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Economía
Málaga/La navegación aérea, marítima o terrestre se controla con sistemas de posicionamiento y navegación como GPS, Galileo o Glonass. El uso de teléfonos móviles, el 5G, el estudio del clima, de los flujos migratorios, de la contaminación, operaciones logísticas o transferencias bancarias... Millones de acciones del día a día ya se controlan desde el Espacio y va a ir a más porque permite un control global a un precio más reducido. En estos momentos hay 2.600 satélites en órbita en servicio y se espera que se triplique hasta los 8.000 en 2024.
Invertir en el diseño, fabricación, distribución, lanzamiento y prestación de servicios de satélites es ya un buen negocio y va a crecer como la espuma en los próximos años. Se han reducido las restricciones de acceso al Espacio para operadores privados y hay, además, fondos europeos para impulsar este segmento, que se está denominando Nuevo Espacio, por lo que las empresas andaluzas y españolas tienen que posicionarse si no quieren perder este cohete.
"El reto está aquí y ahora. Es una oportunidad irrepetible para la industria española”
“El reto está aquí y ahora y coincide en el tiempo con la disponibilidad de unos fondos Next Generation cuyo fin último se enmarca precisamente en los procesos transformadores tecnológicos y sostenibles. Representa una oportunidad probablemente irrepetible para el posicionamiento del sector industrial nacional en el segmento del Espacio”, asegura Domingo Castro, director de Sistemas de Defensa y Espacio de Indra, en el Spanish Small Stallites International Forum que se celebra en Málaga.
La Comisión Europea está planteando un nuevo proyecto espacial para asegurar la conectividad segura y soberana de las comunicaciones europeas con una inversión de 2.400 millones de euros en el periodo 2021-2027, a la que se unirá la de estados miembros e inversores privados, por lo que podrá alcanzar los 6.000 millones de euros.
El Espacio, por tanto, va a ser una fuente de riqueza y hay que saber aprovecharlo. Pero no se puede ir a lo loco, sino de una forma ordenada y planificada. En España hay muchas empresas con alto valor tecnológico que son capaces de desarrollar cualquier producto. De hecho, Andrés Martínez, directivo de la NASA, destaca que “España ha sido un buen aliado de la NASA” tanto en programas espaciales como en robótica. Sin embargo, uno de los grandes retos a los que se enfrenta la industria espacial española es poder fabricar en masa.
Se van a lanzar constelaciones masivas de satélites al espacio, pero su vida no es ilimitada. Esos satélites se reponen, de media, cada cuatro años y hay que tener empresas que sean capaces de fabricarlos de forma recurrente.Si la industria espacial española se posiciona ahí va a ingresar muchos millones de euros y a generar miles de empleos de forma sostenida en el tiempo.
Otro aspecto a tener en cuenta, que también es un generador de negocio, es la defensa. Si se controlan, por ejemplo, los aviones, los trenes o los datos de millones de personas de un determinado país por los satélites, un ataque contra esos dispositivos podría tener graves consecuencias para la seguridad y economía de un estado. La Unión Europea ha sido una de las últimas en reaccionar –EE.UU, China o Rusia lo tienen claro desde hace años– pero ya se está poniendo las pilas como demuestra la inversión anteriormente mencionada. “El impacto en la vida de los ciudadanos de activos que operan en el Espacio es cada vez más acusado y los servicios que soportan se han vuelto indispensables en nuestra vida cotidiana: los teléfonos móviles, la navegación en nuestros coches la disposición de dinero… Por tanto, dichos activos se convierten en activos estratégicos y sensibles y, como tal, se tornan en activos a proteger. Son por tanto materia de la Defensa de los Estados”, indica el directivo de Indra.
Esas constelaciones de satélites pueden ser atacadas voluntariamente, pero también pueden ser destruidas por accidente ya que, al haber cada vez más satélites en el espacio, sobre todo en la franja más cercana a la Tierra, el riesgo de colisión o fallos es mayor. Hay satélites operativos y otros no operativos, la basura espacial, y la amenaza está ahí. Vigilar el tráfico es otra de las acciones que están en letras mayúsculas en el sector porque la congestión es cada vez mayor. Y para ello también harán falta empresas especializadas que sean capaces de desarrollar sistemas avanzados.
Se habla mucho de ir a Marte o de hacer viajes espaciales, pero el gran negocio presente y a corto plazo es el lanzamiento de satélites y sus servicios aparejados. Se prevé que el mercado espacial mundial crezca un 6% anual entre 2020 y 2026 y en este segmento no solo están las grandes ingenierías y fabricantes, sino que también participarán otras áreas como las aseguradoras. “Los altos niveles de financiación privada, los avances tecnológicos y el creciente interés del sector público en la industria espacial son algunos de los principales factores que se espera que impulsen el crecimiento del mercado durante el período de previsión”, afirma Domingo Castro.
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