"Ganar el Goya fue como estar en el cuarto día de Feria"
Salva Reina | Actor

CHUCKY Y EL CABEZÓN. Salva Reina, malagueño nacido en Las Palmas en 1978, formó la traca con la celebración de su Goya al mejor actor de reparto por El 47 en la gala de Granada. Apodado Chucky, disfruta como un crío con su estatuilla del cabezón, que festeja con el confeti que siempre guarda en los bolsillos para soltarlo cuando hay alegrías. Lleva más de 20 años saliendo en pelis, series, obras teatrales y monólogos. Le va de cine con la actriz Kira Miró. "Ahora tengo toda la mesa llena de papelillos mientras hablo con usted...". ¡Viva la jarana!
–Ha ganado un Goya, su discurso emocionó a todo el mundo, cae muy simpático y su pareja es Kira Miró. En un país de envidiosos tiene usted un problema.
–Entiendo que no. Me costó un tiempo asimilar que no puedes caerle bien a todo el mundo. Seguro que hay gente que no le ha gustado mi papel o a la que no le caigo bien, pero estoy deseando conocerlos para tomarme un cafelito con ellos.
–Con todas las comedias que ha hecho, ¿le pesa que lo premien por un drama?
–Ni me inquieta ni me perturba. Estoy muy contento de haber hecho mucha comedia, también drama y thriller, cosas de corte más serio. Estoy feliz de que se acuerden de mí y de hacer papeles tan diferentes. Doy el mismo valor a todos los personajes.
–¡Un hurra por los emigrantes andaluces!
–¡Por todos los emigrantes! Soy andaluz, me siento andaluz y llevo Andalucía por bandera, pero no creo en nacionalismos extremos. Un viva por quienes se ven obligados a emigrar y por los que lo hacen voluntariamente. Es un proceso duro de desarraigo, pero entiendo que también abierto a nuevas aventuras y de valientes.
–"¿Esto qué polla es?" es la mejor frase dicha jamás en la historia de los premios.
–Granada es una tierra muy especial, viví cinco años muy felices, donde empecé como actor, hablamos de hacer algún guiño y me salió del alma. Fue un sentimiento de sorpresa máxima, de alegría, de Dios-mío-de-mi-alma-qué-vergüenza... Lo resume en un "¿esto qué polla es?".
–Ha demostrado ser un hombre sin miedo a expresar sus emociones, algo inhabitual hasta hace poco.
–Soy bastante tímido, muy reservado con mis emociones, quizás por mi educación, pero es bonito de repente romper esa historia de masculinidad, de no expresar sentimientos y de ser duros; todavía nos quedan muchos pasos, pero no fue premeditado. Estaba ahí como si fuera el cuarto día de Feria... Me dejé llevar y estaba con el corazón en carne viva.
–¿Dónde va a llevar de veraneo a Antonio Banderas después del abrazo que le pegó sin conocerlo?
–Yo encantado, pero me da que él tiene capacidad para ir donde quiera. Me gustaría conocerlo más. Me pareció muy bonito lo que salió, muy espontáneo. Como somos dos enamorados de Málaga, desde aquí lanzo una invitación para tomarnos algo en un chiringuito de Pedregalejo.
Mis padres me enseñaron a ser feliz con lo sencillo; no me voy a comprar el chaletaco en El Limonar"
–Está ahora en la cima de su carrera. ¿Le da ya para un pisito en El Limonar?
–Tengo casa en Málaga y tampoco muchas pretensiones. Mis padres me enseñaron a ser feliz con lo sencillo, con lo humilde. No me voy a comprar el chaletaco en El Limonar.
–Empezó en Canal Sur, como Antonio de la Torre o Paco León. Buena cantera, ¿no?
–Total, no sólo para los artistas de Andalucía. Me consta que están haciendo esfuerzos sobrehumanos para recuperar la ficción, para que actores y actrices puedan desarrollarse y dar sus primeros o no primeros pasos; yo estaría encantado de volver a Canal Sur. Pero sí deberían seguir en esa línea de recuperar esos espacios más de ficción que de entretenimiento y dar un poco de vida a la industria de la tierra.
–Campeones fue muy celebrada, pero en Bla bla bla, de Alexis Morante y usted de protagonista, visibilizó años antes la discapacidad. ¿Cómo fue la experiencia de currar con tres síndromes de Down? Le dieron bien para el pelo...
–Fue una experiencia profesional y personal muy enriquecedora, trabajar con Alexis siempre lo es y esta historia que despertaba conciencias y visibilizaba esta temática fue algo maravilloso.
–¿Abrió la Cochera Cabaret, la sala cultural que regenta en Málaga, como negocio por si vienen mal dadas o para dar oportunidades a los artistas que empiezan?
–Como negocio por si venían mal dadas no porque hubiera montado un Mercadona... Ahí está, nos mantenemos abiertos con mucho esfuerzo desde hace años y la idea era crear un espacio para los malagueños y todo el que se quiera acercar, un espacio abierto a la creación, a la coproducción, a la exhibición de cualquier rama artística. Estamos para echar una mano y la función es más de servicio público que de negocio enriquecedor.
–Imagino que para un cómico malagueño Chiquito será un ídolo total.
–Sí, fue un tipo que con su corazón, su nobleza, su espontaneidad y su surrealismo enamoró a un país entero.
–Salva a la Reina pero no al Rey. ¿Es monárquico a tiempo parcial o republicano fijo discontinuo?
–Vaya marroneti de repente, ¿no? Me podía haber llamado Martínez...
–¿Cree que las mujeres se fijan en usted por su cuerpo de Adonis o por su voz profunda?
–A ver si me explica cuáles son las que se fijan en mí. Con que se fije una, que se fija mucho, tengo bastante.
–Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, ¿se entrena más duro para algunos papeles que para jugar en Primera?
–Aunque parezca coña hago deporte a diario. Mi padre me inculcó la actividad física y es algo fundamental. Para los papeles no hay que entrenar tan duro como para Primera, que están los tíos hechos unos toros.
–Entrevistaré en breve a Ibon Navarro. ¿Lo felicito por el título de Copa del Rey con el Unicaja o le riño por haberle robado protagonismo a su Goya?
–Me encanta. No hay nada que me guste más que compartir el Goya con el Unicaja, el equipo de mi corazón. Trátelo muy bien y dígale de mi parte que le voy a poner un piso en Fuengirola o lo que le haga falta, pero que no se vaya de aquí. Tiene un cafelito pagado donde él diga.
–Le brindo este espacio para que se ofrezca a Paco de la Torre para encarnar a Melchor en la Cabalgata de Reyes de 2026.
–Es la ilusión de mi vida, pero creo que en Málaga hay una norma no escrita de que Melchor es alguien de la prensa, me pierdo un poco. No hay nada que me hiciera más ilusión.
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