Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
No deja de ser una especulación, pero está bastante razonada, y la hace un experto en el sector, el consultor estratégico Juan Vilar: "El precio medio del aceite de oliva podría llegar perfectamente a los siete euros el litro en el supermercado, seis en origen y siete en el punto de venta".
El sector del aceite de oliva vive un momento único, inédito en su historia. Una tormenta perfecta. Nunca habían estado los precios tan altos en todos los eslabones de la cadena. En origen (lo que vende el sector primario a la industria), se ha situado en la semana pasada por encima de los 5 euros el kilo en el caso del virgen extra, en 4,9 el virgen y en 4,8 el lampante, según el sistema de información Poolred.
En noviembre, el Ministerio de Agricultura calculaba que el precio medio del aceite de oliva virgen en origen era de 4,81 euros, un 51,5% más que en la misma fecha del año pasado.
Y las perspectivas en el campo no anticipan un respiro en el precio, sino al contrario. "Las perspectivas de campaña (la 2022-23) son muy malas, y según no que se está recogiendo puede ser inferior a las 780.000 toneladas aforadas por la Junta de Andalucía(la cosecha anterior rondo las 1,4 millones)", señala Cristóbal Gallego, presidente de la cooperativa aceitera Jaencoop y del Consejo Sectorial del aceite de oliva de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía. Afirma que en la extractora que gestiona a mediados de diciembre apenas se había recolectado el 4% de lo del año pasado. Además, el rendimiento graso de la aceituna es incluso peor que en la campaña 14/15, comparable en producción a la actual. Eso significa menos productividad por hectárea.
La situación causará tensiones en el mercado, porque el enlace de campaña (el aceite almacenado que queda cuando esta termina) no fue muy alto: 340.000 toneladas. "Las perspectivas de cosecha son malas pero las salidas de aceite están siendo buenas; y si estas (las salidas) son como el año pasado en julio se ha acabado el aceite", señala Gallego. La industria tendrá que volver a recurrir, como señala Primitivo Fernández, a las importaciones, que llegarán sobre todo de Turquía y Grecia, países donde sí ha habido buena cosecha.
Este mundo funciona mucho, además, con expectativas y si se previera una campaña larga en 2023/24 los precios se podrían contener a la espera de una gran cosecha. Pero no es así. Predomina la incertidumbre pese a las lluvias de diciembre, y Juan Vilar anticipa que la del año que viene será una campaña también corta porque "no llueve lo suficiente, la climatología no ayuda y los olivos están cansados".
En el lineal de los supermercados la subida de precios está más contenida que en origen. O al menos eso dicen los datos: los precios a los que la industria vende aceites y grasas (no hay datos específicos del de oliva) han subido un 32,2% a fecha de noviembre y los de venta directa al público un 31%. "La diferencia con los precios en origen (en este último caso) es de 18-20 puntos, muy similar a la que hay entre las subidas en origen en general y las que refleja el IPC para el conjunto de los alimentos", señala Álvaro González Zafra, director de la Confederación Andaluza de Empresarios de la Alimentación y la Perfumería (CAEA)
Zafra afirma que la distribución está haciendo un gran esfuerzo por contener las subidas y sus márgenes están al limite (entre el 1% y el 3%). "Digan lo que digan son datos objetivos. Hay más costes en el pago a los proveedores, de electricidad, laborales, de carburantes. No hay más remedio que repercutir (los precios) en cierta medida", dice.
El argumento de Primitivo Fernández, director general de la patronal aceitera Anierac, es parecido: "Hasta ahora la industria ha hecho un esfuerzo enorme por contener los precios. No ha repercutido para nada la subida de los precios origen. Pero esto tiene un límite".
Y todo parece indicar que, pese a la rebaja del IVA del 10% al 5%, los precios en origen irán hacia arriba. Los agricultores -que también sufren un desorbitado incremento de los costes de producción- saben que hay muy poca oferta, tienen los almacenes vacíos y no tienen prisa alguna por vender. Pasa lo mismo, al revés, cuando hay mucha cosecha y bajos precios, y eso intensifica la tendencia dominante, en este caso de alza. Y tampoco es que los olivareros estén muy felices. "Al agricultor no le van a compensar los gastos que haga porque va a coger muy poco aceite. Una mala cosecha le va a costar cuatro veces más de coste en energía eléctrica, y con los fertilizantes disparados", afirma Cristóbal Gallego.
La única posibilidad de que los precios bajen es que descienda de forma significativa el consumo en el 'super'. Pero no está sucediendo e incluso las ventas acumuladas en el año suben un 0,33% en los once primeros meses de 2022, según los datos de Anierac a partir de las cuentas de sus propios asociados. Esto no había sucedido nunca en un contexto de precios altos y la causa es clara: las alternativas, como el girasol o la soja, también están disparadas, con precios que doblan o triplican los del año pasado. "El consumidor de aceite de oliva es muy cualificado y sigue la tendencia del sector; sabe que el precio no va a bajar y hace acopio de aceite", señala Juan Vilar, quien afirma que son las garrafas de cinco litros de aceite de oliva virgen las que más han crecido en consumo.
"Los envasadores están intentando que el precio del litro no supere la cifra psicológica de los seis euros el litro", afirma Vilar, y van a tener un aliado, al menos temporal, en la bajada del IVA. Pero para Vilar este efecto durará "20 o 25 días y quedará neutralizado "por el incremento de la demanda y del precio del producto en origen". Primitivo Fernández (Anierac) señala otro factor: el impuesto al plástico no reciclable, en vigor desde el 1 de enero, "que va a costar 450 euros por tonelada".
¿Hasta cuando seguirá subiendo el aceite de oliva? Es la pregunta del millón. Lo lógico es que en algún momento -algún pico de precios- el consumo retroceda poco a poco y que los precios hagan lo mismo, hasta encontrar una situación de equilibrio. De momento, este equilibrio no ha llegado.
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