“El cambio en la música latina también viene desde arriba”
GUAYNAA | CANTANTE Y COMPOSITOR

Aunque sus éxitos proceden de la música urbana, los sonidos tropicales se han convertido hoy en la principal fuente de inspiración del puertorriqueño Jean Carlos Santiago Pérez, conocido como Guaynaa. Fue en España, en 2024, cuando sorprendió al público versionando Ven, devórame otra vez, de Lalo Rodríguez. Con canciones como Caramelito o el disco Cumbia y amor, se sumerge ahora en el legado sonoro de Latinoamérica. Confiesa, además, que girar por nuestro país sería “un sueño hecho realidad”.
–Su nueva incursión en la salsa se llama Caramelito. ¿A qué saben esta canción y esta etapa?
–Este Caramelito sabe dulce pero salado –ríe–, porque está demasiado bien hecho, muy confeccionado y repensado. Nosotros no estamos haciendo salsa urbana, sino salsa salsa, por la calle del medio, con una preparación técnica y vocal. Estamos muy felices de estar creando este tipo de arte porque es algo que nos hace bien a nosotros y se plasma en el resultado final. La música ahora está girando un poco a lo tropical, colegas como Rauw Alejandro o Bad Bunny también han sido voces que han incursionado en lo mismo, y acá estamos contentos y felices de darle identidad, de volver al público hispanohablante, a esas raíces salseras que tanta gloria nos han dado.
–¿Se estaba preparando para llegar hasta aquí?
–Me estaba preparando para hacer un disco de cumbia. Y la salsa me llegó de momento, con una canción que hice en Barcelona. Me pidieron que cantara un cover porque el artista que iba después llegaba tarde. Fue viral ese vídeo y tocó hacer la salsa.
–¿Qué puede contar de este nuevo álbum?
–Se llama Cumbia y amor y se confeccionó en México. Es un álbum de tecno cumbia, que ha sido la raíz de la cumbia que ha logrado unificar a todos los países de Latinoamérica, dígase Selena Quintanilla y etcétera. Entendemos que es una fórmula que tiene un hilo conector entre todos ellos, cada uno con su camiseta de la cumbia y no necesariamente uno consume al otro. Lo que vamos a lograr con este proyecto es unir a todos los consumidores de cumbia y a todos los países cumbieros en comunión. Y eventualmente traerlo a España y cantarlo en todos los festivales porque es un ritmo muy sabroso, muy contagioso y es el futuro de la música.
–¿Qué parte de culpa tiene el público en su acercamiento a estos ritmos?
–Tiene gran responsabilidad y siento mucho amor y autenticidad haciéndolo. Lo que no tenía era el apoyo disquero.
–¿Cuáles fueron sus primeros contactos con la música tropical?
–El primer consumo de la salsa que me llega a mí al oído tiene mucho que ver con la Fania All-Stars, Héctor Lavoe, Pete El Conde Rodríguez, que es mi artista favorito; Ismael Rivera, Orquesta Zodiac y todas esas viejas bandas de salsa de los 60 y 70 que mi abuelo pasó a mi papá y mi papá me las pasó a mí.
–Artistas como Bad Bunny o Nathy Peluso están también revitalizando a su manera la música latina, virando hacia la salsa en sus últimos lanzamientos. ¿Estamos aparcando el reguetón para volver a los orígenes?
–Sí, sí. Y es un cambio que viene de arriba también, las disqueras están apuntando a eso y, en gran medida, es positivo porque no estamos solos, sino que tenemos apoyo de grandes instituciones dándole caña al proyecto, metiéndole mano, como decimos en Puerto Rico. A los que nos estamos preparando, eso nos da un gran espacio. Hace poco estaba viendo un vídeo de Willie Colón en España en el 80 y pico, si mal no recuerdo, tocando en un show y me voló la cabeza. ¿En qué momento estaban pasando todas estas cosas a nivel internacional con la salsa y nosotros ni nos dimos cuenta? No es algo de lo que se hablaba comúnmente, era algo ajeno al conocimiento nuestro y ahora que estamos viviendo esta etapa, pues se va desbloqueando todo eso.
–En esta edad de oro internacional de la música latina, ¿tiene sentido hablar de crossover? ¿Se atrevería con un disco en inglés?
–Yo sí hablo inglés muy bien, pero hacer un disco no está dentro de mis planes y tampoco pondría a un americano a bailar salsa porque tienen dos pies izquierdos –ríe a carcajadas–, tienen dos pies sueltos, como decimos en Puerto Rico, falta sabor ahí. Pero si se meten a entrenar y a coger clases y se les da bien, se puede hacer. La salsa es muy compleja, es como el flamenco, que tiene su cadencia y esos truquitos no se enseñan en la academia, tienes que vivirlo en la calle. A lo mejor, en términos urbanos se puede hacer crossover y cantar un ganchito, una parte en inglés. Pero cuando son géneros tropicales o autóctonos, como el flamenco, la salsa o la cumbia, es más complejo. Son ritmos de gente que dedicó una vida a eso.
–Usted iba para ingeniero. ¿Cuándo descubrió que lo suyo con la música sería para toda la vida?
–Pues mira muchacho, cuando estaba en el carro por la parte oeste de mi país y se paró un carro al lado con mi canción. Yo bajé la ventanilla y le dije: “Ese soy yo”. Y me dice: “Mira este cabrón, ¡qué embustero!” –ríe–. No me reconocían la cara porque la canción salió sin una foto. Ahí dije: “¡Guau, se está empezando a pegar mi canción en Puerto Rico!”. De ahí brincó pal mundo y aquí estamos.
–Ha colaborado con NIA, Lola Índigo o India Martínez. ¿A qué otro artista español le gustaría unirse?
–Lola Flores, ¡claro! Es un espectaculazo de mujer.
–Bueno... lo veo un poco difícil. Falleció hace mucho.
–¡Pero espera! Se puede coger un pedacito de su canción, con inteligencia artificial –ríe–. Yo acabo de hacer un EP de cuatro canciones de artistas muertos. Está un poquito complicado, toda la razón del mundo. ¡Gracias a Dios que esto no fue en televisión nacional –ríe de nuevo –!
De los que están vivos, eh –se lo piensa–, Sanz (Alejandro) sería como la obvia. Pero con Pablo Alborán o Aitana estaría supercool. Y con Rosalía, ¡sería un espectáculo!
–En 2022 creó su propio sello discográfico. ¿Le gustaría que fuera una lanzadera para seguir exportando el talento latino por el mundo?
–Ahora mismo no lo es, pero probablemente me gustaría que fuera cuando termine mi carrera artística, cuando enganche los guantes como cantante porque trabajar el talento es una gran responsabilidad. O poder contratar personas y delegar trabajo estaría superchévere también. Aún me falta un poco desarrollar la estructura de una empresa que controle todo el formato discográfico, giras, mercadeo, etc. Cuando uno tiene esa estructura dominada, puede reclutar nuevos talentos. Definitivamente siento que hace mucha falta esa oportunidad en los sectores de cada país, en este caso hispanohablantes.
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