Rogelio Velasco
Una Unión Europea más competitiva
La pandemia que estamos viviendo desde el mes de marzo ha parado el mundo por completo. El coronavirus nos ha hecho saltar al vacío y está provocando un cambio cultural y social en todos los estamentos que componen el país. Uno de las variaciones más llamativas es la de querer instaurar una jornada laboral de cuatro días, es decir, 32 horas laborales. Son muchos los políticos, como Iñigo Errejón, que ven esta implantación como algo positivo. Otros, solo ven en ella un deterioro aún más significativo de la economía y una interrupción del desarrollo profesional y los salarios.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez está estudiando la propuesta, una vez que han sido aprobados los Presupuestos Generales. Entre los aspectos más positivos que podrían surgir de esta modificación laboral están:
No todo son ventajas para algunos. La modificación laboral propuesta puede ser una losa económica difícil de sobrellevar, además, los salarios podrían verse reducidos.
Otras de las cuestiones que más dudas conllevan gira en torno a la productividad; las multinacionales no tienen todas consigo y piensan que sus profesionales pueden bajar su producción desde casa.
En definitiva, para este cambio es preciso que la sociedad tome conciencia y sepa que ante una oportunidad de oro que, sin lugar a dudas, mejorará la calidad de vida, tiene que poner también de su parte.
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