Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Estabilidad financiera y geopolítica
Madrid/España ha cerrado este jueves una decepcionante emisión de bonos y obligaciones con distintos vencimientos, en la que se ha quedado ligeramente por debajo del objetivo de la colocación y que se ha saldado con mayores intereses y con una demanda menor por parte de las entidades. El Tesoro Público ha colocado 2.981 millones de euros, ligeramente por debajo del máximo previsto -3.000 millones- en distintas emisiones a dos, cinco y siete años, a las que ha tenido que subir de forma notable el interés.
En concreto, a dos años se han colocado 1.359,21 millones de euros con un interés marginal del 5,302%, superior al 4,483 % anterior, y otros 1.074,44 millones a cinco años al 6,543%, también por encima del 6,195% precedente.
El Tesoro no colocaba deuda a cinco años con intereses tan altos desde 1997. Asimismo, ha colocado 547,69 millones de euros a siete años con una rentabilidad del 6,798%, aunque en este caso no es posible comparar el interés con una emisión anterior. La demanda de las entidades ha alcanzado 6.409 millones de euros, con lo que el ratio de cobertura, o proporción entre la demanda y el importe finalmente adjudicado, ha sido de 2,1 veces, más baja que en las últimas emisiones celebradas por el Tesoro.
Los analistas consultados coinciden en calificar la subasta de decepcionante, tanto por el aumento del interés que ha tenido que pagar el Tesoro como por la acogida que ha tenido entre las entidades. Según los analistas de Banco Madrid, el menor ratio de cobertura es una muestra del temor de los mercados y de la menor capacidad de atracción del riesgo soberano de España. No es tanto una cuestión de rentabilidad, prosigue la misma fuente, sino de "credibilidad" en las medidas que se están tomando y en las propuestas de la última cumbre.
En el mismo sentido se han manifestado otros expertos, como el jefe de la mesa de deuda de Ahorro Corporación, Javier Ferrer, que estima que las rentabilidades medias de los bonos a dos y cinco año están en los niveles del mercado secundario, aunque la colocación a siete años ha sufrido una "sobreprima" que evidencia la falta de interés de los inversores por la deuda española a largo plazo. El estratega de Citi en España José Luis Martínez Campuzano reconoce que la subasta "no ha sido buena", tal y como refleja la menor demanda, la subida del interés y el hecho de que España se haya quedado al borde el objetivo máximo de la emisión. Para el analista de Rabobank Richard McGuire, el "relativamente flojo" resultado de la subasta demuestra las limitaciones con las que España sigue trabajando en término de acceso a los mercados".
Fuentes del Ministerio de Economía, sin embargo, han indicado que la demanda sigue siendo elevada y en línea con las últimas subastas del Tesoro, pese a las tensiones en los mercados financieros. Asimismo, destacan que el Tesoro tiene ya cubiertas el 68,6% de las emisiones brutas para todo el año en deuda a medio y largo plazo (85.900 millones de euros para el ejercicio), así como el dato de que los tipos de emisión de la deuda se situaban a 30 de junio de este año en el 3,27 %, frente al 3,90 % de diciembre de 2011.
El efecto de la emisión del Tesoro en el mercado secundario ha sido fulminante e, inmediatamente después de la puja, la rentabilidad del bono español a diez años, cuyo diferencial con el alemán del mismo plazo mide la prima de riesgo país, superaba el 7%. De este modo, la prima de riesgo de España rebasaba los 580 puntos básicos y rozaba el máximo histórico intradía que alcanzó el pasado 9 de julio con 583 puntos básicos.
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