El Gobierno fracasa en su intento de acercar a los agricultores al acuerdo UE-Mercosur
Las asociaciones agrarias mantienen la amenaza de movilizaciones y la industria cárnica advierte del efecto "devastador" para el vacuno
Acuerdo UE-Mercosur: ¿Bueno o malo para Andalucía?
Sevilla/ Las organizaciones agrarias mantienen su amenaza de convocar un calendario de movilizaciones a la entrada del próximo año si no cambian las condiciones del acuerdo de la Comisión Europea con Mercosur, tras la reunión con el Gobierno que se ha celebrado este jueves.
Al encuentro estaban convocados las organizaciones de Asaja, COAG, UPA y Unión de Uniones, que se han reunido con la secretaria de Estado de Comercio y la secretaria general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria.
El presidente de Asaja, Pedro Barato, ha expresado tras el encuentro que no está convencido de que el acuerdo UE-Mercosur aporte ventajas al sector primario. A su juicio, hay "falta" de "claridad" en su firma, por lo que reclama que se "desgrane" bien para "ver dónde está lo positivo".
Barato ha lamentado que el sector agrario se sienta "una vez más" como "moneda de cambio" en este tipo de acuerdos.
El director técnico de COAG, José Luis Miguel, ha asegurado que es un tratado comercial que interesa a la Unión Europea "por múltiples motivos geopolíticos o sectores industriales de servicios" y "se ha utilizado a la agricultura como moneda de cambio". Ha pedido al Gobierno "que no lo ratifique" y ha recordado que COAG hará "lo que esté en sus manos para conseguir que no se apruebe en la UE".
Por su parte, el secretario general de Relaciones Internacionales de UPA, José Manuel Roche, ha opinado que la interlocución con el sector primario ha sido "muy baja" antes de cerrar el acuerdo. UPA "nunca" apoyará un acuerdo "que perjudica al modelo de agricultura familiar y a los agricultores y ganaderos europeos", ha remarcado.
Por su parte, el coordinador nacional de Unión de Uniones, Luis Cortés, ha recordado que la agricultura europea "no pide privilegios", sino competir "en igualdad de condiciones" respecto a los productores del Mercosur. "O de verdad se imponen las cláusulas espejo (...) o, si no, los tractores volverán a Madrid en enero y febrero, convocados" por su organización, ha añadido.
Los argumentos del Gobierno
En un encuentro previo con periodistas, altos cargos del Ministerio de Agricultura y de Comercio han asegurado que los productos agroalimentarios más sensibles a los efectos del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur no sufrirán disrupciones al haberse liberalizado pequeñas cantidades y de forma progresiva.
Las fuentes ponen como ejemplo que se liberaliza la importación desde el Mercosur de 60.000 toneladas de arroz, lo que representa entre el 1 y el 2% del consumo en la UE.
Además, en el caso de que se produjese alguna disrupción, se activarán las cláusulas de salvaguarda pactadas.
Si la normativa no fuese suficiente y algún producto comunitario sensible se viese afectado, la Comisión Europea quiere crear un fondo de compensación que recogerá el próximo marco financiero plurianual, por unos 1.000 millones de euros, según han detallado estas fuentes.
Los sectores comerciales beneficiados
Por otro lado, España estima que el pacto puede impactar positivamente en el aceite de oliva, el vino y el porcino; mientras que se beneficiará de la llegada de soja más barata (insumo importante para el ganado).
El acuerdo recoge, por ejemplo, la eliminación de aranceles de forma progresiva en 15 años para el aceite de oliva (actualmente tiene un arancel del 10%); en el caso del aceite de orujo de oliva, la liberalización será en 4 años.
En el sector del vino, actualmente se aplican aranceles de hasta el 35% a los vinos de la UE que entran en Mercosur, pero con el acuerdo se eliminarán progresivamente los aranceles para el vino embotellado (en ocho años).
Además, Mercosur eliminará los aranceles a la carne de cerdo y productos cárnicos producidos en la UE en un período entre 8 y 15 años, según los tipos de productos.
En sentido inverso, la UE irá aumentando progresivamente la cantidad que puede entrar con arancel reducido (hasta llegar a 25.000 toneladas anuales 6 años); posteriormente, se liberalizará en 10 años.
Los más sensibles
En el lado opuesto están los productos más sensibles, como la carne de vacuno: el acuerdo sólo incluye la entrada de 99.000 toneladas al año con un arancel del 7,5%.
Este volumen con arancel reducido "apenas equivale a un solo filete por ciudadano europeo al año", apunta el Gobierno.
La carne de ave, la cantidad que la UE permitirá importar libre de aranceles es de 180.000 toneladas, que "apenas supone el 1,4% del consumo de la UE".
En el sector de los cítricos se reducirán progresivamente los aranceles en el lado de la UE (en un plazo de 7 ó 10 años, según producto), pero Mercosur los eliminará desde el primer día.
Para el azúcar, no se creará un nuevo cupo para Brasil, pero sí habrá uno de 10.000 toneladas libre de aranceles únicamente para Paraguay.
El Gobierno insiste en que el acuerdo UE-Mercosur no modifica las normas de seguridad alimentaria de la UE, se mantienen los exigentes requisitos en sanidad animal o uso de fitosanitarios y seguirán los "sólidos" controles en frontera a los productos.
El sector del vacuno teme su desaparición
Este jueves asociación empresarial cárnica Anafric y el sector vacuno han manifestado su "total oposición" al acuerdo , porque podría provocar "la desaparición del sector vacuno español" y una drástica reducción de la industria cárnica de nuestro país. Según ha informado la asociación, este acuerdo "compromete gravemente" el futuro de mataderos, salas de despiece y almacenes frigoríficos, abocando a miles de trabajadores a perder sus empleos.
Además, considera que el acuerdo supone una "incoherencia" con las estrictas exigencias impuestas a los productores e industrias cárnicas de la UE en materia de trazabilidad, uso de antibióticos, bienestar animal, sostenibilidad y biodiversidad.
Según la entidad, Europa está perdiendo productores de carne de vacuno, y este acuerdo, en lugar de frenar esta tendencia, podría incrementar en un 35% las importaciones de carne de los países del Mercosur, lo que afectará no solo al sector productor, sino también a la seguridad alimentaria, al bienestar animal y a los estándares medioambientales que la UE exige dentro de sus fronteras.
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