Rosario Toledo: "Me interesa destensar ese sufrimiento del flamenco"
Si hace unos pocos calendarios una chirigota cantó un tanguillo al revés, una flamenca ahora hace una patá por bulerías para atrás. “Y también te canto así una letra por alegrías”, ríe Rosario Toledo (Cádiz, 1977) una incansable exploradora de los límites del baile que en su último espectáculo, Cuarteta, traza una vereda de tránsito hacia el carnaval callejero gaditano. Un espectáculo que se estrenó con éxito en junio en Bilbao y que tendrá su puesta de largo andaluza este 14 de noviembre en Cádiz. Además, en diciembre le espera Valencia y el próximo mayo estará en Madrid.
–¿El flamenco es una cosa muy seria?
–Para mí sí, pero en el sentido del rigor. Soy muy rigurosa a la hora de trabajar, a la hora de ser una buena aficionada y a la hora de corresponder muy bien a este amor, porque los amores, como las macetas, hay que regarlos. Y en ese sentido, sí, me tomo muy en serio el flamenco.
–Pero eso no la ha coartado nunca para buscarle las cosquillas y la gracia a la personalidad artística que ha construido
–Siempre me ha interesado la gracia. Al principio de una forma inconsciente, espontánea, natural, pero con el tiempo sí me ha gustado explorar en ello. Sobre todo en ese prejuicio que está ligado al flamenco de que si te duele más, es más verdadero. Como que hay que sufrirlo y yo, siendo mujer, encima, que de sufrimiento vamos ya servidas... Ahora lo que me interesa, de una forma muy consciente, es destensar ese sufrimiento.
–En ‘Cuarteta', entonces, ahonda en ese camino.
–Y lo hago con Idoia Zabaleta, una artista vasca que viene de las artes vivas y la danza contemporánea. Al trabajar con ella siento que hay algo en mi cuerpo que se ha liberado, que se ha soltado y que se ha calmado, de alguna manera. Es que, a veces, con esa cosa de sufrir pues se tensa una e, incluso, te puedes llegar hasta a descentrar porque la mente se pone en otro lugar. Yo ahora estoy descubriendo que cuanto más serena estoy en el escenario con todo lo que pasa, mejor me siento, mejor bailo y mejor me expreso. Eso está siendo un aprendizaje muy enriquecedor para mí, porque yo soy muy fuego y ese estar más en tierra me está ayudando a estar más presente no sólo en mi sentimiento sino en todo lo que pasa en el escenario.
–Esta vez con dos compañeras nada más o ¿quiénes son los músicos?
–Sí, nosotras, estamos Inma La Carbonera, Eva Ruiz La Lebri y yo, pero yo no me siento protagonista sino que considero que Cuarteta es una obra coral donde yo lo que soy es una especie de termómetro de esa energía que movemos, sí me siento la responsable de a qué pico llega eso, cómo baja, cómo se estabiliza y cómo salta la chispa otra vez. Y, efectivamente, el acompañamiento también somos nosotras, no hay nada de música. Están las tres voces, los tacones de bailar y tres pitos de Carnaval. Punto.
–Vaya, sin mucha red
–Yo creo que es un proyecto valiente, en femenino y novedoso, desde mi punto de vista, porque en flamenco yo no he visto nada en formato trío sin ningún tipo de instrumentación. Escénicamente es una propuesta sobria, no llevamos artificio de ningún tipo, y bueno, ya entrando en el fondo, pues tenemos el humor como baza pero un tipo de humor muy especial...
–Ahí quería llegar yo, ‘Cuarteta’ por cuarteta de pieza carnavalera, por cuarteto en femenino... Otro tipo de gracia y ánge distinto al del flamenco.
–Claro, es que es eso. En otros proyectos profesionales míos he sacado la gracia de Cádiz que conocemos gracias a artistas flamencos como Chano (Lobato), Beni de Cádiz, Mariana (Cornejo), Pericón... Pero en Cuarteta el humor se aborda desde otro lado. Un humor que tiene que ver con el Carnaval callejero, que es el que a mí me gusta, pero también con Gómez de la Serna o incluso como Samuel Beckett. Un poquito de absurdo también. De ese decir disparates pero de una manera muy seria.
–Más ironía, digamos.
–Sí, vamos, que es lo que yo veo en el carnaval callejero, ese humor que te hace pensar y con un mensaje. En este sentido, yo quiero agradecerle a Eva Tubío y a su chirigota la colaboración que hacen con nosotras porque nos han escrito un texto y también cantamos unos cuplés cortos y una cuarteta de su repertorio del pasado carnaval pero, bueno, pasado por nuestro filtro. Es muy curioso también el resultado de las piezas carnavaleras interpretadas por tres flamencas, que es lo que somos nosotras y que, irremediablemente y mandera natural cómo lo aflamencamos.
–Son tres mujeres en escenario, Zabaleta en la dramaturgia y de asistente a la dirección, la chirigota de mujeres de las Tubío. Y hablaba del humor con mensaje. ¿'Cuarteta' tiene un mensaje feminista?
–Pues mira, el espectáculo no es que quiera ser feminista en plan que no hay un discurso ahí buscado. Pero es que somos tres mujeres en el escenario por derechocho propio como nosotras decimos, entonces es cierto que hay un mensaje valiente bonito, elegante y para transmitirlo me ha ayudado lo que a mí me inspira el Carnaval de la calle, el Carnaval libre, que se expresa como es y no tiene miedo.
–¿Se ve saliendo en la calle?
–Pues te cuento, yo volví a Cádiz a vivir después de tantísimos años afuera justo antes del Carnaval pasado y te puedo asegurar que tengo en mi casa un cesto lleno de chapas de agrupaciones de ese año porque es que no me perdí creo que ni una. Y es verdad que dije, esto lo tengo que vivir yo alguna vez pero bueno, por ahora, lo homenajeamos desde Cuarteta.
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