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Sentencia del 'procés'
Madrid/El delito de rebelión que el Tribunal Supremo descarta ahora en la sentencia del caso procés acarreó la suspensión como diputados del ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont y de los cinco ex consejeros en prisión y provocó que el independentismo perdiera su mayoría en el Parlament durante meses.
Fue el juez del Supremo Pablo Llarena, instructor del caso procésprocés, quien en julio de 2018 suspendió a los seis diputados, en base a un artículo de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que obliga a apartar a los cargos públicos que tengan un auto de procesamiento firme por delitos relacionados "con bandas armadas o individuos terroristas o rebeldes", mientras estén en prisión.
La suspensión prevista en ese artículo -el 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal- no incluye el delito de sedición por el que el Tribunal Supremo, de acuerdo con el criterio de la Abogacía del Estado, tiene previsto condenar a los líderes del procés, en una sentencia que probablemente se hará pública el próximo lunes.
Llarena comunicó en junio de 2018 al Parlament la suspensión de cargo público de los seis diputados, aunque abrió la puerta a que la cámara permitiera a los procesados ser sustituidos temporalmente por otros integrantes de sus candidaturas.
El procesamiento por rebelión de los líderes del procés encarcelados o huidos abrió una brecha entre JxCat y sus socios de ERC, por la negativa de los primeros a acatar la suspensión de sus diputados Carles Puigdemont, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, mientras los republicanos Oriol Junqueras y Raül Romeva aceptaban designar a un sustituto para las votaciones.
Tampoco podía emitir su voto el diputado de ERC Toni Comín -al que Puigdemont fichó después como número dos en su candidatura a las elecciones europeas del 26M-, puesto que, aunque no fue suspendido junto al resto de exconsejero porque su procesamiento no era todavía firme, su ausencia no está justificada de acuerdo con el reglamento del Parlament.
Invocando un informe jurídico de los letrados de la cámara, el presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), impidió que se pudiera contabilizar el voto delegado de los diputados suspendidos, lo que el 9 de octubre del año pasado dejó al independentismo sin mayoría, al no poder sumar más de 65 votos sobre un total de 135 escaños.
En el primer pleno sin mayoría, el independentismo no pudo hacer valer los 70 escaños que logró en las elecciones del 21 de diciembre de 2017 -34 JxCat, 32 ERC y 4 la CUP-, por lo que perdió algunas votaciones significativas, como una para reprobar al Rey y otra que reivindicaba la autodeterminación, mientras Cs, PSC y los comunes sumaron sus votos para sacar adelante 27 resoluciones, el grueso de ellas de carácter social.
Esa situación duró algo más de medio año: desde el pasado mes de mayo, JxCat, ERC y la CUP vuelven a contar con mayoría absoluta en el Parlament, con la entrada de nuevos diputados para reemplazar a Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, que lograron escaño en el Congreso en las elecciones generales del pasado mes de abril.
Con la marcha de esos tres diputados al Congreso, el independentismo recuperó justo los 68 votos que marcan la mayoría absoluta del Parlament, aunque les siguen faltando los de Puigdemont y Comín, huidos de la justicia española a Bélgica.
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