a las pocas horas, esté casi todo hecho con el utrerano.

A Pina le importa el resultado, no cómo se consigue. Es la principal conclusión que se extrae de toda esta vorágine. Muchos analistas catalogan como bandazo la actuación de la dirección deportiva rojiblanca en el asunto del nuevo entrenador. Sin embargo, y desde que Lucas Alcaraz anunciara en Valladolid que no iba a seguir dirigiendo al Granada, en la directiva se había apostado por traer a un entrenador con un carácter fuerte y que este se lo transmita a los jugadores sobre el césped.

Eso es lo que aportaría Joaquín Caparrós al Granada. Fuerza, intensidad, inteligencia y contundencia en el juego. Todo lo contrario que Jémez y Laudrup, más partidarios del fútbol pausado, tranquilo, de toque y posesión larga.

En la contratación de Caparrós por el Granada algunas fuentes apuntan a la importancia de la figura de Manuel Vizcaíno. Directivo del Sevilla Fútbol Club y hombre de plena confianza de José María del Nido, ex presidente sevillista con quien Pina siempre ha guardado una gran relación, Caparrós ha sido su debilidad y uno de sus deseos es que este volviera a la entidad de Nervión. Es más, se especuló con que el de Utrera pudiese volver al Sevilla antes de que Unai Emery anunciase que continuaba.

Ahora Vizcaíno, que se desvinculó del Sevilla cuando Del Nido entró en prisión, es el accionista mayoritario de la sociedad Locos por el Balón, que aparece vinculada a las operaciones de Quique Pina en el Cádiz Club de Fútbol. De su relación y la de Vizcaíno con Caparrós pueden haber derivado gran parte de las facilidades y la rapidez por las que el entrenador utrerano se ha decantado por el Granada, desechando una continuidad que parecía cantada en el banquillo del Levante por una temporada más.

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