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Joaquín Aurioles
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La comunidad científica se está movimiento en los últimos años entorno al análisis de las consecuencias del cambio climático en el turismo.Y una de las recientes investigaciones pone el punto de mira en Andalucía. Algunas provincias del solar andaluz dejarían de atraer en torno al 10% de sus visitantes actuales si en los próximos 70 años no se modera el incremento de las temperaturas. Es una de las principales conclusiones del último informe del BBVA Research sobre el impacto del cambio climático en el turismo español.
El informe describe la especial vulnerabilidad del volumen turístico de la costa mediterránea ante el aumento de las temperaturas. Huelva (-10,2%), Cádiz (-9,9%) y Almería (-4,3) serían las principales provincias damnificadas en Andalucía, seguidas de Málaga, que rozaría una pérdida del 2%. En el resto de las provincias, el descenso del turismo debido a causa del cambio climático sólo se explicaría en valores por debajo del 1%.
La situación descrita es la menos favorable que analiza el estudio, la de que las temperaturas hasta final del presente siglo aumenten por encima de los cuatro grados centígrados. Para ello, las emisiones de dióxido de carbono deben triplicarse. En este sentido, el escenario que más consenso guarda entre los investigadores es el de que el incremento en el mercurio no supere los tres grados –"el más probable según las políticas actuales"–. Y aun así, las tres andaluzas más perjudicadas perderían en torno al 5% de los turistas por culpa del cambio climático.
El impacto del incremento de las temperaturas en el turismo afectará a todo el país, pero de forma desigual. Según el grupo de investigación que firma el estudio, el incremento de las temperaturas a nivel general en España tendrán un efecto positivo en las provincias de la costa norte. Asturias sería la provincia más beneficiada –los españoles ya la visitaron más que Málaga este junio–. En la cornisa cantábrica, los efectos del cambio climático incrementarían el turismo entre un 5% y un 7%.
La investigación se centra en el confort térmico de los turistas, que ofrece una mayor estabilidad en las provincias del norte frente a las del sur, donde desciende de forma más aguda durante el periodo estival. En este sentido, el informe también evalúa los efectos del cambio climático en el turismo en España en relación a la estación climática. Según los cálculos, cuando finalice el siglo, España atraerá, como mínimo, un 5% menos de turistas en verano. Caída que puede llegar a rozar el 20% si el incremento de las temperaturas sobrepasa los cuatro grados.
Por su parte, la primavera y el invierno son las estaciones en las que el modelo predicción de BBVA Research estima que el cambio climático tendría un efecto positivo. Un aumento de temperaturas en las estaciones más frías que animarán el volumen de visitantes en un mínimo del 3% y que puede llegar a alcanzar el 6% durante la primavera. Por ello, el informe concluye dedicando unas líneas a la importancia del cambio de modelo turístico.
"A pesar de que el impacto general es negativo, la desestacionalización y la diversificación regional ofrece potenciales oportunidades de crecimiento económico", afirma el estudio. La promoción turística fuera de los meses con picos altos de temperatura, más allá del tradicional 'sol y playa', y las políticas frente al cambio climático son las principales recomendaciones del informe. Un estudio que insiste en que los efectos adversos son inevitables "en particular en las zonas turísticas tradicionales de playa de verano en las provincias del sur y el Mediterráneo".
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