Iberdrola, con las energías limpias
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La entidad española continúa apostando por un crecimiento paulatino en torno a las energías renovables, y, para ello, lleva años abriéndose camino en el mercado internacional
La importancia de consumir energías limpias y renovables está cobrando, con el paso del tiempo, más importancia. Con el uso de las energías verdes, no solo se contribuye a luchar contra el cambio climático debido a las nulas emisiones de gases de efecto invernadero, sino que se trata de una fuente de energía de carácter inagotable.
De esta forma, se dejaría de emplear combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural que, además de ser finitos, tienen un gran impacto en el deterioro del medioambiente. Por ello, son muchas las empresas que se suman a esta marcha verde por la preservación de un futuro limpio y un mundo habitable.
Iberdrola, la empresa española dedicada a la producción, distribución y comercialización de energía, empezó a apostar por las energías renovables hace más de dos décadas como un pilar fundamental sobre el que construir su modelo de negocio limpio, fiable e inteligente. Desde entonces, la compañía con sede en el País Vasco ha invertido más de 100.000 millones de euros en esta área, lo que la ha convertido en líder mundial en renovables y le ha permitido anticiparse a la actual transición energética.
Para ello, Iberdrola ha creado un área de renovables, que se encarga de la generación y comercialización de energía eléctrica a partir de fuentes renovables como la eólica (terrestre y marina), la hidráulica, la fotovoltaica, la biomasa, etc. Tanto es así que en el pasado año 2020, el grupo ha llevado a cabo siete operaciones corporativas en Estados Unidos, Australia, Japón, Suecia, Francia y Escocia, para seguir consolidando su posición de liderazgo mundial en el sector de las energías renovables.
Plan inversor 2020-2025
En una continua línea de crecimiento, Iberdrola avanza en su plan inversor 2020-2025 de 75.000 millones de euros, de los cuales 68.000 corresponden a inversión orgánica. El 51% de dicha inversión orgánica, que supone un total de 34.000 millones de euros, irán destinados al área de renovables, lo que le permitirá elevar su capacidad instalada hasta los 44 GW en 2022 y los 60 GW en 2025. Asimismo, la compañía ha ampliado su plan inversor a 150.000 millones de euros para 2030, con lo que pretende alcanzar una potencia renovable de 95 GW para el final de la década.
Para materializar su plan de inversiones, Iberdrola aumentó su cartera de proyectos renovables en 25 GW en el Ejercicio 2020 y, a cierre de los nueve meses 2021, cuenta con una de las mayores carteras renovables de la industria: un total de 81,8 GW distribuidos por sus áreas tradicionales a las que se suman nuevas plataformas de crecimiento en Polonia, Suecia, Irlanda, Japón, Corea, Taiwán y Australia. Por tecnologías, esta cartera se divide en 37 GW fotovoltaicos; 22,8 GW eólicos marinos; 17,7 GW eólicos terrestres; 3,4 GW hidroeléctricos; y 900 MW correspondientes a baterías de almacenamiento.
Crecimiento y superación de retos
El negocio de las energías renovables ha experimentado un gran crecimiento desde su creación hace 17 años. Inicialmente impulsado por un fuerte crecimiento en España, dio paso en el año 2007 a su internacionalización gracias a la incorporación de ScottishPower y de los activos en Estados Unidos que se adhirieron de su filial PPM Energy. Desde ese momento se ha crecido en los mercados core de España, Reino Unido y Estados Unidos.
En los últimos años se han incorporado como fuertes polos de crecimiento países como México y Brasil con proyectos eólicos y fotovoltaicos. El último gran reto al que se está enfrentando el negocio de renovables es el desarrollo, construcción y puesta en marcha de los ambiciosos proyectos de energía eólica marina, con West of Duddon Sands como primer parque eólico marino operativo de Iberdrola.
Y es que esta entidad española lleva años trabajando para liderar la transformación del sector eléctrico mediante un modelo de negocio sostenible, rentable y basado en energías limpias. Para contribuir al crecimiento de este modelo, en el negocio de renovables han previsto un relevante crecimiento entre 2020 y 2025 tanto en mercados estratégicos actuales como a nivel internacional con una rápida expansión, donde pretenden concentrar sus esfuerzos en cinco tecnologías: eólica terrestre, eólica marina, solar fotovoltaica, hidráulica y almacenamiento con baterías.
Además, a esto hay que añadir que los costes en la producción de estas energías se están abaratando año tras año, por lo que su producción es más asequible.
Proyectos sostenibles para el desarrollo local
Las fuentes energéticas renovables y limpias contribuyen a hacer frente al cambio climático y a reducir la dependencia energética del exterior. Además, favorecen el desarrollo local sostenible al generar numerosos puestos de trabajo y actividad empresarial en las áreas en las que se instalan.
Los parques de East Anglia ONE, en aguas británicas del Mar del Norte; Saint-Brieuc, en la Bretaña francesa; Vineyard Wind, frente a las costas de Massachusetts (EE. UU.); y Baltic Eagle, cerca de la isla de Rügen (Alemania), son ejemplos representativos de las instalaciones eólicas marinas que Iberdrola ha ido construyendo.
En el ámbito de la energía eólica terrestre destacan, entre otros, los complejos eólicos terrestres de Oitis y Paraíba, en Brasil, y el proyecto Port Augusta, en Australia.
Las plantas de Francisco Pizarro, Ceclavín y Ciudad Rodrigo, en España; así como la de Lund Hill, en EE. UU., son muestra de la gran inversión en energía fotovoltaica que hasta la fecha ha desarrollado Iberdrola.
Por su parte, la Gigabatería del Tâmega es una de las iniciativas energéticas más importantes de la historia de Portugal y muestra del poder de la energía hidroeléctrica, mientras que en Puertollano (España) están trabajando en la construcción de una planta de hidrógeno verde.
El impacto de las renovables en zonas poco pobladas
Metyis ha desarrollado un estudio en el que ha evaluado el impacto de las energías renovables en las zonas con mayor despoblamiento o, lo que es lo mismo, la presencia de instalaciones de energías renovables y la evolución de la población en municipios de menor tamaño.
Este análisis, desarrollado entre la década de 2010 y 2020, ha demostrado, por ejemplo, que mientras que los municipios con instalaciones renovables perdieron el 2,9% de su población, aquellos que no tenían estas instalaciones perdieron hasta el 6,6%. Además, se constató que en los municipios con renovables el desempleado ha caído casi en un 10%, mientras que en aquellos que no contaban con estas instalaciones lo hizo solo el 7,5%.
Finalmente, también se ha evidenciado un crecimiento de la renta media bruta, de modo que, en aquellos lugares con instalaciones de energías renovables, la renta media bruta subió hasta en un 16,5%, mientras que en aquellos que no poseían dichas instalaciones solo lo hizo en un 10%.
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