David Afkham: ''Mi forma de trabajar siempre se basa en escuchar a la gente''
David Afkham, director principal de la Orquesta y Coro Nacionales de España
El director junto con la Orquesta y Coro Nacionales de España ofrecerán Un Réquiem sin liturgia con motivo del Festival de Música y Danza de Granada
Granada/La Orquesta y Coro Nacionales de España y David Afkham como director actúan este jueves en el Festival de Música y Danza a las 22:30 horas en el Palacio de Carlos V. En este concierto sinfónico participan la Orquesta y Coro Nacionales de España, con Miguel Ángel García Cañamero (director del Coro), Katharina Konradi (soprano), Peter Mattei (barítono) y David Afkham como director.
Un réquiem sin liturgia, obra de compleja elaboración que pasó por diversas fases a lo largo de más de una década (ideado a mediados de los 50, impulsado por la muerte de su madre en 1865, afrontado definitivamente los tres años siguientes), Brahms concibió su Réquiem al margen de la liturgia de cualquier iglesia, aunque sus textos son extraídos de la Biblia luterana y hay en él recursos a formas y elementos tan alemanes (el coral, la fuga, el lied) que su título está justificado de sobra. No sólo es un Réquiem alemán, sino que es posiblemente el más alemán de los réquiem jamás escritos. Obra monumental y humanista, que a la lejanía parece apoyarse en la retórica y el contrapunto de Schütz y de Bach, pero que nace con la vocación universal de confortar al que sufre, allá donde se encuentre. Una de las cumbres de la música sacra de todas las épocas.
David Afkham, además de director principal de la Orquesta y Coro Nacionales de España y, además, es muy demandado como director invitado por algunas de las más importantes orquestas y salas de ópera del mundo, donde se ha creado una reputación como uno de los mejores directores alemanes de los últimos años. Sus compromisos sinfónicos más destacados como director invitado incluyen debuts con la Orquesta de Filadelfia y la Sinfónica NHK, la vuelta a las sinfónicas de Chicago y Viena (en Musikverein y el Festival Bregenz), Sinfónica de la Radio de Suecia, Nacional Danesa y filarmónicas de Múnich, Oslo y Seúl, así como una extensa gira con la Junge Deutsche Philharmonie.
Sus actuaciones recientes más destacadas han incluido dos proyectos con la Orquesta Sinfónica de Boston en el Festival de Tanglewood, ediciones de 2016 y 2017, un exitoso debut con la Sinfónica de Chicago que supuso otra invitación inmediata, así como la vuelta a las filarmónicas de Múnich y Róterdam (con una gira por Corea y China), a la Orquesta de la Academia Nacional de Santa Cecilia, Nacional de Francia, Nacional Danesa, Sinfónica de la Radio de Fráncfort y una gira por festivales de verano con la Sinfónica de Bamberg.
En el verano de 2014, David Afkham hizo un notable estreno en ópera de La Traviata de Verdi en el Festival Glyndebourne, repitiendo la producción en gira con la orquesta del festival, y en 2017 dirigió una nueva producción de Bomarzo de Ginastera en el Teatro Real de Madrid. Sus representaciones semiescenificadas de El holandés errante de Wagner (con Bryn Terfel en el papel protagonista) y Elektra de Strauss, ambas con la Orquesta y Coro Nacionales de España, recibieron el reconocimiento unánime de crítica y público. Entre sus proyectos operísticos futuros se encuentran Hansel & Gretel (Ópera de Fráncfort), El holandés errante (Ópera de Stuttgart y Festival de Ópera Nomori de Tokio) y Rusalka (Theater an der Wien).
Nacido en 1983 en Friburgo, recibió sus primeras clases de piano y violín a los seis años. Con quince ingresó en la Universidad de Música de su ciudad para completar sus estudios de piano, teoría de la música y dirección, y continuó estudiando en la Escuela de Música Liszt en Weimar. David Afkham fue el primer ganador del premio Fundación Bernard Haitink para el Talento Joven y asistió al maestro Haitink en numerosos proyectos como ciclos sinfónicos con la Sinfónica de Chicago, Orquesta Concertgebouw y Orquesta Sinfónica de Londres. En 2008 ganó el Concurso de Dirección Donatella Flick en Londres, convirtiéndose en director asistente de la Orquesta Sinfónica de Londres durante dos años. En 2010 fue el primer galardonado con el Premio Nestlé y Festival de Salzburgo de Jóvenes Directores y fue director asistente de la Joven Orquesta Gustav Mahler entre 2009 y 2012.
Un réquiem
-¿Cómo surgió en usted ese amor por la música?
-Mi amor por la música comenzó cuando yo era muy joven. Todos mis hermanos mayores tocaban un instrumento por lo que era normal que yo también tocase uno, en mi caso fueron el violín y el piano. ¡Estábamos rodeados de música en casa!
-De todas las orquestas que ha dirigido, ¿con cuál ha disfrutado más?
-Cada orquesta tiene su propia personalidad y siempre es interesante reencontrarse con estas personalidades. Depende también mucho del repertorio. Por supuesto, es un sueño hecho realidad dirigir Royal Concertgebouw Orkest, Staatskapelle Dresden o Berlin,la Chamber Orchestra of Europe o la Chicago Symphony. Pero la relación que tengo con mi Orquesta y Coro Nacionales de España es única, los siento como una familia. Ya no necesito tantas palabras para expresar lo que quiero lograr musicalmente, me entiende fácilmente. Los músicos también me conocen mejor. Siento que tenemos una relación mucho más allá de lo profesional de mucho tiempo, estoy muy agradecido de corazón por tener los compañeros que tengo. ¡Es muy especial, la energía y la pasión que obtengo de estos fantásticos grupos! Es algo bastante fuera de lo común en nuestro mundo musical y estoy profundamente agradecido.
-¿Qué es lo que más disfruta de su profesión?
-Me gusta la mayor parte de mi profesión; conocer gente nueva y descubrir nuevas culturas. Como músicos, todos estamos conectados en el mundo y es fascinante cómo podemos relacionarnos a través de la música aunque hablemos otro idioma.
-¿Qué peculiaridades tiene el programa que seguirán en la actuación del jueves?
-Pues tocaremos una de las piezas más hermosas que Brahms ha escrito jamás: el réquiem alemán. Tenemos que entender que esta pieza no es un réquiem como estamos acostumbrados a oír, como por ejemplo el de Verdi. Es una pieza positiva, se trata de consuelo y debemos encontrar esperanza y amor en las horas más oscuras de nuestro tiempo. Después de tocar esta pieza debemos salir del concierto con una sonrisa en el corazón.
-En su carrera profesional, ¿qué le hace sentir más orgulloso?
-Hay muchas cosas de las que estoy orgulloso en mi profesión pero por citar una es definitivamente el trabajo que he hecho los últimos años con la OCNE: yo, los músicos y el maravilloso equipo de administración, en concreto Félix Palomero. Estoy muy orgulloso de la orquesta y el coro por todo lo que hemos logrado en los últimos años, no solo en los años duros de Covid sino por todos los fantásticos conciertos que experimentamos y que compartimos con nuestra querida audiencia. Y siento que nuestro camino juntos aún continúa.
-Todo lo que hace es siempre un éxito, ¿cómo se definiría como profesional?
-Mi forma de trabajar siempre se basa en escuchar a la gente. No se trata de mí, se trata del proyecto, de la música y de cómo podemos compartir la música con la sociedad. Es nuestra responsabilidad más profunda. Sigo la idea: primus inter pares.
-¿Tiene una rutina de preparación antes de salir al escenario?
-Prepararme para un espectáculo es muy simple. Hay ciertos rituales: echarme una buena siesta y luego comer un plátano o tomar un té. Eso es todo, no hay gran magia al respecto. ¡Al final, todos tratamos de dejar que la música fluya a través de nosotros y para que el contenido pueda llegar a la audiencia!
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