La troika revela que Grecia necesitará un tercer rescate para salir del agujero
La CE, el BCE y el FMI creen que a Atenas le hará faltan hasta 50.000 millones más entre 2015 y 2020 ·Según 'Der Spiegel', Alemania presionó para que esta conclusión no se incluyera en el informe definitivo sobre el país
Se acabó la tregua. La Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) creen que Grecia necesitará un tercer paquete de rescate para superar su crisis, según reveló ayer el semanario alemán Der Spiegel.
La llamada troika asegura que no puede garantizar que el país heleno vuelva a financiarse por sí mismo en el mercado en 2015, como se pretendía con el segundo paquete de ayudas por 130.000 millones de euros (170.000 millones de dólares) aprobado recientemente.
Así, en un borrador de su informe sobre la situación de Grecia, la troika apunta a que Atenas necesitará "ayuda financiera externa por hasta 50.000 millones de euros" desde 2015 a 2020, recoge el semanario.
El pasaje en cuestión, según Der Spiegel, fue suprimido del informe definitivo de la troika por presión del Gobierno alemán.
Esta nueva información se suma a otras voces que vienen especulando desde hace tiempo con que la ayuda prestada a Grecia está lejos de tocar fin. Incluso el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, advirtió que podría hacer falta un tercer rescate en un mensaje al Parlamento en Berlín, que el lunes pasado aprobó la ayuda al país.
Si bien los partidos gobernantes y la opinión dominante entre los economistas es que el proceso de la quita de la deuda griega puede ayudar al país a hacer más sostenible su deuda, cada vez es mayor el número de sus opositores. De hecho, cuando el plan -conocido como Participación del Sector Privado (PSI) y parte del segundo rescate al país- se votó en el Parlamento, sólo fue apoyado por dos de los cinco partidos presentes y aún entre éstos hubo una desbandada de varias decenas de diputados.
En este grupo de escépticos se enclava el economista Leonidas Vatikiotis, que asegura que la quita "es un fraude" y que lidera un grupo de expertos que apuesta por una auditoría independiente de la deuda griega a fin de declarar cuál se debe pagar y cuál puede ser considerada "ilegítima" y no pagarse.
La PSI significará la retirada de 107.000 millones de euros tenidos en su mayoría por inversores privados a través de un canje por títulos de valor depreciado, algo que en principio debería beneficiar a Grecia.
Sin embargo, Vatikiotis pone como ejemplo una simple cuenta matemática: el nuevo préstamo de la UE y el FMI supondrá 130.000 millones de euros, lo que a pesar de la quita de 107.000 millones arroja un saldo de 23.000 adicionales, que se sumará al actual monto de la deuda griega, unos 360.000 millones.
Este estudioso de la economía nacido en el Pireo en 1968, miembro del Grupo de Investigaciones Monetarias y Financieras de la Universidad de Londres y asesor del documental Deudocracia, estrenado en internet con éxito, representa una visión cada vez más extendida en Grecia, que rechaza que el acuerdo con la banca y Bruselas ayude a Grecia a salir del agujero.
En este sentido, recuerda que la mayor parte del nuevo préstamo será dedicado precisamente a financiar el proceso de la quita y el resto quedará en una cuenta bloqueada y vigilada por la UE destinada sólo al pago de la deuda.
De aquellos 130.000 millones, 30.000 en dinero líquido serán utilizados como "incentivo" para la banca privada extranjera y al menos otros 35.000 se destinarán a recapitalizar los bancos griegos, a pesar de que según las estimaciones las pérdidas de éstos no serán mucho mayores a 17.600.
"La mayor carga la soportarán los fondos de pensiones públicos de Grecia", que poseen unos 30.000 millones y perderán unos 12.000, explica Vatikiotis. El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, ha reconocido este punto y prometió que, como indemnización, se transferirán recursos públicos a estos fondos, algo que el economista griego considera insuficiente, pues se trata de propiedades cuyo valor inmobiliario decrece cada día.
El objetivo de la quita es hacer la deuda más sostenible reduciéndola hasta el 120,5% del PIB en 2020, desde el 160% actual, un cálculo que Vatikiotis considera "ridículo" porque se basa en que la economía griega crecerá más del 2% a partir de 2014 y tendrá superávit.
El reputado economista Nouriel Roubini también rechaza estos cálculos pues cree que "la medicina de la troika va a matar al paciente" y que a los años de recesión que vive Grecia, seguirán "otros cinco años de depresión".
"Durante los años de rescate hemos sufrido el mayor aumento de deuda de la historia, pasando del 115% del PIB en 2009 al 160% actual", critica Vatikiotis y denuncia que la deuda se ha convertido en una "bola de nieve", pues cuando no se puede pagar se refinancia contrayendo nuevos préstamos.
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